El Consejo de Ministros acordó el pasado martes aportar hasta 15 millones de euros al fondo de la gestora Global Social Impact Investments con cargo al Fondo para la promoción del Desarrollo. Pero ¿cómo es este fondo? Francisco García Paramés, consejero delegado, fundador de Cobas AM y uno de los gestores más seguidos, es el fundador de esta gestora especializada en fondos de inversión de impacto social, que se creó en 2020. La presidenta, y cofundadora, es María Ángeles León, cofundadora de Open Value Foundation y esposa de Paramés.

La gestora tiene, actualmente, dos fondos de inversión. Uno de ellos es el Global Social Impact Fund España, que es un fondo de private equity focalizado en la inversión directa en compañías españolas no cotizadas en fase de crecimiento que contribuyen a la inclusión económica y social de colectivos en situación de vulnerabilidad en España, tal y como explican en la web de la gestora.

El otro fondo, que es al que van destinados los 15 millones, es el Global Social Impact Fund África. Este producto es un fondo de deuda privada que invierte en empresas rentables de alto impacto social que contribuyen a mejorar los medios de vida de las personas más vulnerables en África subsahariana, según la web de la gestora. Según la referencia del Consejo de Ministros, el objetivo de estos 15 millones es “canalizar capital privado para contribuir a la reducción de la pobreza de la población en África Subsahariana”

Para conseguirlo lo hacen a través de dos líneas de actuación principales. La primera de ellas con proyectos que promuevan la movilidad social de las personas más vulnerables económicamente y con proyectos de desarrollo de organizaciones que puedan ofrecer una respuesta económicamente sostenible o rentable a los problemas sociales.

Este fondo se creó en 2019 como una Sicav (Sociedad de Inversión de Capital Variable), es decir, un instrumento financiero de inversión cuyo objeto social es la captación de fondos para gestionarlos e invertirlos, estableciendo el rendimiento de cada uno de los accionistas de la sociedad en función de los resultados del conjunto. 

El tamaño objetivo de este fondo es de 60 millones y ofrece una rentabilidad del 8%. Actualmente tiene 13 inversiones activas. Tal y como explican en la web de la gestora, una de las inversiones actuales es Complete Farmer, que es una empresa ghanesa que conecta a pequeños agricultores con compradores internacionales del sector alimentario. Cuenta con una tecnología propia que permite al agricultor hacer seguimiento para optimizar la producción y ofrecer una ventaja competitiva en toda la cadena de suministro.

El impacto de este fondo, con datos a diciembre de 2022, es que casi 5 millones de personas se han visto beneficiadas directamente, de las que más del 75% son mujeres. 1,7 millones de pequeños agricultores apoyados. Además, se han creado 2.783 empleados en las empresas invertidas y se han mantenido 15.138 trabajos.

Una de sus últimas inversiones ha sido en Swatini, una empresa de Kenia que se dedica a la transformación, comercialización y exportación de nueces de macadamia a mercados internacionales (principalmente Asia y Europa). Trabajan con más de 1.100 pequeños agricultores locales, dándoles acceso al mercado, asegurando la calidad del producto y la sostenibilidad de la producción. La inversión de GSIF África se ha destinado a financiar su Working Capital a lo largo del año aumentando así su capacidad de compra de nuez de macadamia. 

En 2020, cuando se fundó la gestora, María Ángeles León señaló que después de muchos años de filantropía, “hemos comprobado que, para generar desarrollo, necesitamos la misma herramienta que genera el crecimiento en el mundo desarrollado: la inversión. Esta nueva gestora pretende facilitar la llegada de capital a la economía de impacto". Por su parte, el director general, Arturo García Alonso, explicó que  “el objetivo es consolidarnos como un referente en la inversión de impacto social y contribuir a construir el mundo en el que a todos nos gustaría vivir".

Los fondos de inversión de impacto invierten en empresas con el doble objetivo de generar una rentabilidad financiera positiva para sus partícipes y un impacto social y/o medioambiental positivo en la sociedad. Generalmente invierten en empresas en fases tempranas o en crecimiento que están contribuyendo a la mejora de las condiciones de vida de colectivos vulnerables o comunidades desfavorecida.