El inversor conservador que quiere encontrar productos de bajo riesgo y rentabilidad atractiva está de enhorabuena. Las letras del Tesoro están dando rentabilidades no vistas en una década. Las últimas subidas de los tipos de interés han hecho que la renta fija empiece a ser atractiva. Este interés quedó latente en la subasta del lunes que tuvo una demanda de 10.190 millones de euros y colocó 5.062 millones de euros. La rentabilidad de las letras a 6 meses subió respecto a la subasta anterior hasta los 2,693%, pero la de las letras a 12 meses bajó ligeramente y se situó en el 2,839% (2,998%).

A pesar de esta bajada, España cuenta con una de las deudas públicas más rentables de Europa. Pero hay países que superan esa rentabilidad. Así, Italia ofrece un 3,024% en sus bonos a un año, mientras que Francia y Portugal están en valores muy parecidos al de España, con una rentabilidad del 2,8%. Por otro lado, Alemania ofrece una remuneración al inversor más baja en la deuda a un año, del 2,64%. Si el inversor quiere invertir en un país de fuera de la Unión Europea que dé más rentabilidad, Reino Unido ofrece un 3,59% en su deuda a 12 meses.

La rentabilidad que ofrece un país en su deuda depende de la situación económica y la estabilidad de ese lugar. No es lo mismo invertir en deuda pública de un país como España o Alemania que hacerlo en un país emergente o con poca estabilidad política. Los expertos recomiendan siempre, además de mirar la rentabilidad que da la deuda, es conocer si el Estado tiene más o menos probabilidades de impagar esa deuda. Aunque sea una inversión segura que tiene detrás el estado de un país, hay que tener en cuenta que se dejará de pagar si ese país quiebra.

Por ello, la deuda a un año de Rusia registra una rentabilidad del 14,14% y la de Ucrania, un 41%. Son dos países que están en medio de un conflicto, que pronto cumplirá un año de su inicio, y tienen más riesgo de no pagar. Por ello, la rentabilidad es mayor, ya que el inversor asume mucho más riesgo. Pasa lo mismo en países en vías de desarrollo como México, que su deuda a un año tiene una rentabilidad del 10,9%, o Brasil, que tiene un interés del 13,9%. El conflicto político con las elecciones y la toma al congreso de la oposición liderada por Bolsonaro ha hecho que invertir en su deuda sea más peligroso.

Otros países estables tanto políticamente como económicamente, que ofrecen más rentabilidad que España en su deuda a corto plazo son EEUU. El país norteamericano registra una rentabilidad del 4,86% para su deuda a 12 meses. Un porcentaje parecido da la deuda de Canadá, del 4,62%. Si se cambia de continente, China ofrece un interés del 2,14% para sus bonos a un año, que es menor que la letra española. Por otro lado, Japón ofrece una rentabilidad negativa del -0,082%.

En España, desde 2016 y hasta mayo de 2022, también tenía una rentabilidad negativa, pero en mayo del año pasado, y por primera vez en años, las letras a 12 meses empezaban a atravesar la barrera positiva (0,089%). Las subidas de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) han terminado con la rentabilidad negativa y, en cambio, ha hecho que se dispare: a finales de 2022, el total de letras en circulación se pagaba a una media de 0,728%.

Jakob Suwalski, director de calificaciones soberanas de Scope Ratings, explica que España está bien situada para hacer frente al aumento de los costes de endeudamiento y a la reducción de las compras de bonos soberanos de la zona euro por parte del BCE, debido a la mejora del perfil crediticio de la deuda pública española y a las perspectivas económicas relativamente sólidas del país.

Por su parte, Florian Späte, estratega senior de bonos en Generali Investments, apunta que los mercados de deuda pública han empezado el año con muy buen pie. “Impulsados por unas expectativas de tipos de interés más bajos, las curvas de rendimiento de la deuda pública subyacente se han aplanado”, señala.

Desde MyInvestor apuntan a que hay alternativas para tener la misma seguridad. Los fondos monetarios son, según señalan, la categoría más segura que existe y su propósito es actuar como un monedero para el inversor. El riesgo es muy bajo, ya que sólo invierten en deuda de muy alta calidad y a muy corto plazo. No obstante, los retornos son también más reducidos que los que ofrecen otras categorías. Por tanto, “es importante elegir un fondo monetario que presente una ratio de gastos totales”, explican desde el banco.