365 días dentro de las oficinas de Iberdrola. Ese es el tiempo que ha estado Antonio Miguel Carmona en la mayor compañía eléctrica de España. Y, casi a todas luces, si se cumplen las expectativas de la empresa será una de las más punteras en todo el mundo, a tenor de las últimas directrices que ofreció a los inversores esta misma semana.
Iberdrola quiere crecer sobre todo en Estados Unidos y en Reino Unido, dos de los mercados que más réditos le proporciona y, sobre todo, que menos dolores de cabeza le da a Ignacio Sánchez Galán. Porque España, según el presidente de la eléctrica, es “la peor región” de todas las que opera. ¿Los motivos? Los continuos impedimentos fiscales, los problemas a la hora de invertir y los altos precios de la energía. Para intentar revertir la situación en nuestro país, Galán pensó en Carmona.
Como detallan fuentes conocedoras, el fichaje se cocinó entre bambalinas y varias reuniones después de que el carismático político socialista defendiera en varias tertulias televisivas la actuación de las energéticas en nuestro país. Carmona llegó a calificar de “fake news” las informaciones publicadas hace poco más de un año en las que se afirmaba que Iberdrola sacaba rédito del vaciado de los embalses para producir electricidad a través de la tecnología hidroeléctrica.
Meses después de esa defensa, un sábado de octubre, Iberdrola confirmaba que Antonio Miguel Carmona fichaba por la compañía. El puesto asignado fue el de vicepresidente de Iberdrola España. Antes, Carmona fue diputado en la Asamblea de Madrid en dos etapas diferentes, primero entre 1999 y 2002 y posteriormente, entre 2011 y 2015. Tras ello, se presentó como cabeza de lista al Ayuntamiento de Madrid, permaneciendo como concejal entre 2015 y 2019, los años de gobierno de Manuela Carmena.
Pero lejos de tener riendas ejecutivas, el papel del ex político era el de representación institucional con empresas, gobiernos y medios de comunicación. De hecho, una vez que llegó a la eléctrica, Carmona inició una reestructuración en ese departamento y se trajo a personas de su confianza.
“Ignacio Sánchez Galán otorgó poderes representativos a Carmona porque confiaba en que Iberdrola pudiera tener una mejor reputación en un momento en el que la imagen de las empresas energéticas no era la mejor”, señalan fuentes del sector energético en conversación con este periódico.
No hay que olvidar tampoco que el año pasado Iberdrola, y sobre todo Ignacio Sánchez Galán, estaba inmerso en un proceso judicial por culpa del caso Villarejo. El presidente estaba imputado desde junio de 2021 por los delitos de cohecho, contra la intimidad y falsedad documental por su presunta implicación en los trabajos de espionaje que el comisario había hecho para la compañía eléctrica. No obstante, meses después, el empresario quedó absuelto.
Volviendo a Carmona, como vicepresidente hizo pocas declaraciones en público. Pero de las pocas veces que lo hizo sí fue tajante para defender los intereses de las eléctricas ante el impuestazo de Pedro Sánchez. "Entendemos que este impuesto es a las petroleras y a las gasistas que representan el 75% de la energía. Nosotros, muy al contrario, tenemos un recorte de resultados en España por el encarecimiento del gas y al tener el 80% de la demanda eléctrica vendida a precio fijo", dijo.
"Se habla a menudo de los beneficios caídos del cielo, pero en realidad no son tales. Los sobrebeneficios no caen del cielo, salen del bolsillo de los consumidores que pagan los recibos", insistió en su intervención.
Poderes efímeros
El 7 de octubre, Antonio Miguel Carmona renunciaba a la vicepresidencia de Iberdrola España ante la sorpresa de propios y extraños. El directivo lo hizo de forma voluntaria para asumir más responsabilidades ejecutivas.
Igualmente renunció a su puesto en el Consejo de Administración de Iberdrola “para el adecuado desarrollo de mis funciones como ejecutivo de Iberdrola", como explicó el propio Carmona, en aras de cumplir con las recomendaciones de buen gobierno corporativo.
En principio, sus nuevos cargos iban a pasar a desarrollar funciones corporativas y de comunicación, algo que en la práctica ya hacía. Sin embargo a las pocas fechas se conocía que también abandonaba el organigrama de la empresa para pasar a ser un asesor externo en Londres, “centrado en el análisis del entorno macroeconómico”.
Fuentes cercanas a la compañía indican que los verdaderos motivos por los que ha abandonado es por la gestión llevada a cabo en los últimos meses. Tal es así, que Iberdrola ha abierto una auditoría interna para conocer de primera mano algunas de las actuaciones que no han gustado a Ignacio Sánchez Galán y al resto del equipo directivo.
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