Es la tierra de oportunidades que unos añoran y otros ignoran. El mercado español se ha convertido en una oportunidad de empleo y futuro para familias extranjeras que cada año por decenas de miles llegan a nuestro país. Cada vez un mayor número de sectores de la economía española alzan la voz para denunciar dificultades para cubrir puestos de empleo en determinados periodos estacionales o en picos de demanda. Desde hace años sectores como la hostelería, la construcción, el transporte o el campo deben recurrir a trabajadores extranjeros para cubrir sus empleos ante la dificultad de encontrar ciudadanos españoles dispuestos a hacerlo. La paradoja es que España lidera las tasas de paro juvenil en Europa, con el 29%, y tiene uno de los porcentajes de desempleo más elevados, del 13% entre el conjunto de la población.

El debate de si la causa de este desajuste en el mercado laboral lo provoca las malas condiciones laborales que se ofertan o si existe una falta de voluntad por parte de los españoles para ocuparlos ya ha precipitado cambios. El Gobierno trabaja ya en aprobar cambios normativos que permitan acelerar los procesos de contratación en países de origen o regularizaciones en España de trabajadores venidos de fuera para cubrir esas demandas de empleo vacantes. En este contexto, el último dato de nacionalizaciones muestra cómo España sigue siendo un destino de oportunidades para cientos de miles de inmigrantes. Sólo el año pasado nacionalizó a casi 100.000 personas en edad de trabajar.

La cifra es superior a la que lo hizo el año anterior, con alrededor de 90.000 nacionalizaciones de extranjeros mayores de 18 años. En su mayor parte, como durante 2021, proceden de países como Marruecos, Colombia y Ecuador.

La llegada de población de otros países no sólo ha permitido cubrir la falta de mano de obra en algunos sectores sino que también ha permitido compensar el déficit demográfico que atraviesa España por la caída de la natalidad desde hace años. Una situación ante la que los empresarios ya han advertido que comienza a resentir el mercado laboral por falta de mano de obra, tanto la más cualificada como la que requiere menor formación.  

Medio millón en un lustros

En muchos casos se trata de ciudadanos que llegaron a España hace unos años y que han ido prolongando sus contrataciones y con ellos la obtención de papeles que les permitan acceder a la nacionalización superada la década de residencia. La tendencia de este fenómeno migratorio-laboral no ha hecho más que subir. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística muestran que además de los 98.758 hombres y mujeres extranjeros ahora nacionalizados, se concedió el pasaporte español a otros 45.254 menores de edad, hasta sumar un total de 144.012 durante el 2021.

La cifra es la más alta de los últimos seis años. Supone más del doble de los que se nacionalizaron en 2017 (casi 66.500). La curva ha ido ascendiendo de año en año a un ritmo de incrementos de entre un 15% y un 35% interanual. En todo el periodo, entre 2017 y finales del año pasado, se han formalizado un total de 525.500 nacionalizaciones de ciudadanos extranjeros. Se trata de una población que casi a partes iguales se reparte entre hombres y mujeres.

Actualmente en amplios sectores de la economía española la presencia de trabajadores de origen extranjero se ha disparado de modo importante. Lo ha hecho en sectores como la hostelería y la construcción, además del campo. Sin embargo, ni siquiera con el aumento de llegada de hombres y mujeres de otros países para trabajar en España se logra cubrir la demanda. La campaña de verano que ahora arranca en España es un claro ejemplo. Los trabajadores extranjeros ocupan alrededor del 20% de los puestos, según la patronal de Hostelería España. Su secretario general reconoce que de los cerca de 100.000 trabajadores de refuerzo que requerirá el sector casi la mitad no se podrá cubrir. Por ello, Emilio Gallego reclama activar procedimientos como los cupos o contingentes de trabajar en origen, similares a los aplicados en el campo, para su sector.

El Gobierno ya prepara un cambio en la normativa, que afectaría incluso a la Ley de Extranjería, para acelerar la regularización de los inmigrantes en situación irregular en nuestro país y que estén dispuestos a trabajar y formarse. A ello se sumaría la extensión de los procesos de contratación en origen con el fin de cubrir plazas vacantes o facilidades para emprender.

Cataluña, a la cabeza

Se da la circunstancia de que son las zonas con mayor actividad en los sectores con más vacantes (el turismo, la hostelería, el campo y la construcción) las que están logrando un mayor número de nacionalizaciones de ciudadanos extranjeros. Así, Cataluña, con una de las tasas de inmigración más altas de España, concentra el 30% de las nacionalizaciones. Sólo el año pasado, 42.371. En segundo lugar se encuentra Madrid, con 25.827 casos. Tras ella figuran comunidades como la Valenciana, con 14.406, y Andalucía, con casi una de cada diez. Sólo en 2021 más de 13.000 ciudadanos extranjeros radicados en Andalucía lograron la nacionalidad española.

Sin duda África es el continente de procedencia de la mayor parte. Un continente que tiene en la vecina Marruecos al país con más hombres y mujeres llegados a nuestro país y que tras una década viviendo y trabajando aquí logran la ansiada documentación que les reconoce como españoles. Sólo el año pasado se nacionalizaron tantos ciudadanos marroquíes (42.000) como los del conjunto de países de Sudamérica (47.276). De entre ellos, Colombia, Bolivia y Ecuador, con algo más de 8.300 nacionalizaciones, se sitúan como segundo, tercer y cuarto país con mayor número de nacionalizaciones. Venezuela (6.635), Pakistán (5.921), Perú (4.082), Argentina (3.120) y Paraguay (3.200) completan los países con más ciudadanos nacionalizados españoles durante todo el año pasado.