Economía

Credit Suisse vuelve al punto de mira: todos los problemas de la entidad suiza

Sede de Credit Suisse en Zurich.

Sede de Credit Suisse en Zurich.

Credit Suisse se ha desplomado este miércoles en bolsa más de un 25%, algo que ha provocado que se suspendiera su cotización. La entidad suiza, que ha tocado mínimos históricos por debajo de los dos francos suizos, se ha vuelto a poner en el punto de mira del sector financiero europeo tras el rechazo de su máximo accionista de incrementar su participación en el banco, por cuestiones regulatorias. Credit Suisse ha arrastrado a la banca europea, que ya venía tocada por la quiebra de Silicon Valley.

El Banco Nacional Saudí, principal accionista de Credit Suisse, ha indicado que no prestará más apoyo al banco helvético. El grupo saudí se hizo el pasado año con una participación del 9,9% en Credit Suisse en la ampliación de capital que lanzó entonces. La entidad de Oriente Medio invirtió 1.500 millones de francos suizos (1.530 millones de euros).

Ammar al Khudairy, presidente del Banco Nacional Saudí, ha remarcado que no aportará más capital a Credit Suisse, en una entrevista con la agencia Bloomberg. «No podemos [dar nuevo apoyo], porque superaríamos el umbral del 10% del accionariado. Es una cuestión regulatoria», ha comentado Al Khudairy.

Esta noticia es un nuevo bache en el recorrido de los últimos meses de Credit Suisse. El banco ha estado golpeado por escándalos reputacionales, firmas de riesgo colapsadas y actualmente por la crisis bancaria internacional que ha generado la quiebra del estadounidense SVB… Credit Suisse, el segundo mayor banco de Suiza por valor de mercado, atraviesa su peor momento en 167 años de historia, sin visos de recuperación.

Fundado en 1856, el banco con sede en Zúrich ha perdido alrededor de un 30% de su valor en la Bolsa de esa ciudad desde mediados de la semana pasada, en un momento en el que su propia crisis interna, cuyo origen podría remontarse a 2019, se ha entrecruzado con la más generalizada que atraviesa estos días la banca mundial. La pérdida es mayor desde principio de año, ya que ha caído un 70%.

Pérdidas millonarias

Las cuentas de la entidad no salen. Credit Suisse lleva dos años de pérdidas millonarias, en 2021 fueron de unos 1.600 millones de euros y en 2022 fueron todavía mayores, la entidad informó de unas pérdidas de 7.400 millones de euros, casi cinco veces más que el año anterior.

El año pasado también estuvo marcado por la retirada de liquidez. Los clientes retiraron hasta 84.000 millones de francos suizos (89.000 millones de dólares) del banco a nivel mundial durante las primeras semanas del trimestre, después de que su CEO dijera que la entidad estaba en una «situación crítica». La retirada de liquidez se elevó a 123.200 millones de francos suizos (126.000 millones de euros) en el conjunto del año.

Entre los principales factores que explican estas pésimas cuentas destaca su exposición a firmas de riesgo que colapsaron en ejercicios anteriores, como el fondo de cobertura estadounidense Archegos o la firma angloaustraliana de servicios financieros Greensill.

La ampliación de capital

Para poder poner fin a sus problemas financieros, Credit Suisse puso en marcha un plan de reestructuración el pasado mes de octubre en el que se incluyó una ampliación de capital de 4.000 millones de francos (4.090 millones de euros), así como el despido de 9.000 trabajadores en todo el mundo y un recorte del 15% de sus gastos.

Esta ampliación de capital, que no está teniendo el éxito esperado, hizo que el Banco Nacional Saudí se convirtiera en el principal accionista de la firma, al invertir 1.500 millones de francos (1.530 millones de euros) en participaciones de la entidad. Las declaraciones del presidente sobre que no aumentarían la inversión porque no pueden regulatoriamente ha hecho que se desplomase en bolsa.

Hasta la ampliación de capital del pasado año el máximo accionista era el grupo estadounidense Harris Associates, que abandonó el banco tras la ampliación de capital, ahora controlado en más de un 20% de su accionariado por inversores de Oriente Medio.

Tras la banca estatal saudí se sitúa la Autoridad de Inversión de Qatar (QIA), gestora del fondo soberano del emirato, con un 5,03 % de las papeletas, y les sigue el grupo saudí Olayan, ligado a una rica familia del país árabe, con un 5 % de las acciones.

Problemas reputacionales

A los problemas financieros se suman muchos otros en torno a la reputación del banco, que han causado una amplia remodelación de la directiva en los últimos años. En enero del pasado año el entonces presidente de la entidad, Antonio Horta-Osorio, se veía por ejemplo obligado a dimitir por descubrirse que había viajado y asistido a un evento deportivo cuando se encontraba supuestamente en cuarentena durante la pandemia, tal y como recoge EFE.

Su sucesor, Alex Lehman, fue recientemente investigado por el regulador financiero de Suiza, la Finma, a raíz de afirmaciones lanzadas por éste sobre la situación financiera del banco que se pensó que podrían haber inducido a error a potenciales inversores. Lehman afirmó, en declaraciones a la radio pública suiza en diciembre, que el banco de Zúrich estaba logrando un retorno de su liquidez cuando en realidad sufría una huida de capitales.

También a principios de 2022 el banco fue objeto de una investigación publicada por un consorcio de medio centenar de medios globales que lo acusaban de haber guardado durante décadas fortunas de personas ligadas a la corrupción. Mucho antes, en 2020, Credit Suisse se vio inmersa en otra polémica por el descubrimiento de casos de vigilancia ilegal ordenada por responsables de distintas áreas a altos cargos de la entidad poco antes de ser contratados por firmas de la competencia. Ello llevó entonces a la renuncia del entonces consejero delegado, Tidjane Thiam.

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