Alemania, la mayor economía de la eurozona y el país del mundo que más dinero tiene invertido en el extranjero —3,5 billones de euros en activos—, afronta un 2025 con el riesgo de encadenar su tercer año consecutivo en recesión. En paralelo, deberá hacer frente al acuerdo arancelario alcanzado el 27 de julio entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Y según ha explicado para El Independiente, Francisco Verdera, profesor de EAE Business School, lo que pase en Berlín no se quedará solo en Berlín: “toda la Unión Europea está indexada a Alemania; si se produjese una recesión fuerte, en primera instancia afectaría a Polonia, Austria, Países Bajos y Bélgica y, en una segunda ola, a Francia, Italia y España”.

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A través del pacto alcanzado con Trump, la UE acepta un arancel general del 15% en sus exportaciones a EEUU, se compromete a la compra durante tres años de gas natural licuado, petróleo y productos energéticos nucleares estadounidenses —a fin de sustituir el gas y petróleo rusos en el mercado de la UE— por valor de 700.000 millones de euros e invertirá 550.000 millones de euros en diversos sectores estadounidenses hasta 2029. "Impulsando aún más la ya significativa inversión existente de 2,4 billones de euros", añade la Comisión Europea en su nota informativa sobre el acuerdo. Además, la UE ha suspendido desde el martes las contramedidas arancelarias que preveía aplicar a EEUU en caso de no alcanzarse ningún acuerdo.

Las reacciones políticas han oscilado entre la resignación y el malestar. El presidente español, Pedro Sánchez, respaldó el acuerdo "sin ningún entusiasmo"; su homólogo alemán, Friedrich Merz, declaró que "no es un buen resultado, pero es el mejor de los posibles" y el primer ministro francés, François Bayrou, calificó la jornada como un "día aciago" para Europa. Fuera de los Veintisiete, las críticas han sido más duras. El expresidente ruso, Dmitri Medvédev, comentó que era un acuerdo "completamente humillante para los europeos" y, en la misma línea, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, sentenció que Trump "se comió" a Von der Leyen.

No obstante, el acuerdo alcanzado no ha generado tanto rechazo entre los expertos. Aporta previsibilidad a los mercados e inversores, ofrece una cierta estabilidad en un momento de creciente incertidumbre global y evita una escalada arancelaria. "La Unión Europea tendría mucho más que perder en caso de guerra comercial abierta contra Estados Unidos", puntualiza Verdera. En este sentido, desde Caixabank Research han destacado que "los mercados financieros han reaccionado con optimismo". Las bolsas europeas abrieron al alza el 28 de julio tras conocerse el contenido del pacto, con subidas cercanas al 1% y, en los mercados de divisas, el dólar se fortaleció frente al euro, que se situó por debajo de los 1,16 dólares, frente a los 1,18 registrados la semana anterior.

Alemania, la economía más expuesta

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió a finales de marzo que los aranceles podrían reducir el crecimiento económico de la eurozona 0,3 puntos porcentuales del PIB durante el primer año de vigencia. Aunque estas estimaciones se basaban en los primeros aranceles que Trump impuso a la UE del 25%, los cálculos más recientes sobre el nuevo arancel general del 15% apuntan a pérdidas no inferiores al 0,5% del PIB.

La economía de la UE más expuesta a los aranceles es la alemana. Además de ser el tercer gran exportador del mundo por detrás de China y Estados Unidos, es el país europeo que más exporta a EEUU. Las exportaciones de bienes alemanes a EEUU representan el 10% de su PIB y solo en 2024 alcanzaron los 161.215 millones de euros. Una cifra muy alejada del segundo mayor exportador de la UE, que es Irlanda (72.085 millones). Por ello, los centros de estudio alemanes —el Instituto para la Economía Mundial de Kiel y el Instituto IFO— han estimado que los aranceles podrían restar entre un 0,1% y un 0,2% al PIB en el plazo de un año.

Esta reducción podría poner en jaque la economía alemana, que ha encadenado dos años consecutivos en recesión —el PIB en 2023 se contrajo un 0,3% y en 2024, un 0,2%—. Además, aunque los germanos arrancaron el primer trimestre con un crecimiento del 0,4% del PIB, en el segundo trimestre se contrajo un 0,1%; lo que ha llevado a los expertos a vaticinar un tercer año en recesión.

No obstante, la economía alemana también cuenta con un par de ases bajo la manga. Desde finales de los años 90, ha promovido una rigurosa política de austeridad fiscal, resultado de su aversión a la deuda, que a cierre de 2024 se situaba en el 62,5% del PIB. Además, en 2024 se ha convertido en el mayor inversor neto del mundo cuando acumuló 3,5 billones de euros en activos en el extranjero, frente a los 3,28 billones de Japón, que lideraba la clasificación desde hacía 34 años.

Este dato procede de la Posición de Inversión Internacional Neta (PIIN), que mide la diferencia entre los activos que un país posee fuera y los que los extranjeros poseen en ese país. En la práctica significa que Alemania, gracias a sus superávits por cuenta corriente, ha ido acumulando más inversiones en el exterior y, con ello, el país ingresa en rentas (dividendos, intereses o alquileres) el equivalente al 4% de su PIB, una fuente extra de riqueza que no aparece en el PIB pero que mejora su capacidad de consumo e inversión.

Sectores que más exportan

Asimismo, los sectores europeos más expuestos a los aranceles cuentan, gracias al acuerdo entre la UE y Trump, con ciertas ventajas que no poseen otros países. La industria farmacéutica es el sector más importante en las relaciones comerciales con EEUU. De acuerdo con los datos de Eurostat para el ejercicio 2024, el sector exportó bienes por valor de 119.678,4 millones de euros, el 22,5% del total. A pesar de que Trump durante este martes advirtió a las compañías farmacéuticas que el arancel impuesto podría alcanzar el 250% en un año y medio, el acuerdo con Europa establece que "el límite máximo del 15% también se aplicará a cualquier posible arancel futuro sobre productos farmacéuticos y semiconductores", según la nota informativa de la Comisión Europea.

Por su parte, la industria automovilística es el segundo sector que más productos envía a Estados Unidos. En 2024, las exportaciones de vehículos hacia EEUU reportaron 50.919,7 millones de euros. Y según la patronal europea ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), el sector aporta más del 7,5% del PIB de la UE y emplea a 13,2 millones de europeos, lo que supone el 10,3% de todos los empleos del sector manufacturero en la UE. No obstante, el acuerdo aporta cierto alivio. Mientras que el impuesto general al sector es del 25%, en el caso europeo solo se aplicará el 15%.

Balanza comercial hasta mayo

En este contexto, conviene observar el peso real de las relaciones comerciales entre ambas potencias. Estados Unidos es el socio comercial europeo más importante en las exportaciones. De acuerdo con el último dato publicado por Eurostat, correspondiente al mes de mayo, las exportaciones enviadas a EEUU alcanzaron los 46.248,7 millones de euros, un 4,4% más que en el mismo mes de 2024. Por su parte, el dato acumulado en lo que va de año muestra un incremento del 21,9% respecto de los resultados de 2024 en el mismo periodo (217.469,6 millones en 2024 vs. 265.185,7 millones en 2025). Un incremento que se explica porque muchas empresas adelantaron sus envíos de mercancías desde abril ante la incertidumbre comercial.

En cuanto a las importaciones, en mayo, la UE compró productos a EEUU por valor de 27.837,8 millones de euros, un 7,4% menos que en mayo de 2024. No obstante, en el acumulado, el resultado es positivo, con un alza del 3,2%; desde los 143.175,5 millones exportados en 2024 hasta los 147.685,9 millones en 2025. De esta forma, al menos hasta mayo de 2025, el saldo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos es positivo a favor de los europeos en 117.499,8 millones, un 58,1% más que en el acumulado de 2024.

Con este resultado, existe margen para pagar el impuesto comercial al 15% que Trump ha impuesto. No obstante, otra de las claves del acuerdo dependerá, según el profesor Verdera, en cómo se configuren los aranceles frente a terceros países, especialmente con los competidores asiáticos. "Si Trump impone tasas más altas a países que compiten con Europa, nuestros productos saldrán beneficiados. Si son más bajos, el diferencial nos perjudicará". Por ahora, el presidente estadounidense no ha cerrado el acuerdo con China; pero sí ha igualado el arancel europeo con Corea del Sur y Japón; ha impuesto un 25% a India y tasas del 20% y 19% a Vietnam y Camboya, respectivamente.

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