La descarbonización es una de las claves políticas de la Unión Europea para los próximos años. Los países del Viejo Continente quieren liderar una transformación con objetivos medioambientales más ambiciosos que otras grandes potencias como China. Parte de este cambio de paradigma está marcado por la movilidad y el coche eléctrico es un eje central del mismo. La industria del automóvil es importante en países como España o Alemania, pero sus fábricas se han vuelto dependientes del gigante asiático y protegerlas en mitad de la transición no está siendo una tarea fácil.
China es el mayor productor mundial de baterías y en los últimos años sus coches eléctricos, en general más económicos que los europeos, han llegado al mercado comunitario. En 2023, también fue el mayor exportador de vehículos del mundo, 4 millones de coches, 1,2 millones de los cuales eran eléctricos, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía.
La Comisión Europea ha investigado la industria automovilística china y ha concluido que los subsidios que reciben las empresas por parte de las autoridades públicas son competencia desleal. Bruselas apuesta por los intercambios comerciales pero “en un terreno de juego justo”, repiten desde el ejecutivo comunitario. Por ello, desde julio se aplican aranceles de hasta el 37% para las importaciones de vehículos chinos en la Unión Europea.
Bruselas señala que de no tomarse medidas, la pérdida de empleo para el sector en la Unión Europea sería de más de 2,5 millones de puestos de trabajo directos y más de 10,3 millones de puestos indirectos. Fuentes de la Comisión consideran que los aranceles, de momento provisionales, tendrán un impacto moderado para el precio que pagan los consumidores.
Pero los aranceles ya están afectando a las ventas de vehículos eléctricos en la Unión Europea. Según los datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Vehículos (ACEA, por sus siglas en inglés), las ventas de coches eléctricos cayeron un 10,8% en julio y un 43,9% en agosto. En lo que va de año, la caída es del 8,3%. Por fabricantes, es reseñable la caída de más del 27% de los coches de SAIC, una de las compañías chinas afectadas por los aranceles y fabricante de los vehículos de la marca MG. También se han resentido las ventas de Tesla, con una caída del 43%.
“La tendencia continua a la reducción de la cuota de mercado de los coches eléctricos de batería en la UE envía una señal extremadamente preocupante a la industria y a los responsables políticos”, expresan desde la ACEA. Los fabricantes europeos piden a las instituciones que se revisen los objetivos de emisiones de CO2 porque consideran que no se dan las circunstancias para lograrlos: “infraestructuras de recarga y de reabastecimiento de hidrógeno, así como un entorno de fabricación competitivo, energía verde asequible, incentivos fiscales y de compra, y un suministro seguro de materias primas, hidrógeno y baterías”, enumeran.
La competencia de los coches chinos ha puesto en jaque a la industria europea. Una de las marcas más conocidas y reputadas a nivel mundial, Volkswagen, puso sobre la mesa la situación a la que se enfrenta la fabricación en europa y anunció que se plantea cerrar fábricas en Alemania. La compañía también estudia el cierre de otra planta en Bruselas (Bélgica), en concreto de la marca Audi. No obstante, ni desde la patronal europea ni desde la española (ANFAC) se han pronunciado abiertamente a favor de los aranceles a China. Los fabricantes argumentan que necesitan baterías y otras materias primas que vienen del gigante asiático y confían en que las conversaciones entre la Unión Europea y Pekín sirvan para crear un mercado equilibrado y justo.
Además, hay diferencia de opiniones entre los países miembros de la Unión Europea. Está previsto que esta semana se produzca una votación que servirá para mantener los aranceles durante los próximos cinco años o, por el contrario, para eliminarlos. No hay consenso, ni Alemania ni España están a favor de los mismos. Francia, en cambio, sí los considera necesarios.
Frenazo en las ventas
En pleno debate sobre el futuro del coche eléctrico en Europa, en España se está viendo un estancamiento que ya preocupa al sector. No hay más que echar un vistazo a los últimos datos oficiales para comprobar cómo las adquisiciones de los automóviles propulsados por baterías eléctricas se han ralentizado.
En agosto, de acuerdo a los datos de Anfac, las ventas y matriculaciones del coche eléctrico se desplomaron hasta un 26%, una caída sin precedentes. En total, durante el mes de agosto apenas se adquirieron 2.921 vehículos eléctricos en España, una cifra que permite copar poco más del 5% de las ventas totales.
En lo que va del 2024, se han matriculado 32.596 coches eléctricos en España, lo que representa un descenso del 0,7% respecto al mismo período del año anterior, con una cuota de mercado que apenas alcanza el 4,85%.
El Gobierno no se da por vencido
Pese a que el sector y los datos demuestran que el coche eléctrico está sufriendo un severo correctivo por parte de los clientes y prefieren esperar a que con el paso del tiempo el precio sea menor y que la infraestructura para poder recargar esté mucho más desarrollada, el Gobierno insiste en la necesidad de poblar las calles y las carreteras con este automóvil.
El optimismo es tal en Moncloa que han mejorado sus perspectivas del parque de coches eléctricos para 2030 en su última actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Este martes, el consejo de administración aprobó remitir a Bruselas el último borrador y el Ministerio de Transición Ecológica apunta a un incremento de ventas para finales de esta década respecto a su anterior versión.
Entre los objetivos más ambiciosos del PNIEC se encuentra la ampliación del parque de vehículos eléctricos en España, que alcanzará los 5,5 millones de unidades para 2030. Una cifra que, si atendemos a los datos actuales, supondrá multiplicar por diez la flota de coches eléctricos en nuestras carreteras.
“Creemos que se va a cumplir porque es nuestra gran apuesta. Tenemos que ir hacia un país completamente electrificado y es importante ser ambicioso”, señalan fuentes ministeriales en conversación con este periódico.
Además, las mismas voces recuerdan que se han incrementado las ayudas y se ha dotado al sistema unos 2.500 millones de euros para poder reforzar la expansión del coche eléctrico en España.
Un sector dividido
Bajo este contexto, el sector energético sigue dividido mientras que el automovilístico pide mayores inversiones y un empujón para hacer realidad la implantación como una opción seria la del coche eléctrico. "Los objetivos fijados para este año prevén los 280.000 turismos electrificados en 2024: a este ritmo ya podemos decir que no lo lograremos. No es solo una cuestión de establecer objetivos, sino de establecer herramientas habilitantes que los permitan alcanzar", señalan desde Anfac.
Mientras, las empresas del sector petrolero ven que queda mucho espacio por recorrer para cumplir con los hitos fijados. “El coche eléctrico está creando una movilidad para ricos, porque las familias no pueden pagar una mayor cantidad para tener un coche”, dijo recientemente el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz. "No podemos hacer el canelo y poner en riesgo sectores enormes e importantes como la automoción" en Europa "por una política energética no convenientemente diseñada", apuntó el directivo.
No obstante, Repsol sigue apostando por los puntos de recarga y la movilidad sostenible. Actualmente, la empresa tiene desplegados más de 2.400 puntos de recarga de acceso público, de los cuales más de 1.830 están activos. “Seguimos teniendo cerca de 600 puntos instalados pendientes de activación, es decir, aproximadamente el 30% de los puntos que tenemos instalados están pendientes de activación”, apuntan fuentes de la compañía.
Por su parte, Endesa e Iberdrola quieren y apuestan decididamente por la electrificación del coche. Ambas compañías han firmado acuerdos con importantes empresas del sector automovilístico para expandir las redes y los puntos de recarga. Por ejemplo, la empresa dirigida por José Bogas llegó a un acuerdo con Seat para acometer inversiones millonarias en nuestro país.
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hace 1 mes
Ninguno os enterais, el coche electrico nació muerto y muerto está. La pobre gente no se entera y compran coches electricos a precios prohibitivos, jajajaja. El hidrógeno sí podría ser una buena alternativa o los combustibles bio, pero lo electrico no tiene futuro.
hace 1 mes
A los problemas técnicos (escasa autonomía y largo tiempo de recarga), se une la falta de infraestructura, pero sobretodo unos precios muy altos. No se puede esperar el despegue del coche eléctrico cuando los «baratos» están por encima de los 35000€ y las ayudas tardan y tardan en cobrarse
El desajuste entre salario más habitual y el precio de estos vehículos es palpable