Primeras luces rojas en el sector turístico. Tras un crecimiento imparable durante los últimos años en número de visitantes y del gasto turístico, los datos comienzan a dar signos de desaceleración. Entre enero y julio llegaron 55,5 millones de visitantes extranjeros, que dejaron en el país 76.074 millones de euros, un 7,2 % más que en el mismo periodo del año anterior. El país superó por primera vez en julio los 11 millones de turistas en un mes, con un gasto de 16.452 millones de euros.

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Pero un informe de BBVA Research refleja cómo la subida del gasto turístico de los extranjeros en España es 8,7 puntos inferior al del primer cuatrimestre, con un avance del 8,1% interanual. Se se compara con el mismo período de 2024, es un 15,6% menos. Tras un arranque fuerte, el consumo de los visitantes foráneos comenzó a enfriarse en marzo, tuvo un repunte puntual en junio (+12,7 %) y se desplomó en agosto hasta un modesto 4,8%. En el segundo cuatrimestre del año, el turismo extranjero apoyó el crecimiento sobre todo en Madrid, Canarias y la costa mediterránea.

El auge de precios y no el aumento del consumo está detrás del incremento del nivel de gasto, pues el gasto medio por turista se mantiene estancado y, en algunos casos, incluso retrocede. Según los datos de la Encuesta de Gasto Turístico del Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto total de los alemanes en julio retrocede un 5,3% y el de los franceses, un 2,1%. El de los británicos apenas avanza un 1,9%. Los primeros recortan la duración media de sus estancias un 8,9%; los segundos, un 10,7%; y los terceros, un 4,8%.

El gasto no presencial en viajes y alojamiento muestra un repunte, lo que podría traducirse en una mejora para la temporada de otoño. Pero el contexto de altos precios se mantiene como un hándicap, frente a otros destinos más económicos del Mediterráneo. El transporte vuelve a encarecerse y el alojamiento mantiene subidas a tasas elevadas, lo que limita el margen de gasto discrecional del turista extranjero.

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