Es la organización que agrupa a las empresas del sector nuclear. Ignacio Araluce, su presidente, conoce bien las centrales. Durante muchos años estuvo al frente de Almaraz, la conoció desde sus inicios. Sólo imaginar su cierre le duele. Insiste en que sería un error que España no se puede permitir. En los últimos días ve un atisbo de esperanza en que el calendario de cierre pactado en 2019 pueda reconsiderarse.
Está convencido de que el apagón del pasado día 28 de abril ha sido un impulso a sus aspiraciones, que la debilidad que ha demostrado la red eléctrica española corre a su favor. Desmantelar la red de cinco centrales y siete reactores que ahora tiene operativos España sería dañar aún más la solidez de la red. Araluce repite las exigencias que también las compañías energéticas vienen reiterando en los últimos meses. La continuidad de la energía nuclear en España dependerá de que producirla sea rentable y viable, "nadie quiere perder dinero".
Pregunta.- ¿El apagón ha dado oxígeno a las nucleares? ¿Diría que ha reforzado la idea de que es necesario tener un sistema de respaldo sólido como las centrales?
Respuesta.- Trato siempre de desvincular la necesidad de las nucleares del apagón. Creo que con apagón o sin él, son necesarias. Es cierto que da la sensación de que para mucha gente el apagón si les ha cambiado, que ha supuesto algo de oxígeno y apoyo a la energía nuclear o al gas, a todas las energías inerciales. Es cierto que más gente lo está viendo como una necesidad, cosa que antes no lo veía. A la nuclear se le ve con mejores ojos tras el apagón, en muchas instituciones, medios y ciudadanía. Ocurrió igual tras la invasión de Ucrania, no tanto en España pero sí fuera de aquí.
P.- ¿También diría que ha cambiado la actitud del Gobierno hacia las centrales nucleares?
R.- Parece que dentro del ministerio de Transición Ecológica ahora hay una visión un poco diferente. Antes era una cerrazón absoluta y ahora parece que la ministra Aagesen dice que no demoniza ninguna tecnología y que está dispuesta a hablar. Hay visos de que por lo menos cabe un diálogo.
P.- El Gobierno insiste en que el sector nuclear aún no ha solicitado formalmente alargar la vida de las centrales, que espera una propuesta. ¿Están las propietarias de Almaraz preparando una?
R.- Las compañías propietarias primero tienen que discutirlo entre ellas. En algunas centrales la propiedad es compartida y pueden tener visiones diferentes sobre si pedir más o menos tiempo de prolongación de la licencia de operación o tener diferencias sobre en qué condiciones seguirían. Cada una tiene su propio enfoque. Lo primero es que ellas se pongan de acuerdo sobre qué propuesta le podrían hacer al Gobierno.
P.- La decisión de continuar explotando las centrales, ¿es general?
R.- Todas las compañías han dicho por activa y pasiva que quieren que se prorrogue el funcionamiento más allá de lo que dice el PNIEC. Es sabido que para eso es necesario que se nos dé un trato igual que a las demás tecnologías. En materia de tributación se nos debe tratar como a los demás y no con la tributación excesiva que ahora se nos aplica.
P.- ¿El plan de futuro que planteará lo están discutiendo?
R.- Sí, sé que están discutiendo entre ellas para ver en qué se ponen de acuerdo y si hacen una propuesta o no. En casos como el de Almaraz, al ser una propiedad compartida entre Iberdrola, Endesa y Naturgy, el acuerdo debe ser por unanimidad.
P.- Pero para Almaraz el tiempo se agota…
El Gobierno ahora no demoniza la nuclear, dice que está abierto a oír propuestas. Eso antes no ocurría"
R.- Sí, eso es. Esto se tiene que decantar pronto. Tenemos el horizonte de cierre de octubre de 2027. Nos quedan dos años y cinco meses para el cierre definitivo, según el PNIEC. Y si no se quiere cerrar, el tiempo apremia porque habrá que comprar combustible, hacer los contratos con empresas contratistas, adquirir los componentes necesarios para seguir operando a largo plazo, contratar el personal, etc. Por eso espero que esto se decante pronto en un sentido u otro.
P.- Ustedes reclaman la revisión de la carga tributaria que soportan y que dicen que hace inviable producir energía nuclear. ¿Ve al Gobierno dispuesto a reconsiderar este aspecto?
R.- Ahora a Enresa le pagamos 10,36 euros por MWh. El último incremento que aplicó a la ‘Tasa Enresa’ fue del 30%. Está recurrido, está en el Tribunal Supremo. Pasó de 7,98 euros a 10,36 euros. Veremos qué ocurre. Si nos dan la razón esa podría ser una rebaja importante. A ese coste se suman otros tributos que se deben pagar y que suman alrededor de 18 euros más por MWh. En función de la tasa autonómica algunas centrales pagan más y otras menos. Cataluña paga en impuesto autonómico 6,60 euros MWh y en Castilla La Mancha, en cambio, no se paga nada. Ahora en la Comunidad Valenciana Mazón ha dicho que va a quitar el impuesto autonómico, que afectaría a Cofrentes. En Almaraz, en cambio, se pagan 5 euros.
P.- ¿Hasta qué punto se debería recortar esa carga tributaria para que las compañías accedan a seguir?
R.- Las compañías estarían contentas si nos trataran igual que al resto de tecnologías. Las nucleares tenemos unos impuestos adicionales, como el autonómico o el impuesto sobre el combustible gastado que son de media 5,4 euros que se aplicó para pagar el déficit del sistema. Lo que sucede es que ahora ya no hay déficit sino superávit, por tanto también se deberían anular. Si no tuviéramos ni la tasa Enresa, ni esta tributación, los costes, incluyendo la amortización de capital, nos salen de media a 39 euros el MWh. Si le sumáramos una tasa Enresa justa, es decir unos 8 euros, se pondría en 47 euros el MWh. En cambio, ahora estamos en 65 euros por MWh.
P.- En 2024 las centrales estuvieron a plena capacidad durante 7.361 horas (306 días completos) y generaron 54.276 GWh. Supone el 20% del ‘mix energético’ español. ¿Cuántos días diría que lo hicieron a precio negativo, perdiendo dinero?
R.- No le podría decir, depende. Ha habido días que durante las horas diurnas el precio era de -15 euros por MWh, es decir que los productores por meter la energía en el sistema tenían que pagar 15 euros por cada MWh. Vamos, una ruina.
En materia de tributación basta con que se nos trate como a los demás y no con la tributación excesiva que ahora se nos aplica"
P.- ¿Con una nuclear hoy alguien se puede hacer ‘ultrarrico’, como aseguró el presidente Pedro Sánchez?
R.- Con los números que le he dicho, es evidente que no. Con todos los tributos que se pagan, la ‘Tasa Enresa’, los costes y las amortizaciones nos sale a más de 60 euros el MW y si tenemos en cuenta que el precio de mercado está como está… No sé a qué considera ‘ultrarrico’.
P.- ¿En verano sabremos si Almaraz tendrá vida útil más allá de 2027?
R.- Me encantaría poder saberlo. Tal y como van las cosas, creo que sí, pero todo esto va despacísimo, siempre es un paso adelante y otro atrás.
P.- El Gobierno y el sector nuclear están dialogando o el Ejecutivo sólo espera recibir una propuesta?
R.- El Gobierno está hablando con las compañías, entre otras cosas por el apagón. Derivado de esas cosas, hay conversaciones de todas estas cosas, estoy seguro que sí. La vicepresidenta dice que la energía nuclear no la demoniza, que está abierta a oír propuestas a las empresas propietarias de las nucleares. Eso antes no ocurría. Eso se deriva del ambiente general que se ha creado tras el apagón y de conversaciones informales entre las compañías y el ministerio.
P.- En caso de que el intento por prorrogar la vida útil de las centrales fracasara, ¿estaría España preparada para afrontar un proceso de desmantelamiento de cinco centrales y siete reactores?
R.- Es una cuestión que no se habla. El desmantelamiento ocurre por ley a los tres años de la parada de una central. Ahí se hace la cesión a Enresa de la titularidad de la central para su desmantelamiento. Según el acuerdo de 2019, entre 2027 y 2035 se deberían parar las siete unidades. A partir de ahí, si como dice el Plan General de Residuos Radiactivos y Enresa se ha comprometido a 10 años de desmantelamiento, quiere decir que durante varios años coincidirá el desmantelamiento conjunto de las siete centrales nucleares. Yo eso no lo he visto en ningún sitio del mundo. Es una tarea gigantesca no sólo en recursos económicos, que los tendrán porque los estamos poniendo nosotros, sino en la gestión de todo eso. Yo no lo he visto en ningún sitio. Esa preocupación sí la tengo.
P.- En la hucha de 22.000 millones que haría falta para toda esa operación, ¿cuánto dinero hay actualmente?
R.- Los 22.000 millones en realidad no es dinero de hoy sino de lo que se va a pagar, a través de Enresa, de aquí a final de siglo. No hace falta que los 22.000 millones los tengas hoy, sino que con lo que haya en la caja cuando se cierren las centrales y los intereses que eso genere se pueda pagar. Ese dinero cada año se supone que dará una rentabilidad y a lo largo de 70 años deben salir los 22.000 millones. Actualmente en la caja hay alrededor de 8.000 millones.
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