La matriz de Telepizza, Food Delivery Brands, confía en tener resuelto en el segundo semestre del año su plan de transformación. La compañía espera la ratificación judicial de su reestructuración financiera durante el segundo semestre, según las cuentas anuales de 2022 consultadas a través de la herramienta Insight View. Tras eso, tratará de enderezar el rumbo ya con nuevos dueños y en unos tiempos muy distintos a los que la vieron nacer en Madrid a finales de los años ochenta de la mano de los hermanos Pujals.

La compañía, con fábrica en la localidad de Daganzo de Arriba (Madrid), alcanzó el 31 de diciembre de 2022 un acuerdo con Pizza Hut Internacional (PHI) para modificar aspectos clave de su alianza estratégica y acuerdos de masterfranquicia alcanzados en 2018. El objetivo era abrir 1.300 establecimientos en 10 años, lo que suponía duplicar su dimensión y tener operaciones en casi 40 mercados. Pero los planes no salieron bien.

PHI ha iniciado así un proceso para recuperar las operaciones de franquiciados de Pizza Hut en América Latina y el Caribe (excluyendo Brasil, Colombia, Ecuador, México y Chile). Cuando se materialice el traspaso, la matriz de Telepizza renunciará a sus derechos de masterfranquicia en los citados mercados. Se espera que culmine el 31 de diciembre de este año.

Ambas partes también han ajustado los objetivos de aperturas previamente pactados, así como los flujos de royalties. En este sentido, la matriz de la cadena de pizzerías "seguirá operando su red de tiendas en España, Andorra, Gibraltar, Portugal y Chile; y evaluará opciones estratégicas en México, Colombia y Ecuador, incluida la eventual transmisión de sus operaciones en alguno de estos territorios", consta en la memoria anual.

A finales de noviembre de 2022, el grupo puso en marcha una revisión estratégica para buscar alternativas financieras con sus acreedores y contrató a Kirkland & Ellis y a Uría Menéndez como asesores jurídicos y a Houlian Lokey como asesor financiero.

En marzo de 2023 alcanzó un acuerdo para reestructurar su deuda. Según comunicó la compañía, la firma del acuerdo para la refinanciación de su deuda, supuso una reducción cercana a los 240 millones de euros y una extensión de los plazos de amortización previstos hasta 2028, con una inyección de 71 millones de euros.

Los términos comerciales de la restructuración de la deuda prevén, entre otros, una capitalización parcial de los bonos y la dilución del 100% de los accionistas actuales, así como el establecimiento de una línea de financiación adicional por importe de 60 millones de euros que complementa y sustituye la financiación interina proporcionada en febrero de 2023.

La pandemia y la coyuntura económica han afectado a la actividad del grupo. "La mayor duración e intensidad del impacto de la pandemia y la espiral inflacionista iniciada durante la primera mitad de 2022 han limitado la capacidad del Grupo de trasladar a sus franquiciados y al consumidor final el incremento experimentado en los costes operativos del Grupo como consecuencia de los citados factores", expone en su memoria.

Con esas circunstancias, ha elaborado un nuevo plan de negocio que recoge los efectos mencionados así como los que van asociados a la renegociación de la alianza con Yum Brands!. Esto ha implicado que la empresa presente unas pérdidas en el ejercicio 2022 por valor de 181 millones de euros frente a los números rojos de 30,8 millones que presentaba en 2021.

Además, unos fondos propios negativos por importe de 129 millones, cuando en 2021 eran positivos de 44 millones. Para subsanar la situación patrimonial negativa, el 31 de marzo el accionista único realizó una aportación de socios por importe de 207 millones de euros.

El cierre del proceso, detalló la empresa, supondrá un cambio en el accionariado de Food Delivery Brands, por el que los actuales tenedores de la deuda sénior de la compañía, entre los que se encuentran Oak Hill Advisors, L.P., Blantyre Capital Limited, H.I.G Capital, LL., Fortress Investment Group LLC y TREO AM, pasarán a tener el control del grupo y los accionistas como el fondo KKR se diluirán en su totalidad.

La empresa ya apuntaba hace unos meses que las cuentas de 2022 reflejarían un deterioro contable como consecuencia de la operación. Aunque alegaban que esta última supone "un punto de inflexión y el inicio de una etapa nueva y saneada para la compañía". "Dicha depreciación tiene un carácter meramente contable y no es representativa de la solidez ni de la evolución real y resistencia del negocio, cuyas ventas cadena de 2022 se situaron por encima de los 1.300 millones (a tipo de cambio constante), un 10,4% superiores a las de 2021", subrayaba la empresa.

En este sentido, en la memoria que acompaña a las cuentas elaboradas bajo el principio de empresa en funcionamiento se pone de manifiesto que la reestructuración financiera y la modificación del acuerdo con Yum! y la revisión estratégica del grupo le sitúa "en una posición mucho más sólida, tanto financiera como estratégicamente, para enfocar sus esfuerzos en los mercados clave para el negocio". También dice poder afrontar con solidez y confianza los cambios que puedan producirse durante los próximos ejercicios.

En este sentido, dice prever una "recuperación gradual" de la estabilidad previa a la pandemia tras el impacto del Covid y la guerra de Ucrania, que ha implicado subida de costes de las materias primas, la energía y los salarios. Aunque contempla la posible disminución de la inflación y un crecimiento moderado de la economía y el empleo en los mercados donde opera, cree que las "perspectivas positivas podrían verse de nuevo truncadas si la situación de la economía mundial se viera afectada por un recrudecimiento de las tensiones geopolíticas derivadas del conflicto entre Rusia y Ucrania".

En cuanto a la estrategia de crecimiento, la compañía dice seguir "viendo un gran potencial de expansión en España, tras la alianza global con Pizza Hut, el negocio en España posee capacidad de expansión con tiendas tanto de la marca Telepizza como Pizza Hut.