Economía

Los accionistas de Credit Suisse dejan sin sueldo a los altos ejecutivos, pero reeligen al presidente

Los accionistas han mostrado su repulsa a la operación con camisetas y otros elementos, como un coco vacío

Imagen del final de la Junta de Accionistas de Credit Suisse EFE

Credit Suisse ha celebrado este martes una tensa junta de accionistas. Los accionistas ha desatado su indignación por la quiebra de la entidad contra los directivos. Durante las intervenciones, los accionistas han mostrado su repulsa a la operación con camisetas y otros elementos, como un coco vacío en referencia a la amortización total de los bonos de deuda AT1, conocidos en la jerga financiera como CoCos.

"Siento que esta institución me ha engañado, y que el Gobierno no ha comunicado bien", ha afirmado el primer accionista en intervenir, quien ha señalado que los responsables de la entidad de 167 años de historia "se durmieron en los laureles durante los últimos 15 años". "Tranquilos, no he traído una pistola", ha apuntado el accionista tras llamar la atención sobre el hecho de las altas medidas de seguridad que rodearon la asamblea de este año, donde la tensión era palpable y se oyeron incluso gritos desde el público.

A pesar de esta tensión, los accionistas han renovado a Axel Lehmann como presidente y han aprobado la remuneración del consejo, aunque no han hecho lo mismo con la del comité ejecutivo.

El presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann, ha sido reelegido como máximo responsable del banco, el último que habrá antes de que éste sea absorbido por UBS, en una votación muy ajustada de una de las juntas de accionistas más tensas que ha tenido que vivir la entidad en 167 años de historia.

Lehmann, que ha pedido repetidamente disculpas a los accionistas por las circunstancias que llevaron al banco al borde de la bancarrota, ha recibido sólo el apoyo del 55,6% del accionariado, que también ha votado a favor de la continuidad de otros seis miembros de la directiva, mientras que otros cinco han optado por dejar sus puestos.

"Es un cambio histórico. Lamento profundamente que se haya llegado a esta situación, pero al mismo tiempo me aseguraré de que haya una buena transición. Junto a UBS, construiremos un futuro de éxitos", ha señalado el empresario suizo al término de la junta.

En las votaciones finales, no se pudo someter a la aprobación de los accionistas, por ausencia de quórum, una modificación de los estatutos sociales destinada a modificar el capital social e introducir un margen de fluctuación de capital.

Esta junta, celebrada en el Hallenstadion de Zúrich, se ha prolongado durante cinco horas (90 minutos más de lo previsto) y ha estado presidida por una letanía de críticas de muchos accionistas, grandes y pequeños, que han ido pasando por el estrado principal para desahogarse tras el desastroso final del banco, que a muchos les ha causado pérdidas.

Al inicio de la reunión, Lehmann no ha podido sino deshacerse en disculpas por no haber podido enderezar el rumbo de un banco que en un año perdió un 90% de su valor en bolsa y acabó teniendo que ser comprado por su principal rival suizo para no quebrar, a precio de descuento (3.000 millones de francos, un 60 % menos de lo que valía entonces en bolsa).

"Son palpables la amargura, el enfado y el shock de todos los que han quedado decepcionados, abrumados y afectados por los hechos de las últimas semanas", ha afirmado Lehmann, quien asumió la presidencia a comienzos de 2022 e intentó en octubre del año pasado abanderar un proyecto de reestructuración para reflotar la entidad.

Lehmann ha argumentado que no hubo tiempo para conseguirlo: "No logramos superar el impacto de escándalos del pasado, ni contrarrestar titulares negativos con hechos positivos", ha reconocido el empresario suizo.

Credit Suisse, un banco nacido en 1856 para financiar el desarrollo de la red ferroviaria de Suiza, se ha visto salpicado de numerosos escándalos en los pasados años, y en los dos últimos tuvo millonarias pérdidas.

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