La inflación comenzó enero subiendo un 3,4% en tasa interanual, tres décimas por encima del dato de diciembre, y con los alimentos encareciéndose un 7,5%, dos décimas más, según los datos que ha publicado este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que confirman lo adelantado hace unas semanas. Se trata de su nivel más alto desde octubre y tras dos meses consecutivos de caídas, pero es un repunte esperado por los analistas dada la retirada de algunas de las ayudas del Gobierno que tenían como objetivo amortiguar el impacto de la subida de precios. Con respecto al mes anterior, el IPC ha repuntado un 0,1% en enero.

Este mes, el aumento de los precios de la electricidad ha protagonizado el repunte, en parte por la retirada gradual de las bajadas de impuestos ligados a la luz, y compensando la bajada de los carburantes. Por su parte, los alimentos se mantienen subiendo de precio de forma considerable y esto no está relacionado con ninguna retirada de medidas de apoyo, ya que la supresión del IVA a los alimentos básicos continúa en vigor hasta junio. El Gobierno lo reconoce en el comunicado que ha enviado a los medios, pero también destaca que la inflación "se ha reducido más de la mitad en el último año, desde el máximo de 16,6% alcanzado en febrero del pasado año".

De su lado, la inflación subyacente, que excluye alimentos no elaborados y energía, sí se ha reducido en enero -un mes más- en comparación con el año anterior, al descender hasta el 3,6% (dos décimas). Es su menor tasa desde marzo de 2022, pero todavía está por encima de la tasa general y del objetivo del 2% que estipula el Banco Central Europeo, como también les sucede al resto de países del euro. Pese a todo, la normalización de los precios parece consistente, a menos que se produzcan eventos geopolíticos inesperados que alteren la senda marcada en los últimos meses.

La electricidad acusa la retirada de parte de las ayudas

La electricidad es lo que más llamativo del gráfico de este enero. Tras caer de precio incluso dos cifras a lo largo de los últimos meses -31% en septiembre, 21% en octubre, 17% en noviembre y diciembre-, el mes pasado pasó a subir un leve 0,1%, siempre en comparación con el mismo mes del año anterior, por la retirada gradual de las ayudas. Otro grupo que sube de precio es el tabaco, hasta el 3,7% y frente al 1,9% del mes anterior; el vestido, que pese a las rebajas es un 2,8% más caro que el pasado enero, y el calzado, que sube un 1,9%.

Pero lo que más destaca en una semana en la que las protestas de los agricultores protagonizan no solo el debate político, sino también la movilidad y los desplazamientos por carreteras, es la subida del precio de los alimentos. Los alimentos y bebidas no alcohólicas se han encarecido un 7,5%, en un nuevo repunte tras subir en diciembre dos décimas menos, un 7,3%. Después de un 2023 en el que siempre aumentaron hasta un 16,5%, el dato no parece para tanto, pero hay que tener en cuenta que continúa suprimido el IVA de los productos más básicos y reducido el del aceite y la pasta, por ahora hasta el mes de junio.

Si se atiende al índice en términos mensuales -enero de 2024 sobre diciembre de 2023-, el IPC aumentó un 0,1% por culpa sobre todo de los precios de la electricidad y el gas (+8%, frente al 1,3% de diciembre) y el precio de los alimentos (avanza un 0,5% frente a la caída de 0,1% en diciembre). El tabaco (+3%), pero por otro lado el vestido (-12%), el calzado (-8%) cayeron de precio de forma considerable, así como otros productos susceptibles de incluirse en las rebajas de enero (muebles, textiles para el hogar).

Hay que recordar que las principales instituciones que realizan análisis macroeconómico esperan que este 2024 España registre una tasa de inflación media de alrededor del 3,3%, muy en línea con el 3,5% de 2023, lo que da una idea de que el IPC se mantendrá en torno a lo registrado este mes a lo largo de todo el año. Condicionado, sobre todo, por la progresiva retirada de las ayudas del Gobierno -primero, las de la energía, después, las de los alimentos-, pero también por el comportamiento del resto de la economía y del empleo. Para 2024, los expertos ya esperan que España pueda alcanzar o al menos acercarse al objetivo del 2%.