El certificado de incapacidad permanente es un recurso que resulta funcional para aquellas personas que se han visto limitadas en su capacidad laboral a causa de una patología o por haber sufrido una lesión. El propio certificado no sólo tiene la función de certificar el grado de incapacidad, sino que también permite acceder a una multitud de beneficios económicos, sociales y laborales.

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¿Para qué sirve la tarjeta de incapacidad permanente?

Un documento acreditativo imprescindible

La tarjeta de invalidez extendida tiene como fin último demostrar el grado de invalidez reconocido por la Seguridad Social. El reconocimiento puede versar sobre la incapacidad parcial de carácter definitivo, sobre la incapacidad total para la profesión habitual, sobre la incapacidad absoluta para toda profesión o encomendarse al estado de gran invalidez.

Teóricamente, los beneficiarios de la tarjeta podrán presentar tal documento como evidencia suficiente para demostrar su grado de invalidez, a la vez que podrán acreditar fácticamente el porcentaje de discapacidad reconocido, siempre y cuando este último grado sea igual o superior a un 33% y como nos dice la Ley 3/2023 de Empleo.

Diferencias entre incapacidad permanente y discapacidad

Resulta fundamental no confundir los conceptos de incapacidad permanente y enfermedad incapacitante. La incapacidad permanente se refiere a no poder realizar actividades laborales debido a una enfermedad o lesión, mientras que la discapacidad engloba dichas limitaciones en otros ámbitos de la vida cotidiana. Tener esta clara distinción resulta esencial para el acceso a la regulación de los beneficios relacionados.

Beneficios de la tarjeta de incapacidad permanente

Ventajas económicas

Una de las mayores ventajas de la tarjeta es poder acceder a cobrar una posible pensión por incapacidad permanente. Según el grado correspondiente, el beneficiario puede cobrar una cantidad a tanto alzado o bien una pensión vitalicia. Por ejemplo, en el año 2025, la pensión máxima que se puede llegar a recibir es de 3.267,60 euros mensuales, lo que ascendería a un total de 45.746,40 euros anuales, respectivamente.

También existen beneficios fiscales, como reducir el IRPF o no pagar impuestos como el de vehículos; así, se puede llegar a un ahorro importante según la comunidad autónoma.

Beneficios sociales y laborales

La tarjeta también permite acceder a otras ayudas sociales, como son, por ejemplo, las prestaciones por dependencia y los descuentos en servicios esenciales. También es una herramienta clave para acreditar la incapacidad ante el empresario o las Administraciones públicas y que a su vez puede ayudar a la persona en su acceso a puestos de trabajo adaptados a su discapacidad; así como muchas comunidades autónomas ofrecen a quienes poseen la tarjeta descuentos del transporte público o actividades culturales con la finalidad de fomentar la integración social del individuo.

Cómo solicitar la tarjeta de incapacidad permanente

Requisitos previos

Con anterioridad a solicitar la tarjeta, es muy importante que el grado de incapacidad sea ya reconocido por el Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI), y este paso es necesario para lograr que el solicitante cumpla los requisitos fijados por la Seguridad Social. Tras el reconocimiento del grado de incapacidad, podrá el interesado iniciar dicho trámite.

Procedimiento de solicitud

Existen tres maneras principales de pedir una tarjeta de incapacidad permanente:

  • Online: a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social, que es muy rápido y útil, siempre y cuando dispongas de un certificado digital o un sistema Cl@ve.
  • Por correo ordinario: enviando la documentación necesaria a la oficina de Seguridad Social que corresponde.
  • Personalmente: pidiendo cita previa en las oficinas de la Seguridad Social para presentar la documentación de forma personal.

En todos los casos será necesario presentar el DNI o el NIE de la persona solicitante, más la resolución oficial que acredite el grado de incapacidad que se tiene la tarjeta de incapacidad permanente no es sólo papel.

Se trata de un reconocimiento a los derechos de personas que tienen limitaciones para desarrollar una actividad laboral, sino que es una herramienta para una mejora de la calidad de vida ya que, con una buena solicitud y el soporte del sistema, el titular de la tarjeta podrá acceder a beneficios que cambia mucho la vida un día a día.