La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha puesto en marcha el llamado Comité de Expertos que debe elaborar un borrador de reforma fiscal que el Gobierno tiene previsto incorporar al documento que remitirá a Bruselas a finales de este mes. Ya veremos si Pedro Sánchez adelanta el próximo miércoles las líneas maestras de su plan en su comparecencia en el Congreso. Pero lo que ya podemos afirmar es que se propone subir tres impuestos (sociedades, patrimonio y donaciones), que recaen sobre los beneficios empresariales y sobre las personas que han acumulado ciertos ahorros. Es decir, que castigará a los que Podemos califica como "los ricos".

La fecha elegida para apretar el botón tiene su importancia. El anuncio se produce en puertas de la campaña electoral de la Comunidad de Madrid y supone un revés para el candidato socialista, que se había comprometido, nada más conocerse el adelanto del 4-M, a que, si ganaba las elecciones, no iba a tocar los impuestos.

En su momento, se argumentó desde Moncloa que esa promesa era la manera con la que Ángel Gabilondo pretendía ganarse el voto de centro. Pero, a la vista de lo que dicen las encuestas, que auguran que la inmensa mayoría de los que en 2019 votaron a Ciudadanos ahora lo van a hacer por Díaz Ayuso, parece que el PSOE ha decidido tirar la toalla y cambiar de mensaje.

No sabemos cómo va a modificar su discurso el candidato socialista, pero lo que sí sabemos es que el PP y Vox van a utilizar el argumento de la subida de impuestos para movilizar a sus ya muy movilizados votantes.

El candidato socialista, que se había comprometido a no subir los impuestos, tendrá que explicar ahora qué hará si el Gobierno decide subir sucesiones y donaciones en Madrid"

La subida del impuesto de sucesiones y donaciones afecta a la campaña madrileña, no sólo porque son impuestos cedidos a las CCAA, sino porque los partidos de izquierdas y los barones socialistas han hecho campaña desde hace meses contra el supuesto dumping fiscal madrileño. Gabilondo no va a tener más remedio que posicionarse sobre el tema: tendrá que desdecirse, o bien mantener su discurso contra la propuesta del Gobierno, que quiere hacer efectiva la subida ya en el ejercicio de 2022. No hay muchas dudas sobre lo que hará el candidato socialista.

El PSOE, si Gabilondo hace lo que dicta Moncloa, ya tiene un mensaje de izquierdas con el que seducir a sus votantes. La pelea se traslada del centro a la izquierda; es decir, en ver si con ese mensaje el PSOE puede ganar más peso entre el electorado progresista en Madrid.

Hasta ahora, las encuestas no le iban del todo mal a Gabilondo. Como media, repetía los resultados de 2019, o, en todo caso, caía ligeramente (de 37 a 35 escaños). Al mismo tiempo, el efecto Pablo Iglesias se nota sólo de forma moderada en el voto de UP (de 8 a 10 escaños), mientras que el partido que más podría sufrir el 4-M sería Más Madrid (con una caída de hasta 6 escaños, según pronostica la encuesta de NC Report para La Razón).

Es dudoso que este giro en el umbral de la campaña en un asunto tan sensible como los impuestos le pueda dar a Gabilondo los votos que ahora no le niegan las encuestas. En todo caso, lo que sí está claro es que si algún votante de Ciudadanos tenía dudas sobre si votar al PSOE o al PP, ahora lo va a tener mucho más claro.

Díaz Ayuso, que las coge al vuelo, no ha tardado en reaccionar ante el anuncio de Montero: "Caretas fuera", ha proclamado desde su cuenta de tuiter.

De nuevo, Moncloa ha actuado por su cuenta dejando a la intemperie al candidato Gabilondo.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha puesto en marcha el llamado Comité de Expertos que debe elaborar un borrador de reforma fiscal que el Gobierno tiene previsto incorporar al documento que remitirá a Bruselas a finales de este mes. Ya veremos si Pedro Sánchez adelanta el próximo miércoles las líneas maestras de su plan en su comparecencia en el Congreso. Pero lo que ya podemos afirmar es que se propone subir tres impuestos (sociedades, patrimonio y donaciones), que recaen sobre los beneficios empresariales y sobre las personas que han acumulado ciertos ahorros. Es decir, que castigará a los que Podemos califica como "los ricos".

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