Las empresas españolas han recuperado su posición internacional tras la pandemia, la crisis de suministros y haciendo frente al incremento de costes, derivado de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Sin embargo, todavía sufren las consecuencias del conflicto y de la inflación y, por ello, la mitad contempla cambiar su estrategia para proteger sus márgenes.

Es una de las conclusiones del informe La empresa española ante un nuevo escenario internacional, elaborado por KPMG y presentado durante la V Cumbre de la Internacionalización, en la sede de la Cámara de Comercio de España. En el documento, se plasma que la búsqueda de la eficiencia y la apertura a nuevos mercados forman parte de los planes de las empresas españolas con actividad internacional.

De hecho, entre las principales preocupaciones de los más de 560 directivos encuestados se encuentran la inflación de costes y el deterioro de los márgenes (70%), la incertidumbre e inestabilidad general (63%) y el desabastecimiento o escasez de materias primas y componentes (42%). Estos riesgos son comunes en todos los sectores, según la directora general de Negocio del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Rosario Casero, que afirma que “vemos problemas para trasladar el incremento de costes”. “Es algo transversal en todos los sectores”, concluye en el informe.

Además, un tercio de los empresarios considera que la coyuntura global perjudica en mayor medida a su negocio internacional. En la misma proporción, asumen que las empresas españolas encuestadas han perdido competitividad internacional. No obstante, la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, subrayó que “el sector exterior goza de una salud excelente” y que “la empresa española es altamente competitiva”.

Este es un asunto que preocupa a todas las empresas europeas, tal como publicó este periódico. En la misma línea, se pronunció el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, durante la presentación del informe, que instó a las instituciones a garantizar que las empresas españolas compiten en igualdad de condiciones en el escenario internacional.

Optimismo

No obstante, pese a estos problemas, las empresas españolas son optimistas con respecto a su actividad internacional. Si en la actualidad su actividad exterior supone el 52% de los ingresos, esperan que en 2027, la facturación internacional suponga el 61%, superando por primera vez al negocio doméstico.

Por ello, 8 de cada diez empresas está buscando nuevas oportunidades internacionales, ya sea a través de nuevos mercados, nuevos canales de venta o alianzas comerciales. “La pandemia nos enseñó el riesgo que supone depender mucho de un único mercado como el doméstico y la importancia de la diversificación [...] tener el negocio diferentes geografías en un mundo que vivía una pandemia a diferente escala y ritmo, nos ha hecho a las empresas de España valorar más aún la importancia del proceso y poner todavía más foco en la internacionalización y la diversificación en el futuro”, resume Elena Reviriego, directora general de la Unidad de Negocio de Exportación y Licencias de Mahou.

En este sentido e incluso por delante de buscar alternativas internacionales para proteger sus márgenes, el 71% de los directivos reconoce que los cambios en la estrategia de exportación consistirá en cambios en mercados y en las prioridades geográficas de cada compañía.

EEUU frente a Europa

La Unión Europea es el foco de la mayoría de empresas españolas que operan en el extranjero o que tienen inversiones en otros países. Sin embargo, a la hora de elegir los países más atractivos por su potencial de crecimiento, casi todos los directivos señalan a Estados Unidos. Francia y Alemania ocupan el segundo y el tercer lugar.

“Los mercados desarrollados ofrecen ventajas muy importantes, por su alto nivel económico, marco favorable para los negocios. De especial relevancia para España son los de la Unión Europea. En el actual momento de reconfiguración de las cadenas de suministro y de ventas hacia mercados más cercanos, España tiene todavía capacidad y margen para aumentar su cuota de participación en estos mercados”, apunta Enrique Fanjul, socio director de Iberglobal.

Para hacer frente a los riesgos y mejorar la situación internacional, que ya en la actualidad es muy positiva, los directivos esperan un mayor esfuerzo de las instituciones públicas en forma de apoyos fiscales y financieros a la exportación e inversión, defensa de los intereses de las empresas españolas en grandes acuerdos, ayudas ante disrupciones geopolíticas y acciones comerciales y de promoción conjunta.