Rusia habría ofrecido a Carles Puigdemont 10.000 soldados en apoyo de la independencia de Cataluña y asumir la deuda catalana en las semanas previas al referéndum de independencia de 2017. Una oferta que el ex presidente habría rechazado. Es la rama más sorprendente de la investigación que dirige el juez Joaquín Aguirre sobre el desvío de fondos públicos al proceso independentista, en la que se apuntan los contactos con el Gobierno de Vladimir Putin para conseguir apoyo internacional al procés.

Unas revelaciones de las que se ha mofado la embajada rusa en España a través de su canal de Twitter. En un mensaje emitido la tarde de este miércoles, aseguran que en su instrucción el juez Aguirre "faltan añadir dos ceros" a los 10.000 soldados supuestamente prometidos y añade que las tropas debían ser transportados por aviones de la Guerra Civil "escondidos en un lugar seguro de la Cierra Catalana".

La Guardia Civil realizó este jueves treinta registros y veintiún detenciones en el marco de la tercera fase de explotación de la Operación Volhov, dirigida por el titular del juzgado de Instrucción 1 de Barcelona. El foco se puso en el desvío de fondos para mantener la estructura de Carles Puigdemont en Bélgica tras su fuga de España y un presunto caso de corrupción urbanística del ex alto cargo de ERC Xavier Vendrell.

Pero la macro causa que instruye el juez Aguirre desde 2016 incluye además otra vía de investigación que está también tras las detenciones y registros realizados ayer: los intentos del independentismo de conseguir apoyos de Rusia para el proceso secesionista, a cambio de abonar la estrategia de desestabilización de la Unión Europea por parte del Gobierno de Vladimir Putin.

El abogado de Oriol Soler, Benet Salellas -ex portavoz de la CUP- así lo reconocía en declaraciones a Catalunya Ràdio: "La detención se vincula a la participación del Gobierno del Kremlin en la estrategia independentista". La Guardia Civil investiga si Soler, empresario de la comunicación en la órbita de ERC y uno de los miembros del "estado mayor" del procés, actuó en esta trama como enlace con Julien Assange y Eduard Snwoden para activar la estrategia de desinformación en redes sobre el proceso independentista, según Salellas, que tachó esta investigación de "kafkiana".

El papel de Terradellas, el Willy Fogg del procés

Según el auto del juez Aguirre, las escuchas realizadas por la Guardia Civil han desvelado además la oferta de apoyo de Rusia en dos conversaciones de David Madí y Xavier Vendrell con Víctor Terradellas, ex responsable de relaciones internacionales de Convergencia y presidente de la Fundación Catmon, una de las investigadas por el desvío de fondos de la Diputación de Barcelona que está en el origen de las pesquisas.

Terradellas es la figura central de esa relación del independentismo con Rusia. El ex dirigente de convergencia, muy próximo a Oriol Pujol, fue detenido en mayo de 2018 en la primera operación policial ligada a esta investigación, la Operación Estela. Entonces se requisó en su despacho una libreta en la que, junto a anotaciones sobre la fidelidad a la causa de mandos de los Mossos consignaba un supuesto pago de 100.000 euros al entorno de Puigdemont para su sustento en Bélgica.

Desde la dirección de relaciones internacionales de CDC, primero, y la fundación Catmon, después, tejió una red de complicidades que en 2017 puso al servicio de Puigdemont y su proceso secesionista, aunque después aseguró que "siempre he ido por libre", desvinculando a Puigdemont de sus gestiones. Entre ellas, los contactos con Rusia.

Las conversaciones con Puigdemont

Según las pesquisas del juez Aguirre, sin embargo, Puigdemont exploró entre el 25 y el 26 de octubre de 2017 un plan para recabar el apoyo de Rusia y China a la independencia -cuando oficialmente negociaba la convocatoria de elecciones anticipadas para evitar la intervención del Gobierno de Mariano Rajoy-.

Esos días, Terradellas le informaba de la visita de un "emisario de Putin". Pocas semanas antes, el director de Catmon había viajado a Moscú, donde se había reunido con Serguei Markov, ex diputado del partido oficialista Rusia Unido y reconocido asesor del Kremlin. Terradellas confirmó esa entrevista meses después en declaraciones a RAC1.

"'President', soy Miquel. Estamos reunidos Víctor y yo con esa gente. En 24 horas nos contestan. Además mirarán: 1. Que China diga también lo suyo. 2. Que viernes antes de hacer nada, hagas videoconferencia con PU" rezaba uno de los mensajes recibidos por Puigdemont y desvelados por El Periódico. Los informes policiales atribuyen las iniciales PU a una videoconferencia con Putin.

Puigdemont no respondió a Terradellas, que al día siguiente, a las puertas de una convocatoria electoral, se quejaba de ese silencio y lamentaba que "podríamos haber apurado hasta el final". Entonces sí respondió el ex president, asegurando que "no tenían ningún margen". Ante la insistencia de Terradellas, Puigdemont los recibía poco después en la Casa dels Canonges, junto al Palau de la Generalitat.

Elecciones frustradas

Era el mismo día en que el president fugado se había comprometido con el lehendakari Urkullu a convocar elecciones en una comparecencia a la 13.30 que nunca se produjo. Finalmente no convocó los comicios sino el pleno del Parlament para declarar la independencia, tras haberse reunido con Terradellas y sus mediadores.

Se trata de una conversación recuperada por la policía tras requisar un móvil de Terradellas en el registro de su despacho en 2018, en el que también se incautó de un mensaje manuscrito dirigido, aparentemente a Vladimir Volfovich Zhirinovsky. Conocido como "el Trump ruso" el líder del ultraderechista Partido Liberal Demócrata de Rusia ha sido uno de los pocos dirigentes políticos internacionales que ha expresado su apoyo a la independencia de Cataluña.

Antes de conocerse estos contactos, la detención del hacker ruso Piotr Levashov en Barcelona en abril de 2017 ya hizo saltar todas las alarmas policiales. En los meses previos al referéndum independentista, Levashov fue detenido en base a una orden de detención internacional del FBI por hackeos masivos en Estados Unidos, donde fue juzgado y condenado por estafas cibernéticas. Su presencia en Barcelona ha sido relacionada por algunos con la masiva invasión de información sobre el procés en redes procedente de Rusia, según los servicios de información europeos.

Assange y la web del referéndum

Rusia fue también la base desde la que los independentistas pudieron mantener viva la web del referéndum del 1-O, cuando la justicia ordenó su cierre. Según informó entonces la Guardia Civil, un grupo de hackers situados en Rusia y sus países satélites fueron los responsables de la clonación de la web, para que siguiera accesible desde nuevas direcciones que el propio Puigdemont se encargaba de publicitar desde su perfil de Twitter.

No fue el único. El fundador de Wikileaks, Julian Assange, fue otro activo difusor de la web de la Generalitat para difundir el referéndum independentista del 1 de octubre y garantizar que siguiera abierta, después de que su primera versión fuese cerrada por orden judicial.

«Tenemos mucha experiencia parando la censura abusiva. Me alegra ayudar a proteger los derechos de publicación de la página web del referéndum catalán», escribió en su cuenta de Twitter. Poco después difundió en la misma red social un duplicado del código que sustenta la web, creado en la plataforma Github, para responder «a la represión informativa llevada a cabo por el Estado.