La segunda parte de la reforma de las pensiones, que el Gobierno ha presentado este viernes a sindicatos y empresarios después de llegar a un acuerdo en el seno del Ejecutivo, incluye medidas clave para compensar el aumento del gasto que supondrá haberlas ligado a la inflación. Entre ellas, un aumento de las cotizaciones sociales para todos los trabajadores como el que ya entró en vigor este año, el incremento del límite de las bases máximas de cotización y una "cuota de solidaridad" también para los sueldos más altos.

Aunque este viernes es la primera vez que Seguridad Social presenta este conjunto de medidas a los agentes sociales, el Gobierno ya da por hecho que las cifras serán las que se detallan a continuación, puesto que ya había realizado un trabajo previo con los sindicatos, ha pactado la base de la reforma con sus socios parlamentarios y tiene el visto bueno de Bruselas, tal y como CCOO y UGT exigían para dar su aprobación a la propuesta.

Para la vicepresidencia segunda del Gobierno, el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Derechos Sociales (ambos de Podemos), que han explicado la reforma a los medios, la negociación ha sido un éxito puesto que, aseguran, han conseguido que mejorar el carácter solidario del sistema y que no conlleve un empeoramiento de ninguna pensión. "Estamos muy satisfechos, todos los objetivos políticos se han conseguido. El Gobierno ha sido capaz de cambiar el paradigma", han asegurado haciendo referencia a cómo se enfrentó la crisis anterior, que condujo a recortes de las pensiones por la vía del gasto.

Estas son las principales medidas que incluye la reforma y cuándo está previsto que entren en vigor cada una de las partes.

  • Nuevo refuerzo del MEI. El mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) que se aprobó en noviembre de 2021 se refuerza. Si entonces se decidió aumentar las cotizaciones sociales de todos los trabajadores en 0,6 puntos, a partir de 2024 empezarán a subir hasta alcanzar los 1,2 puntos porcentuales en 2029, a un ritmo de una décima al año, y ese refuerzo se prolongará hasta 2050. Ese recargo se repartirá entre empresa y trabajador en la misma medida que se aplica en la actualidad.
  • Incremento de las bases máximas de cotización. A partir de 2024, los sueldos más altos empezarán a pagar mayores cotizaciones sociales, de manera que se empezarán a eliminar los límites de la cotización a la Seguridad Social. Así, y si hoy día los sueldos de 4.000 euros brutos al mes pagan las mismas cuotas a la Seguridad Social que los superiores, ya sean de 7.000 o 9.000 euros mensuales (porque están topados en los 54.000 euros anuales), cada año este límite subirá el IPC anual más 1,2 puntos. Y en consecuencia las pensiones máximas subirán algo menos, a razón de 0,1 puntos más al año hasta 2050 [una versión anterior de este artículo hablaba de 0,01 puntos más, dato que ha sido corregido tras una rectificación de Seguridad Social sobre los documentos enviados a los medios].
  • Cuota de solidaridad. Además, y a partir de 2025, se produce una segundo aumento de las cotizaciones para los sueldos más altos (a partir de 54.000 euros anuales), que en esta ocasión pagarán exclusivamente las empresas, ya que abonarán un recargo que no llevará aparejado ningún crecimiento de su pensión. "Será de carácter puramente solidario y no contributivo", han explicado desde Trabajo. En 2025, esta cuota será del 1% e irá aumentando 0,25 puntos anuales hasta llegar al 6% en 2045, y en ese nivel se mantendrá indefinidamente.
  • Periodo de cómputo. Los pensionistas podrán elegir entre mantener los 25 años cotizados que se utilizan actualmente para calcular la pensión o utilizar 29 descartando los dos peores. Este es el que Podemos percibe como su principal logro, porque con el mencionado planteamiento ninguna pensión se verá rebajada, algo que sí sucedía con la anterior propuesta. Ahora, las personas con carreras más irregulares se verán beneficiadas de un aumento de su pensión. Este cambio entrará en vigor progresivamente a partir de 2026 y durante 12 años, pero aún se desconoce de qué manera.
  • Aumento de las pensiones mínimas. Las pensiones mínimas y las no contributivas aumentarán hasta superar la renta media de los hogares españoles, de forma similar a como ha sucedido con el salario mínimo. Habrá niveles concretos dependiendo de la situación de cada hogar, pero por ejemplo un receptor de una pensión mínima contributiva, mayor de 65 años y que convive con otro adulto verá incrementada su pensión hasta que esta alcance el 60% de la renta mediana de España, de aquí a 2027. En el caso de las no contributivas, aumentarán hasta alcanzar un 75% de la renta mediana española, en caso de los hogares unipersonales.

El Gobierno tiene previsto aprobar estas medidas a través de un real decreto ley durante las próximas semanas. Este viernes ha presentado la propuesta a los agentes sociales, y espera conseguir el visto bueno de los sindicatos, puesto que entiende que las medidas mayormente benefician a los trabajadores, y la negativa de los empresarios, ya que previsiblemente se opondrán al aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social.

Garantizar la sostenibilidad de las pensiones

Con esta nueva parte de la reforma, el Gobierno espera conseguir un sistema totalmente sostenible, porque prevé ingresar 15.000 millones de euros más cada año, aproximadamente, un 1,2% del PIB. "Con el aumento de ingresos que traerá el conjunto de la reforma ingresaremos tres puntos de PIB más, que es el reto que tenemos por el pico de la jubilación del baby boom. Así que sí, se está garantizando la sostenibilidad del sistema de pensiones en el pico de la jubilación del baby boom", han asegurado desde Trabajo y Derechos Sociales.

Actualmente España gasta un 12% del PIB en materia de pensiones, porcentaje que ascenderá hasta el 15% cuando la generación del baby boom se haya jubilado. Por eso, si con el conjunto de medidas propuestas España consigue ingresar 3 puntos de PIB más, habrá compensado ese mayor gasto.