Es una guerra que acumula episodios cruzados con reproches e incluso demandas judiciales. Iberdrola y Repsol libran un pulso por el mercado eléctrico en el contexto de la transición energética en el que en pocas ocasiones sus máximos mandatarios dejar escapar la oportunidad para cruzarse críticas. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán recibía ayer un reconocimiento muy especial. La Universidad Pontificia de Comillas, en la que él se formó como ingeniero, le concedía el doctorado honoris causa en señal de reconocimiento a su trayectoria profesional.

En su intervención, tras recibir el reconocimiento académico, ataviado con el birrete, Sánchez Galán recordó la importancia de la electrificación de la economía. Frente a las energías más contaminantes, abogó por las fuentes de energía renovable que permitirán a las sociedades una mayor seguridad y autonomía, además de reducir “nuestra vulnerabilidad y nuestra dependencia de las importanciones”. Recordó que la demanda de electricidad no dejará de crecer en el futuro inmediato, lo hará hasta duplicarse en sólo 25 años, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía.

Fue entonces cuando volvió a apelar a la necesidad de reducir el uso de energías como el petróleo y el gas natural y sustituirlos por energías más sostenibles y limpias como la electricidad renovable. Sin citar de modo expreso a Repsol, defendió que hay que alejarse del “dogmatismo que demoniza algunas soluciones energéticas” pero también de quienes mantienen una solución “inmovilista” con la que demuestran, dijo, “que ven peligrar un statu quo del que llevan décadas favoreciéndose”.

Impulsar la electrificación

El enfrentamiento se ha ido elevando a medida que la petrolera Repsol irrumpía también en el mercado eléctrico y lograba arrebatar mercado a bajo la promoción de combustibles de nueva generación, renovables y sintéticos que Iberdrola considera que no concuerdan con una apuesta energética realmente limpia y sostenible. El enfrentamiento llegó a su punto más elevado cuando Iberdrola demandó a Repsol por un posible delito de “competencia desleal y publicidad engañosa” al considerar que sus campañas de captación de clientes incurrían en un ‘blanqueo ecológico’ o greenwashing. Iberdrola acusa a Repsol de irrumpir en el mercado eléctrico mientras promociona el uso de carburantes.

Sánchez Galán, séptimo doctor honoris causa de este centro académico, aseguró que este camino por la electrificación podrá reducir casi a la mitad las facturas energéticas de los hogares europeos si en el plazo de 25 años se logra sustituir el petróleo y el gas natural por energías renovables. En su alocución defendió que la electrificación es la vía para mejorar la productividad de las economías y con ello facilitar el acceso a los servicios básicos de una sociedad, como son la educación y la salud.

En este punto apela al “dividendo social” de una actividad como la de la compañía energética que preside y que pretende, señaló, que su actividad empresarial se traduzca no sólo en empleo e innovación sino también en “cuidado del medio ambiente, contribución a las arcas públicas y protección de los colectivos más vulnerables”.

Competir en igualdad de condiciones

El acto del presidente de Iberdrola se celebraba en la misma jornada en la que Repsol organizaba un evento en el que abordó la transición energética. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, recordó que si la regulación en este ciclo de transición energética se centra “exclusivamente en la sostenibilidad centraremos las emisiones aquí”: “Las trasladaremos fuera, seguiremos perjudicando al planeta y, lo que es peor, lo haremos al tiempo que destruimos nuestra economía, la competitividad de nuestras empresas y el empleo del sector industrial”.

Brufau afirmó que Europa se encuentra en un momento clave para establecer la ruta energética del futuro. Reclama una “reorientación” de la estrategia industrial comunitaria para que compañías como Repsol puedan competir “en igualdad de condiciones en el proceso de descarbonización”: “Estamos en un momento clave en el que decidir qué queremos ser en Europa: un líder mundial, como hace 10 años o simplemente un área de juego para Estados Unidos y China”, añadió el presidente de Repsol.

En este sentido, el presidente de Repsol, destaca la importancia de contar con una industria potente no solo para España sino también para Europa. Para ello señala que Europa tiene que liderar la transición energética. “Debemos apostar por una neutralidad tecnológica real adoptando un enfoque integral que incluya políticas fiscales, políticas de innovación y políticas de gobernanza” apunta Brufau.