Estos días no han dejado de funcionar. En muchos lugares incluso por la noche. La secuencia del aire acondicionado de la sala en marcha se repite y prolonga cada vez más tiempo en muchos hogares de nuestro país. Y lo hace cada vez antes. Las olas de calor que otrora irrumpían en julio y agosto lo hacen ya con normalidad en junio. Incluso con episodios en mayo. Más calor supone más aparatos funcionando y con ello más demanda de energía. Una energía que en el caso de España sólo en un 56% es renovable pero que en el resto sigue siendo de origen fósil. Más aún en otros rincones del planeta. En realidad, los aparatos de aire acondicionado son una pequeña trampa que alivia pero puede agravar el problema.

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Estos sistemas se convierten en una suerte de ‘bomba climática’ que permiten sobrellevar el calor pero que de modo indirecto continúan contribuyendo al daño climático al requerir grandes cantidades de energía no siempre sostenible. Un dato de la Agencia Internacional de Energía es revelador. Hoy el mundo requiere del triple de energía para refrigerar espacios interiores que en 1990.

En España el 31% de los hogares tiene algún sistema de aire acondicionado, según los últimos datos del estudio de ‘Condiciones de Vida’ del Instituto Nacional de Estadística. Otro tercio de la población carece de este tipo de sistemas y no puede asegurar una adecuada climatización del hogar. Estos días la venta de alternativas para sobrellevar el calor se han disparado en muchas ciudades. No sólo la demanda de instalación de sistemas de aire acondicionado sino también de ventiladores, dejando sin stock a muchos comercios.

Termostato... demasiado frío

Un informe de Daikin, compañía líder del mercado de climatización, revela que el 53% de los españoles reconoce que hoy enciende más sus sistemas de climatización de lo que lo hacía hace 5 años. Pese a que la concienciación en torno al alto consumo energético que conllevan estos sistemas ha mejorado, en España se sigue poniendo el aire acondicionado a una temperatura muy inferior a la recomendada y con ello consumiendo más energía de la recomendable. Según este barómetro, con datos de 2024, la temperatura media es de 21,6 grados, cuando la recomendada por los expertos es de entre los 24 y 26 grados. Por cada grado de refrigeración de diferencia se estima que el consumo de energía se dispara un 8%.

Evidentemente no en todas las ciudades y comunidades autónomas españolas la presencia de estos sistemas de climatización tiene el mismo peso. Es en el sur, en ciudades como Sevilla o Córdoba donde más frecuente es que un hogar tenga aire acondicionado. En el caso de estas dos ciudades andaluzas el porcentaje alcanza entre el 70 y 75%, según un informe del comparador Kelisto. En cambio, en ciudades como Burgos, Lugo, Oviedo o Santander apenas el 1% de os hogares cuentan con estos sistemas.

Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, el aire acondicionado absorbe el 7% del total de consumo energético que se produce en el planeta. Apunta incluso que generan una demanda superior a la de los centros de datos y la IA. También que esta fuente de demanda energética no para de crecer. Lo hace a un ritmo de un 4% de incremento anual en los últimos años y que así continuará al menos hasta 2027.

"Falta sensibilización"

En España el sector reconoce que las ventas van en aumento de año en año. Según datos de la Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización, AFEC, en 2024 se vendieron 1,38 millones de unidades de bombas de calor o equipos de climatización en España. A nivel mundial, según datos de Daikin, el año pasado se vendieron 138 millones de unidades y la previsión es que dentro de una década esa cifra alcance los 217 millones de unidades vendidas en un año.

Pese a que se están produciendo avances en el sector en materia de eficiencia energética y en regulación para limitar los consumos, desde la AFEC reconocen que aún persiste cierta “falta de sensibilización” a la hora de planificar y diseñar los sistemas de ventilación de interiores. No en vano, la climatización de interiores y la demanda de energía que requieren está muy relacionada con la construcción de viviendas y los avances en sus sistemas de eficiencia climática.

La AIE elaboró un informe en el que analizaba los ratios de climatización en el mundo y concluía que una gran parte del incremento de la demanda energética correspondía a un crecimiento muy acentuado de la construcción de viviendas en el mundo. Señalaba que sólo en las dos últimas décadas el incremento de construcción ha sido del 60% y que se estima en otro 20% el aumento de viviendas en el mundo a lo largo de esta década. Todo ello sumado a un aumento de la clase media en el mundo, y por tanto del poder adquisitivo, y que junto al calentamiento global se traducirá en el futuro en la instalación de muchos más sistemas de climatización y por tanto de demanda de energía.

Más energía fósil, más daño al clima

En países donde la generación energética mantiene aún un elevado peso fósil –y por tanto perjudicial para frenar el cambio climático-, como es la India o China, la extensión de los sistemas de climatización también avanza a un ritmo acentuado. Sólo en China, la demanda de energía creció un 7% el año pasado y se prevé que aumento otro 6% anual en 2026 y 2027.

La radiografía de los sistemas de aire acondicionado o climatización en el mundo es complicada. Se cifra en algo más de 3.500 millones de personas las que viven en zonas climáticamente calurosas y por tanto susceptibles de requerir sistemas de climatización. Sin embargo, apenas el 37% de la población mundial tiene acceso a estos sistemas. Y lo que es peor, se cree que dentro de sólo cinco años, por efecto del cambio climático, ese porcentaje de población que recurrirá a sistemas de climatización se disparará hasta el 45%, con el impacto energético que supone. La AIE incluso cuantificaba en 2.000 millones los aparatos de aire acondicionado que existían en el mundo en 2016 y prevé que para el año 2050 se multipliquen por tres hasta alcanzar los 6.000 millones de aparatos.   

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