Economía

Argelia, el socio comercial que España perdió en su giro con respecto al Sáhara

Las exportaciones han caído un 46% en un año, hasta los 1.021 millones de euros.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un viaje a Argel en 2020.

“Argelia sigue siendo un socio estratégico fundamental, no sólo en el ámbito económico y comercial, sino también de seguridad, defensa e interior”. Así de contundente es el informe económico sobre Argelia elaborado por la Oficina Económica y Comercial de España en Argel. Incluso después de que el país activase el pasado año una serie de restricciones que han causado pérdidas millonarias a empresas españolas cuyo mercado principal o incluso único es el argelino.

España compra a Argelia productos energéticos, sobre todo, gas e hidrocarburos. Nuestro país exporta papel, materiales cerámicos y productos agroalimentarios. Por ello, la balanza comercial siempre ha estado del lado de Argelia, y más, tras el encarecimiento de la energía. Según datos de Naciones Unidas, en 2021, España fue el segundo cliente de Argelia por detrás de Italia, con quien el país magrebí tiene acuerdos en materia energética.

Pero en 2022, el cambio de postura de España con respecto al Sáhara desembocó en una crisis diplomática con Argelia que todavía no ha encontrado solución. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trasladó en una carta al rey de Marruecos, Mohamed VI, su apoyo a la autonomía del Sáhara Occidental y, tras ello, Argelia suspendió el tratado de buena vecindad e impulsó el bloqueo de las operaciones de comercio exterior en España.

Desde entonces, las exportaciones españolas comenzaron a caer en picado. En mayo, España exportó bienes a Argelia por valor de 197,3 millones de euros. En junio, las ventas exteriores cayeron a los 66,6 millones de euros y en el último mes del año, las exportaciones se quedaron por debajo de los 11 millones de euros. Las caídas son prácticamente del 95%, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio.

El presidente del Círculo de Comercio e Industria Argelino-Español (CCIAE), Djamel Eddine Bouabdellah, resume el conflicto como “un problema político”. Y es que Abdelmadjid Tebboune, el presidente argelino, considera que el origen del conflicto es el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Por ello, el presidente del CCIAE cree que “Argelia no quiere desbloquear la situación, creen que la pelota está en el lado de España. La estrategia por el momento está siendo la de esperar a las próximas elecciones”.

“Argelia no quiere desbloquear la situación, creen que la pelota está en el lado de España"

La voluntad de desbloquear las discrepancias entre España y Argelia no existe solo en las fronteras españolas, sino que también se aboga por una solución en el seno de la Unión Europea. Esta semana, el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, instaba a “encontrar una solución a las limitaciones actuales. Pienso, por ejemplo, en los obstáculos introducidos desde junio de 2022 al comercio con España, que deben resolverse. Pienso también en las limitaciones a las inversiones europeas en Argelia, que tienen un impacto directo en la aplicación de nuestro Acuerdo de Asociación. Encontrar una solución a todo esto redunda en nuestro interés común”.

Empresas perjudicadas

Como ha contado este periódico, más de 20 empresas españolas han iniciado los trámites para presentar una reclamación patrimonial contra el Estado por las consecuencias que ha tenido el cambio de postura con respecto al Sáhara. Las pérdidas para las mismas son de más de 800 millones de euros. “Hay mucha esperanza por parte de las empresas para que esto se solucione, nosotros estamos haciendo fuerza”, subraya Bouabdellah.

Uno de los riesgos es que los clientes de esas empresas busquen oportunidades en otros mercados que no estén vetados por Argelia. Italia y Portugal se erigen como competidores para España. Sin embargo, Bouabdellah considera que las relaciones comerciales entre España y Argelia tienen “ventajas” en materia de precio y de transporte, que espera que se puedan recuperar en algún momento. “Los sectores con potencial inversor serían abundantes en Argelia si las condiciones para la inversión fueran adecuadas”, reconoce la oficina comercial en el informe económico del país.

Marruecos, la otra cara de la moneda

Mientras las exportaciones a Argelia siguen cayendo, España ha elegido a un socio preferente: Marruecos. Durante la visita de Sánchez a Rabat, en la que se firmaron una veintena de acuerdos bilaterales, también se rubricó un protocolo financiero de 800 millones de euros, con el fin de impulsar inversiones en sectores estratégicos, como el turismo, el ferrocarril o la gestión del agua. Además, Cofides e Ithmar, el fondo soberano marroquí se emplazaron a identificar oportunidades de inversión conjunta. 

En contraste con el declive exportador a Argelia, las ventas exteriores a Marruecos aumentaron en un 23,68% en 2022, hasta los 11.748 millones de euros. En 2021, se exportaron bienes por valor de 9.499 millones.

“Hemos vivido años de plomo, con una relación pésima con la administración, con trabas y retrasos y esto se ha arreglado de golpe”, explica Aldo Olcese, empresario español con negocios en Marruecos. Olcese subraya que el tejido empresarial de Marruecos es muy superior al de Argelia y, además, el país es “una plataforma para llegar a otros países africanos”.

Por ello, cree que “Marruecos es una mejor opción para España que Argelia” y apunta a las oportunidades energéticas de los próximos años. El empresario cree que el país magrebí “se convertirá en un hub energético, con el apoyo de España y de la Unión Europea”. Con todo, no cree que termine siendo un “competidor” para nuestro país, en materia de producción de energía renovable, sino un “aliado”.

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