Que vengan menos turistas pero que realicen un gasto mayor. Es el mantra desplegado por las grandes empresas del sector en los últimos años. Un turismo de mayor valor añadido frente al de masas que genera rechazo en muchas localidades a lo largo y ancho de España. Pero la subida de precios que afecta a la hostelería y el transporte, sumada a esa estrategia de reposicionamiento de los activos hoteleros hacia categorías superiores, está haciendo que España pierda posiciones como tradicional destino barato para el viajero internacional.

PUBLICIDAD

La última edición del Smart Observatory, el informe que elabora la consultora PwC para la patronal hotelera Cehat recalca cómo los precios se han colocado entre las principales preocupaciones que expresan los visitantes extranjeros en sus búsquedas por internet cuando planifican sus viajes a España. En concreto, este indicador ha crecido un 4% con respecto al mismo periodo del año anterior.

La frase más repetida para el viajero nacional durante las vacaciones de este verano es que "está todo imposible". El que fuera apoyo de la industria turística nacional durante la etapa postpandemia sufre ahora la presión al alza de los precios. De momento, las llegadas de viajeros internacionales siguen marcando cifras récord y la subida de tarifas se incrementa mes tras mes por encima del incremento de la inflación general.

En el caso de los hoteles, la tarifa media diaria de una habitación es ya de 129,50 euros, según los últimos datos de junio del Instituto Nacional de Estadística (INE). Es un 39% más caro que en el mismo mes de 2019, el año previo a la pandemia de coronavirus. Los de cinco estrellas han superado ya la barrera de los 300 euros, hasta situarse en 307,75 por noche; un incremento del 49,2% frente a 2019. Los de cuatro cuestan 133,08 euros (+ 33.3% vs 2019); los de tres, 104,45 euros (+35,6%); los de dos, 92,66 euros y los de una, 89,68 euros.

De momento, hasta junio han llegado 44,5 millones de visitantes internacionales. Y aunque el presidente del Gobierno Pedro Sánchez presumió en su balance del curso político de que España podría alcanzar este año la cifra de los 100 millones de turistas extranjeros, el ritmo de llegadas pone en cuestión ese cálculo si no se produce una fuerte subida en la segunda parte del año. Algo históricamente complicado y, mucho más, en el incierto contexto internacional actual.

Habría que conseguir 55,5 millones llegadas en la segunda parte del año, pero el crecimiento en junio fue de un exiguo 1,9% respecto al mismo mes del año pasado. En algunos casos, como el de los viajeros estadounidenses, se produce una caída del 4,2% interanual, como recogió El Independiente. El propio Banco de España avisaba en su informe de junio de que se producirá una "gradual desaceleración de las llegadas de turistas internacionales" en los próximos trimestres.

Según el todavía por aquel entonces director general de Economía del BdE, Ángel Gavilán, "este año se seguirán registrando máximos históricos en la mayor parte de las variables relacionadas con el turismo" pero alertaba de que "en términos de crecimiento se ve una desaceleración bastante evidente".

De momento, el gasto total de los turistas internacionales aumentó un 7,5% en los seis primeros meses de 2025 hasta los 59.622 millones de euros. Pero los empresarios turísticos descuentan ya una moderación del crecimiento de sus ventas para el verano de 2025 hasta el +2,7% respecto a 2024.

Así lo manifestó hace unas semanas la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur). Esta patronal que agrupa a grandes hoteleras como Meliá, agencias de viajes o aerolíneas recortó siete décimas (hasta el 3,3%) su previsión de crecimiento del PIB turístico para este año. La organización que preside Gabriel Escarrer lo hizo "ante un primer semestre menos dinámico de lo previsto y un entorno internacional más adverso, especialmente en la segunda mitad del año, marcado por la desaceleración en los principales mercados emisores afectados por las tensiones comerciales e incertidumbre geopolítica".

Más allá del posible freno de las venta antes citado, el sector y los inversores siguen viendo posibles en España. Y tras la conversión de muchos activos hacia categorías de mayor calidad, un estudio de la consultora EY-Parthenon recogido por Cinco Días refleja que en España se construirán 775 nuevas propiedades turísticas hasta 2028, con una capacidad para 51.995 habitaciones adicionales por aperturas o rehabilitaciones. La clave está en quién las usará.

Los principales países emisores de turistas hacia España en los seis primeros meses del año fueron Reino Unido (con más de 8,9 millones y un aumento del 5,2%), Alemania (con más de 5,7 millones y un incremento del 3,0%) y Francia (con cerca de 5,6 millones, un 3,1% más).

"El sector mantiene su atractivo para un creciente número de turistas internacionales, mientras que el turista residente pierde presencia en los destinos locales y gana protagonismo en el extranjero", indican desde CaixaBank-Research. El desplazamiento del turista español hacia destinos en el exterior es algo que las grandes agencias llevan unos cuantos meses detectando. Viajar al Caribe puede salir más barato que a la costa española.

Subida de precios en el norte

Además de los tradicionales destinos insulares o del levante español, que otros enclaves del norte también están registrando fuertes crecimientos de precios. Según el último informe de Coyuntura Turística Hotelera del Instituto Nacional de Estadística (INE), la mayor subida se registró en Asturias (10,3%) y el menor aumento, en Cataluña (1,6%).

Los indicadores de gasto turístico que monitoriza CaixaBank Research "recogen una moderación del gasto del turista español tanto en nuestro país como en el extranjero en los primeros meses de 2025". Y frente al boom registrado desde la pandemia, la tendencia ahora es hacia la contención. Esto significa, entre otras cosas, menor gasto durante la estancia o una reducción del número de noches.

La dinámica del sector marca el rumbo de la economía general, pues ahora mismo tiene un fuerte peso en el Producto Interior Bruto (PIB) y en el empleo. Por primera vez, los ocupados en actividades turísticas superan los 3 millones antes de los meses de temporada alta, según datos de la Seguridad Social publicados el viernes.

En el segundo trimestre de 2025 hubo 58.563 empleados más en actividades turísticas que en el mismo período del año pasado. Y los empleados en el sector turístico en este periodo suponen el 13,6% del empleo total de la economía española.

Ahora, la clave está en cómo de sostenible es el modelo espoleado también por el auge de las viviendas turísticas. Todo un cóctel que marca uno de los principales motores de la economía. Según CaixaBank Research, representará un 13,1% del PIB en 2025. Crecerá, señala el servicio de estudios de la entidad que preside Gonzalo Gortázar, un 2,7%. Eso es más que el crecimiento previsto para el conjunto de la economía (2,4%).

PUBLICIDAD