La empresa pública Correos ha terminado en el centro del huracán después de que el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, acusase este miércoles al Gobierno de falta de voluntad para agilizar voto por correo. "No quiero contemplar que haya quien no vote porque no le ha llegado la papeleta". afirmó. Rápidamente matizó que el personal tiene una "profesionalidad indiscutible" y que "nadie habla de pucherazo", pero al mismo tiempo animó a los carteros a hacer horas extra para compensar la falta de previsión del Gobierno para que todo el mundo pueda votar.

"Pido a los carteros, aunque lo tengan que hacer en el turno de tarde si su turno es de mañana, que no dejen un voto en cartería", aclamó el líder del PP. La oleada de críticas no se hizo esperar, lamentando que Feijóo siembre la sombra de la sospecha sobre un tema tan serio como las elecciones, y con el propio Pedro Sánchez acusándolo de "embarrar" para "crear desafección para que la gente no vaya a votar o que desconfíe del proceso electoral".

Pero, ¿cuál es exactamente la situación en Correos, más allá de las acusaciones? Lo cierto es que los sindicatos que representan a los trabajadores de la empresa están de acuerdo en que la falta de previsión de la dirección ha sido inmensa, puesto que desde que se adelantaron los comicios sabían que las solicitudes de voto por correo se iban a disparar, porque la fecha coincide con las vacaciones de buena parte de los españoles y porque con un momento en el que buena parte de la plantilla está fuera.

"Aquí el único problema es la incompetencia absoluta de la alta dirección. Es surrealista. La situación es reflejo de una improvisación absoluta y de una falta de organización evidente, y es el culmen de los cinco años en los que venimos denunciando el desmantelamiento de Correos", explica una fuente de la UGT. Coinciden con él en CCOO. "Si este refuerzo de personal que ahora se ha anunciado se hubiera hecho hace una semana, no se hubiera montado la que se ha montado. En situaciones excepcionales hay que tomar medidas excepcionales, es lógico, pero han optado por el hermetismo total, por la opacidad", lamentan.

El miércoles se habían registrado 2,45 millones de solicitudes

Desde ambos sindicatos están completamente convencidos de que las elecciones van a salir adelante. De que nadie se va a quedar sin votar por correo, pese a la presión de las cifras, que amenaza con desbordarlos. Por el momento se han registrado unas 2,45 millones de solicitudes, y, a falta de contar con los datos de este jueves, que era el último día para pedirlo, entienden que el total superará los 2,5 millones. Solo este miércoles 100.000 personas acudieron a las oficinas de Correos a solicitar el voto a distancia, lo que les hace pensar que el jueves podría igualar o incluso superar esa cifra.

Confiamos en la gente, que está muy implicada para sacar esto adelante"

De esos 2,4 millones, por el momento solo han votado 700.000 personas. Es lo que hace pensar a los sindicatos que el momento crítico, en el que verdaderamente conoceremos si la situación es "preocupante, seria, grave o de alarma nacional" será el próximo 17 de julio, cuando deberían haberse enviado las papeletas a la mayoría de ciudadanos. "Pero hasta esa fecha nadie puede hablar de catástrofe. Confiamos en la gente, que está muy implicada para sacar esto adelante", asegura el portavoz de Comisiones Obreras en Correos.

En total, Correos cuenta con una plantilla de 47.000 trabajadores, de los que unos 29.000 son carteros. Y según los anuncios de la empresa, de cara a estos comicios se han incorporado 19.000 efectivos más. El problema es que las cifras han venido bailando cada semana: en primer lugar, la dirección desoyó las peticiones de aumento de personal, después anunció un refuerzo de 5.000 personas, que luego amplió a 7.000, a 11.000, y a 12.000 unos días después. Este miércoles la cifra volvió a subir hasta las 19.000 personas y ayer jueves hasta las 20.000.

Pero los sindicatos desconocen exactamente cuántas de esas personas ya se han incorporado, y critican que la falta de datos es flagrante. "Nos ocultan datos de cuáles son las necesidades, de cuánto es el crecimiento de la actividad y de qué oficinas están más débiles", asegura otra fuente. "Los refuerzos no los vemos, no acaban de llegar. No nos salen las cuentas, ni la mitad de los prometidos han llegado", dicen desde CSIF. Por el momento, las organizaciones han detectado una falta de personal especialmente grave en Guadalajara, Cantabria, Sevilla y Navarra.

También advierten de las dificultades que supone incorporar a nuevo personal, que en algunos casos no procede de la bolsa de empleo sino de fuera, a tan solo unos días de las elecciones. Asimismo, de cara a facilitar y agilizar el voto de la población, sobre todo desde CCOO han echado de menos una campaña institucional como las que Correos habitualmente realiza que explique en profundidad cómo se vota por correo y cómo cambiar la dirección de envío de las papeletas en caso de necesitarlo, algo que está ocasionando más de un problema a muchos votantes.

No obstante, y pese a las críticas a la dirección, a la que acusan de haber "deconstruido la organización" a lo largo de los últimos años, los sindicalistas están de acuerdo a la hora de desmentir que se esté promoviendo la abstención de algún modo, asegurando que ningún jefe está boicoteando el proceso. E insisten en remarcar que las medidas extraordinarias -de los refuerzos, a las horas extra y la ampliación horaria de las oficinas- serán suficiente para conseguir que todo salga como es debido, porque los trabajadores no permitirán que suceda otra cosa. Por el bien de todos.