La investigación policial comenzó hace dieciocho meses cuando los servicios policiales americanos detectaron la creación de empresas fantasmas en Estados Unidos con las que los titulares adquirían tarjetas de débito que posteriormente utilizaban de forma fraudulenta en otros países europeos, fundamentalmente en España. El macrooperativo policial ha permitido la detención de 105 personas, 70 de ellas en nuestro país y la imputación de otras catorce. Se les atribuyen presuntos delitos de organización criminal, estafa, blanqueo de capitales, falsedad documental y tenencia ilícita de armas. Se han practicado 88 registros simultáneos en cuatro países europeos y se calcula que la red desarticulada ha podido defraudar mas de 12 millones de euros.

Muchas complicidades

Para llevar a cabo este colosal fraude, los cabecillas de la organización se habían establecido en un hotel en la localidad cacereña de Miajadas. Contaban con una amplia red de empresas conniventes para pasar las tarjetas por sus datafonos y para ellos se valían de un sofisticado mecanismo: la preautorización. Con este mecanismo, aprovechando la diferencia de aceptación del pago entre bancos americanos y españoles, lograban realizar importantes compras y vaciar las cuentas antes de que las entidades bancarias pudieran anular las operaciones. Por permitir usar sus datafonos los empresarios se llevaban una comisión del 15 por ciento. Cuando tenían que justificar las operaciones lo hacían con facturas falsas. Asimismo la red delincuencial tenía complicidades con algunos empleados de sucursales bancarias en nuestro país, que les alertaban de las investigaciones en marcha.

El centro de la operación policial se instaló en la comisaria provincial de Badajoz y a él se han sumado numerosos efectivos policiales expertos en economía así como once agentes del servicio secreto americano que durante meses han analizado los complejos movimientos dinerarios de más de 250 cuentas.

Reservas fantasmas en plena pandemia

A veces los procedimientos utilizados por los defraudadores eran un tanto chuscos. En una ocasión pasaron tarjetas bancarias en una farmacia por valor de 80.000 euros, también se dejaron 300.000 euros en un club taurino. En estado de alarma y en pleno confinamiento realizaron cargos en hoteles que se encontraban cerrados por más de 1.300.000 euros. Lamentablemente son muchos los empresarios autónomos que se han lucrado de esta falsa actividad en la comunidad extremeña y abarca muchos sectores, desde empresas de construcción hasta cerámica o joyerías. La red también contaba con la connivencia de otros empresarios en más de 18 provincias españolas, así como en países de la Unión Europea.

Algunos de los detenidos no dudaban en utilizar la violencia o el secuestro para zanjar cualquier discrepancia que pudiera surgir entre los miembros de la red.

En total, más de treinta entidades bancarias se han visto afectadas por el fraude. Se han conseguido bloquear 87 cuentas bancarias tanto en España como en diversos países europeos y se han intervenido más de 200 tarjetas bancarias y 100 datáfonos.