Hugo Armando Carvajal Barrios cumplió 65 años el pasado 1 de abril. Merece la pena ofrecer un poco de contexto sobre esta persona. Apodado El pollo, fue durante una parte de su carrera el jefe de la inteligencia militar venezolana, es decir, de un país cuya democracia ha sido limada, poco a poco, hasta devenir en una tiranía, comandada actualmente por Nicolás Maduro. Hace unas semanas, este exagente se declaró culpable en la Corte Federal de Manhattan de conspiración de narcoterrorismo, conspiración para importar cocaína y delitos relacionados con armas.
También se relaciona con el servicio secreto venezolano a Jorge Brizuela, un empresario que se asoció con Víctor de Aldama para desarrollar un laboratorio que prosperó durante la pandemia, llamado Pronalab. Hace unos años, se filtraron los denominados Boricua Papers, del ejército mexicano, y allí se revela que la CIA y el FBI le vinculaban al crimen organizado y a la inteligencia de Maduro. En su cuenta en Instagram, aparece fotografiado en FITUR e incluso estrechando la mano de José Luis Ábalos.
Hecho este ejercicio de triangulación, cabe centrarse en la figura de Carvajal, a quien la Fiscalía estadounidense acusa de haber formado parte de una estructura, dentro del Gobierno venezolano, dedicada a usar la cocaína como un “arma” para inundar ciudades estadounidenses, en una acción que definió como “narcoterrorismo”.
Este hombre huyó de Venezuela en 2019 y pidió asilo político en España. Fue detenido en abril, a petición de Estados Unidos, pero la Audiencia Nacional rechazó extraditarlo. Quedó en libertad, desapareció y se escondió en Madrid con una identidad falsa. La información de la inteligencia estadounidense ayudó a localizarle en septiembre de 2021. En 2023, tras agotar todos los recursos, fue extraditado al país norteamericano.
El periódico The Objective difundía esta semana un documento, firmado por el propio Carvajal en 2010, en el que se ilustra sobre los problemas de corrupción que había detectado en algunas empresas vinculadas al proyecto Emergencia Eléctrica Nacional, que buscaba terminar con los graves problemas energéticos del país caribeño mediante la construcción de nuevas infraestructuras. Entre las empresas a las que consideraba libres del juego sucio citó a concesionarias como Iberdrola, Elector y Duro Felguera, “entre otras que usted dignamente ha realizado directamente con el ministro (Miguel Ángel) Moratinos y el presidente (José Luis) Rodríguez Zapatero”.
La entrada de Duro Felguera en Venezuela
Duro Felguera ha tenido históricamente una relevancia estratégica en una región de gran impronta socialista, como es Asturias. Cuando Hugo Chaves decidió iniciar una serie de actuaciones para mejorar la situación del sistema eléctrico venezolano, aprovechó para realizar un acercamiento a España y a sus empresas después de que, a finales de 2007, las relaciones entre ambos países se vieran impactadas por el incidente del presidente caribeño con Juan Carlos I (“¿por qué no te callas?”). Es ahí cuando Duro Felguera logró un sustancioso contrato para la construcción de la central termoeléctrica Planta El Sitio, en Santa Lucía.
La Audiencia Nacional sospecha que la adjudicación de este contrato podría haber estado vinculada al pago de sobornos a personas del régimen venezolano. Entre los señalados por este presunto caso de cohecho internacional se encuentra el exviceministro venezolano Nervis Villalobos, el expresidente de Duro Felguera, Juan Carlos Torres, y la propia compañía, amén de Javier Alvarado Ochoa, ex Viceministro de Electricidad y Desarrollo de Venezuela.
La mujer de este último, Ceciree Carolina Casanova Rangel, está citada para declarar el próximo lunes, según apuntan fuentes jurídicas.
Conviene tener presente que el germen de la investigación de este caso se produjo en 2015, cuando el servicio español antiblanqueo de capitales (SEPBLAC) realizó una investigación sobre determinados clientes del Banco de Madrid y halló el nombre de Nervis Villalobos, quien habría recibido pagos de 50 millones de dólares por unos informes 'orales' de asesoría. A partir de ahí, comenzaron a explorarse los vínculos con el proyecto energético venezolano y las actuaciones de los directivos de Duro Felguera, una empresa que unos años antes, en 2009, había anunciado al supervisor de los mercados (CNMV) que recibiría 1.500 millones de dólares por el contrato de la termoeléctrica, en el que, según sospechan los investigadores, Zapatero pudo actuar de facilitador.
¿Y por qué se remuneró a Villalobos? Estos mismos informantes inciden en que Venezuela seguía entonces el calendario de pago pactado, pero que el dirigente caribeño pudo haber solicitado una cantidad monetaria a cambio de 'garantizar' que la empresa asturiana continuara recibiendo su dinero. Este procedimiento -añaden- era habitual en el régimen y explica, en parte, la fortuna de los denominados 'bolichicas', es decir, militares y militantes que han hecho fortuna en Venezuela haciendo uso de su cercanía e influencia con el poder. El centro de varios de estos negocios era Petróleos de Venezuela, es decir, PDVSA, apuntan. Y añaden que una parte del patrimonio ganado en esas operaciones se ha invertido en Madrid.
Los hombres del PSOE
Son estos días difíciles para el PSOE y entre los nombres que han salido a la palestra -por haber recomendado a la investigada Isabel Pardo de Vera para dirigir Adif, según Ábalos- se encuentra el de José Blanco, el exministro de Fomento de Rodríguez Zapatero y antiguo secretario de organización del partido.
Es sabido que Blanco capitanea la empresa de asuntos públicos Acento, a la que recurrió Duro Felguera para obtener ayuda durante las negociaciones del rescate que le proporcionó la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales durante la pandemia. Ascendió a 120 millones de euros y fue el segundo que se concedió, por detrás de Air Europa y por delante del de la aerolínea venezolana Plus Ultra.
Después de que se consumara esta maniobra estatal de auxilio, el representante de Duro Felguera en Venezuela, Dino di Ianni Restrepo, fue contratado por Pronalab, es decir, el laboratorio de Víctor de Aldama y de Jorge Brizuela, al cual -este último- se citaba en este párrafo de este artículo por sus presuntos vínculos con el régimen de Maduro y con el crimen organizado.
Acento asesoró a Duro Felguera durante su rescate y, según publicó Vozpópuli, recibió 12.000 euros mensuales por realizar esta tarea. Dentro de esta consultora se emplea ahora Valeriano Gómez, quien fuera ministro de Trabajo y quien también ejerció de consejero del conglomerado industrial asturiano junto a otro socialista conocido por su relevancia en el sector empresarial, Jordi Sevilla. El valenciano fue ministro de Administraciones Públicas (2007 y 2010) y presidente de Red Eléctrica (2018-2020).
Dimitió de Duro Felguera en abril de 2024 junto con Gómez, después de un período en el que la compañía libró una dura batalla contra la quiebra. Estos días, de hecho, intenta evitar el concurso de acreedores tras culminar una atribulada fase de preconcurso. El negocio tiene difícil arreglo, reconoce a este periódico un empresario que intentó invertir en la compañía hace unos años, pero que considera que la tutela ejercida de los socialistas sobre este conglomerado le impidió entrar e implantar un plan de negocio sostenible para la empresa.
Aviso del auditor
KPMG, su auditor, advertía en el último informe anual de cuentas que su situación es muy compleja. Su fondo de maniobra negativo asciende a 194 millones de euros, mientras que su patrimonio contable, a -269 millones. El año pasado, perdió otros 98 millones. Su deuda financiera neta era a finales de diciembre de 126,4 millones. Sus ingresos fueron de 287 millones y su resultado operativo EBITDA, de -88,1 millones.
Unas semanas antes del cierre de ese ejercicio, la UCO enviaba a la Audiencia Nacional un informe en el que figuraban las palabras “Duro Felguera”. La Guardia Civil había hallado indicios de que Víctor de Aldama preparó una visita de cinco días de Delcy Rodríguez a Madrid en 2020, cuando su avión aterrizó en la terminal de carga del Aeropuerto de Barajas y José Luis Ábalos fue a recibirla, con el propio Aldama a la espera, en el aparcamiento del aeródromo.
Un documento revela que ese 20 de enero, a las 17.30, había una reunión concertada con la empresa asturiana. No aparecía en el folleto la palabra Zapatero, aunque el expresidente ha reconocido que la dirigente chavista es su amiga. La web incluye múltiples fotografías en las que aparecen juntos, en algunos casos, antes de negociaciones relevantes o de citas tan cruciales como las elecciones venezolanas.
He aquí los nexos entre un expresidente, un país dominado por la corrupción, algún agente secreto, el sector empresarial del PSOE y una compañía que ha intentado evitar durante los últimos meses el concurso de acreedores y que hace unas horas ha comunicado a los sindicatos que plantea un Expediente de Regulación de Empleo.
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1 Comentarios
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hace 6 segundos
El titular no se justifica con el contenido del articulo.
Muchas vueltas para no llegar a nada.