En cualquier tipo de actividad es necesario tener en cuenta los riesgos o peligros relacionados con ella. Aunque existen casos que, por sus circunstancias especiales, requieren de medidas excepcionales. Es el caso de los autónomos cuyo trabajo les exige estar de pie.

Será necesario analizar la actividad y el tipo de acciones que deben realizar los trabajadores a lo largo de la jornada, de esta forma se podrán atajar mejor los posibles peligros, enfermedades o daños. Así lo aseguran desde el dossier específico para estos trabajadores publicado en el portal Cuídate. Una iniciativa del Ministerio de Trabajo, la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales y UATAE.

Principales riesgos para el autónomo que trabaja de pie

Los mayores riesgos de este tipo de trabajos son la fatiga y tensión muscular en diferentes zonas del cuerpo (cuello, espalda y piernas) por la falta de flujo sanguíneo debido a la postura, diferentes problemas en las articulaciones (rodillas, caderas o columnas) y mayor probabilidad de sufrir varices al inflamarse las venas. A largo plazo también pueden darse problemas y lesiones en ligamentos, tendones y trastornos reumáticos.

Una buena ayuda ayuda para este tipo de trabajadores, como pueden ser dependientes o peluqueros, pueden ser los apoya-pies en el mostrador o un asiento auxiliar que puedan utilizar en momentos que lo necesiten. El material que se utiliza para el pavimento o una mesa regulable, que se adapte a las diferentes taras del empleado, también ayudarán a disminuir las lesiones.

Además, el calzado también es muy importante en este tipo de actividades. Para elegir el tipo de zapato será importante llevar una talla adecuada y evitar los zapatos de tacón. En cuanto a las características, deben ser flexibles, transpirables, con suela acolchada, suela antideslizante y que sujeten el talón.

Periodos de descanso

Otra cosa a tener en cuenta será crear unos periodos de descanso en los que el trabajador pueda cambiar de postura y descansar tanto las piernas y los pies como la espalda. La realización de distintos estiramientos de estas zonas también podría ayudar a evitar lesiones o problemas de salud.

El empresario también tendrá que tener en cuenta la obligatoriedad de cumplir con la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.