Abril ha dejado un verano anticipado. Las temperaturas alcanzadas en el último mes, el más primaveral de los tres de la estación sobre el papel, han supuesto el abril más caluroso desde que hay registros en España y Portugal y el cuarto a nivel mundial. El adelanto del estío empuja a un sector, el de los equipos de climatización, que ha experimentado un importante crecimiento de la demanda en los últimos tiempos.

Marta San Román, directora de AFEC (Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización), señala en conversación con El Independiente que en 2022 el mercado de la climatización en el ámbito residencial, que incluye climatización para calefacción y refrigeración (con diferentes tipos de equipos, entre los que se encuentran las bombas de calor, splits y multisplits, etc.), así como producción de ACS (agua caliente sanitaria), creció más de un 24%.

"La tendencia creciente se mantiene en estos primeros meses del año 2023, especialmente en los equipos con mayores rendimientos. La crisis energética hace más atractivo el utilizar las tecnologías más eficientes", indica San Roman, que añade que los fabricantes "siguen mejorando las prestaciones y rendimiento de los equipos: el uso del aire acondicionado supone sólo el 1% del gasto energético del hogar, según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía".

Los resultados de un cálculo comparativo de costes energéticos realizado el año pasado por AFEC con tarifas de 2022, reflejaron que los equipos de aire acondicionado suponen un gasto diario de 0,81 €, muy por debajo del coste de otros electrodomésticos.

Según ha trasladado a este diario el propietario de una empresa de instalación de aire acondicionado, "la gente ya no se espera a que haga calor para montar el aire acondicionado, pero cuando vienen estos días de calor tempranos si que se nota la prisa para la revisión de las máquinas". El profesional revela que "cada año se ponen más" y sobre todo en las ciudades, donde "cada año hace más calor y dura más tiempo". El instalador explica que por el momento no hay escasez de maquinaria y el gremio puede atender la demanda, aunque no lo descarta en pleno verano. "Ahora todas las distribuidoras están con los almacenes llenos, al ser principio de temporada. Esto puede pasar más adelante".

El furor por el aire acondicionado se hace más evidente con la información trasladada por Leroy Merlin, una de las compañías líder en acondicionamiento del hogar en España. "En lo que respecta a la climatización portátil, el crecimiento acumulado este año en Leroy Merlin es de un 260%, en aires acondicionados portátiles de un 246% y hasta un 311% en los climatizadores evaporativos", apunta la empresa.

Dificultades en el mercado actual

Desde AFEC, destacan la falta de técnicos cualificados para la instalación de equipos y la consecuente urgencia en canalizar esta deficiencia en número de profesionales, así como las dificultades en el suministro de materias primas y componentes.

"Los fabricantes han trabajado mucho para minimizar el impacto de esta situación, y a estas alturas se va retomando el ritmo normal; además, afecta menos al sector de aire acondicionado residencial, por lo que la oferta puede cubrir la creciente demanda, que podría acentuarse con las altas temperaturas que se avecinan, y que hacen aún más aconsejable la utilización de sistemas de aire acondicionado", asegura San Román.

La inflación también ha afectado al sector, que según el último dato del INE (Instituto Nacional de Estadística) ha experimentado una variación anual de 7,5 puntos respecto a abril de 2022. Los fabricantes de equipos de climatización achacan esta subida a un factor ajeno a su responsabilidad. "Se trata de un impuesto sobre ciertos refrigerantes, 'impuesto' de manera sorpresiva, que ignora las recomendaciones de los 60 expertos en fiscalidad que intervinieron en el 'Libro blanco para la reforma fiscal en España' en 2022 que específicamente recomendaba en contra de dicho impuesto", denuncia la directora de AFEC.

La queja de los fabricantes recalca que la tasa grava el comercio y no el impacto medioambiental, "se aparta del principio europeo de 'quien contamina, paga', que penaliza a la industria española, haciéndola menos competitiva, y que incide en el coste que tienen que asumir pymes, empresas instaladoras y, finalmente, los consumidores", concluye San Román.