El precio de la gasolina sigue a la baja. La invasión rusa en Ucrania llevó a ver cómo los letreros de las estaciones de servicio marcaban los 2,20 euros durante las peores semanas de la guerra, pero esta situación ha ido mejorando progresivamente.
Los motivos por el que llenar el depósito cada vez es más barato son, principalmente, dos. El primero es el temor a una posible recesión en Europa. La fuerte inflación está dañando gravemente la economía de los hogares y el consumo de las familias cada vez es menor, lo que está provocando un parón en las arcas de los comercios empresas.
No podemos olvidar tampoco el alto precio de las fuentes energéticas que han derivado en una ralentización en la Industria. Las principales instituciones europeas públicas como el Banco Central Europeo o la Comisión Europea han alertado del "difícil invierno" al que se enfrenta Occidente tras el conflicto bélico.
El segundo de los motivos es que el descuento de los 20 céntimos que aprobó el Gobierno está surtiendo efecto. Desde el pasado junio, los españoles pueden ahorrarse hasta 30 céntimos si repostan en gasolineras como Repsol, BP o Cepsa. La medida, que estaba vigente hasta septiembre, fue prorrogada hasta final de año ya que las previsiones de unos combustibles caros se mantendrá durante buena parte del otoño y del invierno.
Con todo, de acuerdo a los datos oficiales del Boletín Petrolero de la Unión Europea, el precio de la gasolina y del diésel vuelve a caer una semana más. En concreto, el litro de la gasolina se queda en los 1,70 euros, impuestos incluidos, y el del gasóleo baja hasta los 1,86 euros. En ambos casos son cuatro céntimos menos que hace una semana.
Estas cifras no se veían desde el pasado abril, cuando la amenaza de Putin a dejar a Europa sin carburantes fue real y el litro del diésel y de la gasolina subieron hasta 30 céntimos en apenas una semana, pasando de los 1,57 euros hasta los 1,87 euros.
El diésel sigue caro
Una semana más, el precio del diésel es muy superior al de la gasolina. Una situación que se ha convertido en habitual desde el inicio de la guerra, si bien es cierto que no es habitual ya que el gasóleo es más barato que la gasolina.
No obstante, Rusia es el principal exportador de este tipo de carburante a Europa y las restricciones en las compras ha provocado que el diésel siga siendo más caro que la gasolina.
La caída de los precios de los carburantes es consecuencia directa de que el petróleo sigue bajando. El barril de crudo Brent del Mar del Norte, el que se utiliza como referencia en Europa, se paga a menos de 90 dólares. Hace pocos días superaba los 95.
La situación en Europa contrasta con la de Estados Unidos. En el país norteamericano se registró la primera subida en 99 días debido a la fortaleza del dólar. Cabe recordar que hace pocas semanas el litro de los diferentes carburantes repuntaron mínimamente en el Viejo Continente, si bien en las revisiones posteriores volvieron a bajar.
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