La reforma laboral griega aprobada el pasado viernes ha provocado un enorme revuelo en España, que ha terminado con el ministro de Trabajo griego reprochando a Yolanda Díaz sus críticas a la ley. "Recibimos [el partido conservador Nueva Democracia] a Grecia en una posición mucho peor que España, y hoy estamos en una posición mucho mejor. La querida señora Díaz puede pedirnos consejos sobre cómo reducir el desempleo en su país, que desafortunadamente lidera en este aspecto", ha tuiteado Adonis Georgiadis este lunes. La vicepresidenta española y también homóloga del griego había criticado la reforma, calificándola como "el camino de la involución".

En España ha sorprendido especialmente que Grecia haya aumentado la jornada laboral legal hasta las 13 horas diarias. Fue el punto que llevó a Díaz a alertar de la "necesidad" de "decir que no a las jornadas no del siglo XXI sino del siglo XIX". El matiz es que la reforma del recién reelegido primer ministro Kyriakos Mitsotakis no permite que una empresa alargue la jornada del trabajador de las ocho a las 13 horas al día, como podría parecer por algunas de las críticas, sino que regula el pluriempleo. Ahora, si un empleado que ya cuenta con un contrato fijo de ocho horas necesita trabajar más, solo podrá hacerlo durante otras cinco horas diarias y en otra empresa.

Es decir, que la reforma introduce control sobre un aspecto que no está restringido de ninguna manera en España. Como se han apresurado a aclarar abogados laboralistas, en nuestro país un trabajador puede encadenar diferentes empleos a lo largo del día sin límite, por lo que este punto de la norma griega resulta más restrictivo que las leyes españolas. Pero hay muchos otros aspectos de la reforma laboral griega que merece la pena destacar.

El proyecto de ley ha contado con la oposición de todos los partidos presentes en el Parlamento griego salvo Nueva Democracia, pero no ha sido suficiente para tumbarlo, puesto que el partido ganó las elecciones en junio con suficiente holgura como para hacer cambios sin necesidad de llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas. Así, ha salido adelante con 158 votos a favor, los de Nueva Democracia, y 136 en contra, los del resto de la cámara. Un día antes, el jueves, miles de trabajadores en todo el país, sobre todo del sector público, secundaron la huelga general contra la ley convocada por el sindicato de funcionarios ADEDY, que ha pedido que la reforma se retire porque, asegura, va contra los derechos básicos de los trabajadores.

Lo que indigna a los trabajadores no es solo la regulación del pluriempleo, que al fin y al cabo afectará a aquellos que no ganen lo suficiente en su puesto de trabajo para llegar a fin de mes, sino también otros aspectos. El primero, que la nueva ley permite a las empresas imponer un sexto día laboral, sobre todo dirigido a la industria y el turismo -por trabajar ese día se ganará un 40% más que el salario diario-. Por otro lado, los empleadores podrán modificar los horarios de los trabajadores con solo 24 horas de antelación por necesidades de la producción. Más allá de eso, el proyecto de ley permite que cualquier empleado pueda ser despedido durante el primer año de contrato sin preaviso ni indemnización, y crea un contrato específico para empleados "de guardia", esto es, contratos de cero horas donde no se incluye un horario laboral ni una hornada, algo que las empresas deberán comunicar a los trabajadores.

El Gobierno defiende que la flexibilidad impulsará el empleo

El Gobierno griego defiende que la flexibilidad que introduce la reforma impulsará el empleo, y que acabará con el trabajo no declarado, en oposición a la visión de los sindicatos que la tachan de "un asalto a los derechos de los trabajadores" que "creará condiciones de trabajo salvajes". El ministro de Trabajo, Adonis Georgiadis, ha lamentado que se insista que se está eliminando la jornada máxima de ocho horas diarias y la semana de cinco días, cuando no es exactamente así.

Para Nueva Democracia, la ley no solo protege a los trabajadores, sino que pone coto a la "jungla" que es el mercado laboral griego a día de hoy. Son afirmaciones que tienen que ver con partes de la norma que llaman menos la atención, pero con las que el Gobierno espera mantener el orden: incluye multas de hasta 10.500 euros para los empresarios si no declaran que los trabajadores van a trabajar más de lo establecido o cambios de turnos, y otras sanciones, inclusive penas de seis meses de cárcel, para aquellos que obstaculicen el libre desarrollo de la huelga. Y será obligatorio publicar todos los contratos en un portal de libre acceso y consulta.

Esta reforma laboral es la continuación de una serie de cambios que el Gobierno de Mitsotakis ya llevó a cabo durante la anterior legislatura y que también buscaban flexibilizar el mercado de trabajo para impulsar el empleo. En 2021, el primer ministro eliminó el máximo de ocho horas diarias de trabajo, aunque sí mantuvo que debía seguirse respetando el máximo de las 40 semanales, y extendió las horas extraordinarias permitidas por año de 120 a 150 (en España hoy día son 80). Actualmente la tasa de paro griega es del 10,8%, según Eurostat, frente al 11,6% de España. Son los dos países que ostentan el primer y el segundo puesto de la tabla de países con mayor desempleo de toda la Unión Europea.