Septiembre suele traer movimientos políticos y empresariales. Lo marca la agenda y la tradición. El 5 de septiembre de 2023 se recordará en nuestro país porque Arabia Saudí se hizo con buena parte del accionariado de una de las compañías más longevas de la historia reciente de España. Telefónica, al borde del centenario, comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que Saudí Telecom adquiere el 9,9% de su capital social, siendo el máximo accionista de la compañía.

Pero lejos de un baile de representación en la lista de los principales dueños, la llegada de un país tan poderoso económica y políticamente tiene unas consecuencias que traspasan lo meramente empresarial. La operadora asiática trasladó sus intenciones al filo de la noche sin que, tal y como avanzara este periódico, lo supieran Telefónica y el Gobierno. A Álvarez-Pallete, presidente de la teleco española, le pilló en Estados Unidos de ronda con las tecnológicas internacionales mientras que el Gobierno tuvo constancia pocos minutos antes de que saltara la noticia.

La llegada al capital social de Saudí Telecom implica que Telefónica, el sector de telecomunicación y el propio Ejecutivo tengan que estar muy pendientes de las intenciones del nuevo inversor. La compañía dirigida por Álvarez-Pallete tiene una posición estratégica en nuestro país.

En el ámbito político, el Gobierno de España deberá estudiar con detalle la operación puesto que, como se subrayaba anteriormente, la operadora española se encuadra dentro de las denominadas compañías estratégicas. Es decir, que Telefónica trabaja y ofrece servicios trascendentales para los intereses de las instituciones públicas y de sus ciudadanos. Si bien es cierto que la ley anti opas solo contempla dar el plácet de una adquisición accionarial a partir del 10% (recordemos que Arabia Saudí ha comprado el 9,9%), la teleco española mantiene contratos con el Ministerio de Defensa. En este caso, de acuerdo a la legislación actual, la entrada de capital extranjero debe ser aprobado por el Ejecutivo por operaciones que sean del 4,5%.

No obstante, en la práctica, esto supone que Saudi Telecom tiene que pedir autorización solo por el 5% del capital, ya que el otro 4,9% restante ya lo tiene asegurado. En cualquier caso, el plácet final siempre estará en manos del Consejo de Ministros y de Pedro Sánchez, en el caso de que logre ser nuevamente investido, previo informe de Defensa.

El Gobierno, a través de la ministra portavoz Isabel Rodríguez y del ministro de Industria, Héctor Gómez, han pedido “cautela” y ha aseverado que “estudiará con detenimiento” la irrupción de Saudí Telecom en el accionariado de Telefónica.

Calviño ha mandado un mensaje de confianza y tranquilidad y ha señalado que "desde que llegamos al Gobierno hemos reforzado todos los mecanismos para proteger nuestros intereses y sectores estratégicos al tiempo de impulsar el atractivo de España para la inversión extranjera, que son fundamentales para impulsar el crecimiento y la modernización tecnológica de nuestro país".

Las fuentes consultadas esgrimen que “Telefónica maneja una cantidad de datos difícil de cuantificar porque es líder de las telecomunicaciones en España”. “Ayuntamientos, comunidades autónomas, millones de clientes e, incluso, el Gobierno tienen contratos con la operadora”, sentencian. Un hecho que no ha dejado pasar por alto Arabia Saudí y que “ha aprovechado para estar posicionada en una de las empresas más sensibles de nuestro país”.

Telefónica, a su vez, es una de las empresas más consolidadas a nivel de ciberseguridad. Desde que se iniciara la revolución tecnológica, la operadora diversificó sus negocios y ha hecho de la nube y de la seguridad de las redes su santo y seña. En el 2022, su filial Telefónica Tech facturó 1.307 millones de euros, duplicando las cifras del año anterior.

Implicaciones empresariales

En el ámbito empresarial, el aterrizaje de Saudí Telecom no hace más que mover aún más el avispero de un sector que intenta sobreponerse a una época dura que le ha tocado vivir. En España, sin ir más lejos, Orange y MásMóvil esperan la respuesta de Bruselas para poder crear la mayor operadora en España.

Las compañías de telecomunicaciones han pedido un cambio de normativa para recuperar el terreno perdido frente al resto del mundo. Álvarez-Pallete ha instado a acometer modificaciones legislativas puesto que en regiones como en China o Estados Unidos las operadoras son enormemente más fuertes financiera y económicamente que en Europa.

En el ámbito empresarial, Telefónica estará a la expectativa con los planes de STC sobre la compañía. No obstante, la empresa saudí dejó claro en un comunicado que apoya la estrategia y la dirección ejecutiva de la empresa. La teleco española agradeció a través de un hecho relevante a la CNMV la predisposición de la sociedad estatal saudí.

No podemos olvidar, sin embargo, que cuando un fondo internacional irrumpe en una sociedad española a los pocos meses pide una representación en el consejo de administración. Los casos más cercanos son los de Amber Capital en Prisa o IFM en Naturgy. Una vez que Saudí Telecom sea titular del 9,9% del capital social de Telefónica previsiblemente solicitará la entrada en el máximo órgano ejecutivo y ahí se conocerán verdaderamente las intenciones del nuevo inversor.

BBVA, CaixaBank y Criteria Caixa son tres de los principales accionistas de Telefónica y habrá que esperar el posicionamiento que tomen al respecto de la entrada de una empresa extranjera en el capital social de la operadora española.

En el plano laboral de Telefónica nada debiera cambiar salvo sorpresa mayúscula. CCOO ha mandado una carta interna a la que ha tenido acceso este periódico en el que pide “cautela y responsabilidad” a los trabajadores de la empresa y se ciñen a los convenios colectivos firmados para garantizar el status quo en esta materia. No obstante, recuerdan que “estarán atentos a los movimientos que se vayan sucediendo”.

Por último, los clientes de la operadora tampoco deben estar preocupados por el nuevo inversor dentro de Telefónica. Saudí Telecom, que es socio de la operadora española, no viene con la intención de modificar tarifas y el modelo de negocio en la región ibérica. De hecho, en el comunicado emitido en la tarde del martes decía que la “inversión en Telefónica demuestra nuestra confianza en el equipo directivo, en su estrategia y en su capacidad para crear valor”.