El Banco Central Europeo (BCE) no ha tomado ninguna medida de relevancia en la reunión de su Consejo de Gobierno del este jueves. El supervisor ha querido así ratificar (o "reconfirmar", literalmente) su política monetaria "muy acomodaticia", si bien ha abierto la puerta a no gastar del todo el volumen que prometió invertir en compras de activos el pasado mes de diciembre (1,85 billones de euros).

A lo largo de la pandemia, el BCE ha ido subiendo cada vez más su apuesta por las compras de deuda para mantener estables las condiciones de financiación y que el crédito fluya hacia la economía. El último movimiento llegó el pasado diciembre, cuando elevó su bazuca hasta los 1,85 billones de euros.

Sin embargo, este jueves, a través de su tradicional comunicado tras las reuniones de tipos de su Consejo de Gobierno, ha abierto la puerta a no gastar ese importe del todo.

En su comunicado, recuerda que las compras bajo el Programa de Compra de Emergencia de la Pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) continuarán con un horizonte de 1,85 billones de euros hasta finales de marzo de 2022 y, "en todo caso, hasta que considere que la fase de crisis del coronavirus está terminada". Gracias a este programa y a los anteriores, el BCE cuenta ya con deuda de la zona euro equivalente al 27% de su Producto Interior Bruto (PIB).

"Las compras bajo el PEPP se llevarán a cabo para preservar condiciones financieras favorables durante la pandemia. Si las condiciones financieras favorables se pueden mantener con un flujo de compra de activos que no agote el importe del horizonte del PEPP, el importe no tendrá que usarse por completo. Del mismo modo, el importe puede ser recalibrado si es requerido para mantener las condiciones de financiación favorables para ayudar a contrarrestar el shock negativo de la pandemia hacia el camino de la inflación", advierte el BCE.

Respecto a las medidas tomadas, ha decidido mantenerlas sin cambios, así como los tipos de interés, como viene siendo habitual durante los últimos meses.

Christine Lagarde, presidenta del supervisor, ha explicado durante la rueda de prensa posterior a la comunicación sobre política monetaria que las condiciones de financiación "favorables" no las determina un solo indicador, como puede ser la prima de riesgo de un país concreto, sino que se tienen en cuenta muchas variables y se hace una "aproximación holística".

En todo caso, ha explicado que "todo está bajo la mesa", por lo que de momento es igual de posible que todo marche según lo previsto, que no se agote el paquete de emergencia y que tenga que recalibrarse.

Euro digital

Lagarde se ha referido también al proyecto del euro digital en el que el BCE trabaja después de afirmar hace unos días que podría estar en marcha en menos de cinco años.

La presidenta del BCE ha querido dejar claro que se trata de un proyecto a largo plazo y que aún quedan muchas decisiones que tomar. "Tenemos que ver si es compatible con la política monetaria", ha señalado. Además, ha prometido que su puesta en marcha no supondrá el fin del dinero en efectivo. "Los billetes siempre existirán", ha apuntado.

Por otra parte, Lagarde ha pedido a urgido a los países miembros a poner en marcha cuanto antes los fondos europeos, al tiempo que ha explicado que las proyecciones macro que el BCE tuvo en cuenta el pasado mes de diciembre para elevar el importe del paquete de emergencia siguen siendo válidas para el escenario actual, pues ya tenían en cuenta una vacunación mundial "gradual".

Por último, ha deseado "lo mejor" para Janet Yellen, quien estará al frente del Tesoro estadounidense bajo la Administración Biden y lo gestionará "de forma que solo ella puede hacerlo".