El lehendakari Iñigo Urkullu ha apelado hoy al retorno a la “integración foral plena” del País Vasco y regresar al modelo de relación con España en vigor antes de la derogación de los fueros en 1876 e incluso anterior al Convenio de Bergara de 1839. Ha señalado que la relación bilateral que existía tras el “Convenio de Bergara” de 1839 puede ser un punto de referencia adecuado para el nuevo encaje de Euskadi en el Estado. Ha recordado que el carácter foral está ya reconocido en la Constitución española y que es precisamente esa “realidad histórica” la mirada que ahora se debe profundizar para actualizar el Estatuto vasco.

Ha apuntado que con la abolición de los fueros el 21 de julio de 1876 se “liquidaba” el marco jurídico-político “en el que habíamos vivido los Territorios vascos, se finiquitaba el peculiar sistema democrático representativo que venía ya condicionado por la fórmula “sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía”. Por ello, durante el Pleno de Política General con el que hoy se a dado inicio al curso político, ha defendido que en esta legislatura la Cámara vasca deberá trabajar en la búsqueda de un “consenso sólido” para acordar un nuevo estatuto que actualice la relación de Euskadi con España.

Un modelo que debe basarse con una “actualización” del autogobierno vasco que “entronca con un arraigo más profundo de los derechos históricos que ampara y respeta la Constitución” y que encomienda al Estatuto. Ha vuelto a apostar por sustentar el futuro nuevo estatuto en la fórmula de concierto. Ha señalado que, al contrario de los que se piensa, el sistema de Concierto Económico no es ningún privilegio sino fruto de una imposición tras la derogación de los fueros vascos.

Pese a ello, ha señalado que el sistema de bilateralidad y garantías ante incumplimientos unilaterales que incluye puede ser una fórmula adecuada para el mecanismo de cumplimiento del nuevo estatuto vasco. Un sistema basado en un “concierto público vasco: “Es decir, lealtad, reciprocidad y seguridad jurídica en el ejercicio del autogobierno”. Considera que esta fórmula permitiría contar con un instrumento que preserve la bilateralidad con garantías de cumplimiento de lo acordado”.

'Mutación' de las reglas

Urkullu ha llamado a todas las formaciones a trabajar para lograr un acuerdo mayoritario, una base compartida para avanzar en el relanzamiento de Euskadi, “de la Nación vasca, la nación de la igualdad, la solidaridad, la cohesión social, el progreso y el bienestar”.

La garantía de cumplimiento es un elemento esencial para el lehendakari en el nuevo estatuto vasco que ahora debería abordar la fase de concreción tras las tres propuestas de articulado con la que se cerró la pasada legislatura. Ha denunciado que no sólo el Estatuto de Gernika continúa incumplido sino que en los últimos años se ha intensificado la “erosión competencial” en las materias de las que el País Vasco ya es titular.

Una erosión provocada por la “invasión competencial” e intromisión del Estado en ámbitos que no son de su competencia. “Da la sensación de que asistimos a una mutación progresiva de las reglas políticas de relación entre Euskadi y el Estado que parece perseguir una nueva relación más uniformizadora, con una Administración central más gestora y orientada a la recentralización del poder político”.

Desafección social

Durate su intervención de más de una hora, el lehendakari ha realizado un repaso a la gestión de su gobierno en el primer año de legislatura y ha fijado los objetivos para este curso. Entre ellos ha citado el reto de reducir la tasa de desempleo del 10% actual, aumentar el 40% del PIB en la Industria, situar a Euskadi como uno de los cinco lugares de menor desigualdad social en Europa, reducir el abandono escolar del 7% o incrementar un 10% la tasa de natalidad.

Ha defendido la encesidad de abordar un "relanzamiento de Euskadi anímico y emocional" tras la pandemia. Ha anunciado un plan de inversiones de 250 millones de euros que se sumaran a los 1.000 millones previstos en el proyecto de presupuestos de 2022. Importes que se destinarán fundamentalmente al ámbito educativo, sanitario, social y cultural.

Urkullu ha terminado su intervención alertando de la "desafección" social hacia la política y las instituciones fruto de los errores cometidos: "Urge la articulación del equilibrio entre la sociedad civil organizada y unos marcos institucionales que generen confianza social". También ha mostrado su preocupación ante la aparición en la sociedad "de la dicotomía entre eficacia y legitimidad democrátia": "ante esta falsa dicotomía, alimentada en ciertos sectores políticos por la tentación autoritaria, es necesario y urgente reivindicar la defensa y mejora de los sistemas democrátcos y representativos".