Un avión solar autónomo capaz de mantenerse de manera casi perpetua en el aire. Con el sol como único combustible, es el gran hito que prepara una compañía hispano-estadounidense Skydweller que, entre otros, ha logrado despertar el interés de países de la OTAN. Control de fronteras, vigilancia aérea, control de incendios o persecución del contrabando y la pesca ilegal son algunas de las utilidades del aparato. La compañía se fijó en la localidad de Valdepeñas (Ciudad Real) para sus instalaciones, aunque el plan industrial aún no está cerrado.

Con base tecnológica suiza, la compañía decidió instalarse en España por varias razones. La abundancia de sol de la que goza España es la más adecuada para hacer pruebas con un avión de este tipo, cuyo único combustible es la luz que emite el astro rey. Asimismo, también le permite no estar sujeto a las reglas norteamericanas, que calificarían al aparato dentro de la normativa militar. La compañía valoró también el talento aeronáutico que existe en España, a un coste más económico que en otros países del norte de Europa.

"El prototipo Skydweller ha funcionado excepcionalmente bien durante la fase de prueba", traslada a El Independiente Robert Miller, consejero delegado y fundador de la compañía Skydweller Aero. El pasado mes de enero, la aeronave alcanzó plena autonomía sobre los cielos de Albacete.

Castilla-La Mancha les abrió las puertas de la Comunidad de par en par y, de momento, cuenta con 100 empleados en nuestro país y otros treinta en EEUU. La plantilla podría llegar a duplicarse durante la fase de fabricación de las aeronaves basadas en el Solar Impulse, un avión que en 2016 consiguió dar la vuelta al mundo durante 16 meses solo con paneles solares.

"Es un logro histórico para un avión tan grande y mejora exponencialmente las credenciales de nuestra tecnología patentada, que es revolucionaria para las plataformas no tripuladas y puede ser útil para otros protagonistas en este sector", abunda Miller. La compañía espera una fuerte demanda cuando el proyecto esté maduro.

El aparato tiene 72 metros de envergadura y 2.500 kilos de peso. Y, al margen de que no necesite el costoso y contaminante queroseno para moverse, tampoco requiere llevar pilotos a bordo. Con un controlador en remoto es suficiente para comprobar que sus sistemas funcionan correctamente. Por ejemplo, un único operador podría manejar hasta una docena de estos aparatos a la vez.

Miller defiende que "la fiabilidad y la seguridad" de su aparato "representan el verdadero cambio de juego que los gobiernos esperan para que los aviones sean una solución operativa real". "En estos tiempos de presupuestos reducidos, no basta con ser una tecnología ecológica innovadora, también es necesario proporcionar una capacidad real y una solución. Skydweller hará eso", abunda.

Se trata de un producto único, que otras compañías han intentado poner en marcha sin éxito. Otras plataformas de grandes fabricantes, eso sí, están intentando llegar al mismo nivel que la empresa hispano-estadounidense.

El avión es capaz de despegar en 300 metros con sus propios motores y el impulso de la energía eléctrica que generan los paneles solares que lleva instalados. El precio, eso sí, aún se mantiene como una incógnita.

"Existe un enorme interés por parte de los gobiernos aliados a nivel mundial, específicamente los aliados de EEUU y la OTAN y la Unión Europea, algunos de los cuales están apoyando el programa de desarrollo y demostración de vuelo de Skydweller", abunda Miller.

En el ámbito de los negocios internacionales, el CEO de la empresa revela que "compañías de telecomunicaciones como Telefónica y American Tower han expresado claramente su interés en Skydweller por medio de acuerdos".

¿Para cuándo estará listo el primer avión tras la fase de pruebas? "Nuestro objetivo es entregar el primer avión no tripulado a los clientes a principios de 2025", abunda Miller. El equipo mundial de ingenieros está ahora mismo volcado en lograr un grado de preparación y madurez efectivos durante las pruebas para satisfacer las necesidades de sus futuros clientes.

De momento, Miller asegura que la compañía "está afinando el sistema de control de vuelo patentado y automatizando varias funciones adicionales de la aeronave antes de embarcarse en pruebas de vuelo de larga duración que demuestran la combinación de la plataforma probada y el sistema de control de vuelo autónomo". "Durante los próximos 18 meses maduraremos varios aspectos del diseño antes de que comience la producción en dos nuevos aviones de preserie", puntualiza.

El aparato tiene una componente tecnológica muy importante, donde interviene de forma especial la inteligencia artificial. "Hay tantos usos específicos interesantes para un avión como Skydweller que la IA definitivamente proporcionará algunas optimizaciones de rendimiento y aplicaciones innovadoras, además de funciones autónomas avanzadas", prosigue Miller.

Entre ellas, dice, "una de las áreas más interesantes es la previsión meteorológica predictiva y la integración con operaciones de vuelo inteligentes", comenta. El avión se puedo configurar diferentes formas y agregar instrumentos y aparatos diferentes en función de las necesidades de cada cliente.