La apuesta por los turismos que funcionan con gas licuado de petróleo (GLP) retoma fuerza. Las matriculaciones de vehículos propulsados por el gas mezcla de butano y propano se han disparado. Según los datos de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), entre enero y agosto de 2023 se matricularon un 62,38% más de turismos GLP que en la misma referencia del año anterior. Después del eléctrico, con un 73,3% más de matriculaciones que en 2022, la opción del GLP es la que mayor crecimiento marca.

El GLP es un combustible que se fabrica con butano y propano a presión, pasando de estado gaseoso a líquido, ocupando menor volumen y facilitando así su transporte y distribución. El GLP procede en un 30% del proceso de refinado del petróleo y en un 70% de los yacimientos de gas natural o petrolíferos. Se utiliza en la industria y el transporte por sus ventajas económicas y ecológicas respecto a la gasolina y al gasóleo.

Uno de los principales atractivos del GLP para el consumidor, y el que más luce con la tendencia al alza del precio del diésel y la gasolina, es su coste. Los motivos que aúpan la competitvidad del GLP es que su obtención es considerablemente más barata que la de combustibles derivados del petróleo, ya que surge a través de bolsas subterráneas que contienen el gas o como residuo del proceso de refino. Además, la carga impositiva de la gasolina es del 47% y la del diésel del 43%, mientras que la del gas licuado de petróleo es del 22,7%.

El encarecimiento del barril de petróleo, que ha sufrido una variación positiva del 17,74% en el último mes, expone al diésel y la gasolina, que registran un precio medio en España -a 26 de septiembre de 2023- de 1,693 €/l y 1,767 €/l; mientras, el GLP se sitúa en 0,942 €/l.

La volatilidad del valor del diésel y la gasolina en el mercado choca con la estabilidad que ofrece el GLP. Si retrocedemos a 2013, el GLP se situaba a 0,86 €/l, solo 8 céntimos por litro menos que ahora; en cambio, el diésel y la gasolina tuvieron un precio medio de 1,371€/l y 1,559 €/l de media entonces: 32 céntimos/l menos para el diésel y 21 céntimos/l menos para la gasolina que ahora.

Asimismo, cuando el GLP alcanzó máximos históricos como consecuencia de la Guerra en Ucrania, el gas licuado de petróleo frenó su escalada en 1,058 €/l, por lo que la diferencia con el diésel y la gasolina aumentó con la escalada sin freno de los derivados del petróleo en la que el diésel alcanzó una máximo de media en España de 2,106 €/l y la gasolina de 2,152€/l.

Ventajas del GLP

La recuperación de las matriculaciones en turismos GLP, superiores en lo que va de año a todas las realizadas en 2022 -15.394 de enero a agosto de 2023 frente a las 14.526 de todo 2022-, encuentra un pilar fundamental en la inflación que sacude a diésel y gasolina.

Las matriculaciones GLP parecían haber tocado su techo en 2019, cuando se alcanzaron las 19.715 nuevas placas en turismos. La tendencia cayó a 9.880 matriculaciones en 2020, año de la pandemia del coronavirus, y retomó el vuelo con las 12.895 matriculaciones en 2021, aunque muy lejos de las cifras prepandemia. Con la vuelta a la normalidad, los conductores disfrutaron de precios inusuales en el diésel y la gasolina, por debajo del euro el litro incluso, aunque la invasión rusa difuminó el bajón y empoderó el precio del GLP.

Además de para la automoción, el GLP tiene un uso doméstico habitual en cocinas, calefacciones y calentadores de agua. Otra de las ventajas que tiene esta fuente de energía es que los vehículos que la emplean gozan de la etiqueta eco de la Dirección General de Tráfico (DGT), que da beneficios tales como la exención del impuesto de matriculación, descuento en el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) -en algunas comunidades autónomas hasta el 75%-, permite la circulación sin restricciones en Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), así como un descuento del 50% en el pago por aparcamiento en Zona SER.

La introducción del GLP permite aumentar considerablemente la autonomía del turismo, ya que una vez que se consuma el gas se puede recurrir al depósito de gasolina convencional. Por instalar la opción del GLP no se renuncia a la de gasolina.