El Banco de España ha publicado un documento que saca a la luz los problemas de los actuales procesos de concurso de acreedores. Y cómo su ejecución puede generar graves problemas a las pymes y, en consecuencia, al conjunto de la economía española.

El problema no es nuevo, es estructural

El Banco de España ha publicado el documento “Análisis de los procedimientos de insolvencia, en España en el contexto de la crisis del Covid-19: los concursos de acreedores, los preconcursos y la moratoria concursal”, de Miguel García-Posada Gómez.

Las conclusiones de este artículo son claras: el problema de la economía española es estructural. Pese a que en los últimos años, especialmente tras la crisis de 2008, se han ido haciendo cambios en la legislación, las mejoras no están teniendo, quizá, los efectos esperados. Se incluyen aquí todas las modificaciones de la Ley Concursal, con la inclusión de sus mecanismos preconcursales.

Tampoco parece que vayan a ayudar las nuevas medidas tomadas frente al Covid-19, según García-Posada. Para no acabar de saturar los Juzgados de lo Mercantil, el Gobierno optó por aprobar una moratoria concursal. De esta forma se daba de plazo hasta final de año para presentar los concursos de acreedores.

Esta no parece ser la solución más acertada de cara a ayudar a las pymes y los autónomos, especialmente. El documento señala, de hecho, que podría “conllevar efectos negativos en la necesaria reasignación de factores productivos y recuperación de la actividad empresarial en su conjunto en el medio plazo”.

Se debe tomar ejemplo de otros países de nuestro entorno

Para tratar de solventar estos problemas, García-Posada aporta varias soluciones. Todas ellas apostando por tomar ejemplo de las iniciativas que toman los países europeos y en las que superan con creces a España.

La primera de ellas serían los canales de incentivo de provisión de crédito, pudiendo dotar de liquidez a las empresas en momentos que lo necesiten. También destaca el facilitar la reestructuración de la deuda a empresas que, en determinado momento, sean insolventes pero sí puedan ser viables.

En base a esto, también se tendría que facilitar la liquidación de empresas inviables, ya que en la actualidad los concursos de acreedores son muy largos. Además de que haya implicación en factores como la innovación, la inversión o la productividad.