La banca ha sido uno de los sectores que más reestructuración ha sufrido en los últimos años. Las fusiones y compras que ha registrado desde la crisis financiera ha hecho que los recortes se vieran en los empleos. Sin embargo, según los datos de 2023, el número de empleados de los seis bancos españoles aumentó en 12.564 en el último año (en todas las geografías en las que están presentes) hasta los 406.168. Mientras aumenta el número de trabajadores en el sector, la plantilla reclama subidas salariales y ya ha comenzado con las movilizaciones. 

En concreto, Banco Santander ha aumentado en 6.302 personas su plantilla a nivel grupo. Así, en 2023, la entidad cerró con 212.764  empleados. En el caso de BBVA, a diciembre de 2023, el banco presidido por Carlos Torres contaba con 121.486 trabajadores, lo que supone 5.811 más a nivel grupo, es decir, en todas las geografías. Banco Sabadell, por su parte, ha aumentado la plantilla en todo su grupo en 421 hasta los 19.316. CaixaBank, por su parte, “solo” aumentó en 238 personas su plantilla hasta los 44.863 empleados. El aumento de la plantilla Bankinter fue de 122 empleados hasta los 6.541 trabajadores. Por  otro lado, solo Unicaja ha reducido el número de empleados en 2023 en 330 personas hasta los 7.523. 

La gran banca española ya ha presentado sus cuentas de 2023. Las entidades han registrado beneficios récord de más de 26.300 millones de euros. Cinco de estos bancos han aumentado sus ganancias hasta cifras nunca antes vistas. Unicaja, por su parte, registró también beneficios, aunque menos que el año anterior. Estas cifras históricas hacen que la plantilla reclame subidas salariales. 

El pasado jueves, 8 de febrero, unos 3.000 empleados de banca se manifestaron para pedir mejores condiciones laborales, en el marco de las negociaciones que están teniendo lugar estas semanas entre sindicatos y patronales para firmar nuevos convenios colectivos para el sector, según han informado las organizaciones sindicales

Los sindicatos piden incrementos salariales que sean "acordes con los beneficios del sector". La postura de los representantes de los trabajadores es pedir un alza de entre el 17% y el 23% durante los cuatro años que cubra el convenio colectivo. También instan a las entidades financieras a topar los tipos de interés de los préstamos a la plantilla ante la subida del euríbor, así como "medidas de calado" para mejorar el clima laboral y reducir la "presión" comercial.

"Los únicos que perciben el incremento de los beneficios son los accionistas y los consejos de administración. Cuando las personas trabajadoras de este sector en los últimos 15 años, hemos tenido que ajustarnos el cinturón, lo hemos hecho, cuando hemos tenido que afrontar una pandemia, también hemos estado a la altura", denunciaron en UGT.

Los representantes de los trabajadores aseguran que seguirán con las movilizaciones “en defensa laborales” de la plantilla del sector financiero con nuevas convocatorias de paro parcial de 2 horas el lunes 26 de febrero y, si las patronales no mueven su postura, con una huelga de 24 horas el viernes 22 de marzo.

"Las plantillas ya estamos cansadas de tantos años de esfuerzos sin reconocer y de pérdida de derechos. No es razonable que cuando las cosas van mal el mayor afectado es el empleado y cuando van bien solo se beneficien directivos y consejos", refirió la presidenta de Fine, Elena Díaz.

Desde esta organización elevaron el malestar al Gobierno con la demanda de que sea "consecuente con las medidas que está adoptando" y exija al sector financiero "ejemplo de equidad y justicia social". "La consolidación de la pérdida de poder adquisitivo frena el desarrollo y perpetua la brecha social, por lo que la banca, el sector más beneficiado por el incremento de los precios, debe ser referente en la construcción de un entorno laboral más justo y equitativo", indicó.

Desde la Asociación de Usuarios Financieros denuncian que la atención al cliente se ha deteriorado desde la crisis financiera. En concreto, la ratio de habitantes por oficina casi se ha triplicado desde 2008: de tener que atender a unos 1.000 habitantes por oficina a tener que atender a 2.742, con menos empleados, casi la mitad (42%).

El propio cierre de oficinas ya alcanza al 60% de las existentes en 2008, contabilizándose a cierre de 2023 un total 17.537, frente a las 45.662 de entonces. Y los cajeros no han llenado ese vacío de atención presencial: hay cerca de un 30% menos instalados, de 61.714 unidades a 43.620, en estos momentos.