La idea no es fomentar el absentismo estudiantil, pero hay que reconocer que si ese día John y Paul hubieran sido buenos chicos, probablemente la efeméride de hoy no existiría. Y por extensión, no podemos imaginar las consecuencias.

Era un día de 1958. Macca andaba buscando una forma de encandilar a su novia de aquel entonces, Iris Caldwell. Mientras, en la mente de John se repetían fragmentos de la obra de Lewis Carrol, con toda su carga existencial y onírica. Y ambos profesaban auténtica devoción por Buddy Holly. Metes eso en la coctelera y sale la primera canción jamás publicada de The Beatles.

Lennon siempre se refirió a Love Me Do como la canción de Paul, pero su aportación seguramente fue lo que salvó definitivamente el “intento de hacer blues” del otro

Paul fue quién realmente la compuso, aunque John añadió algunos toques magistrales. En concreto, la parte denominada “puente” o “middle eight”, que es la que va del verso al estribillo, según los expertos. En el salón de la casa de McCartney, en Forthlin Road, aquellos dos adolescentes que estaban encantados de haberse conocido unos meses atrás, se pusieron a tocar. Lennon siempre se refirió a Love Me Do como la canción de Paul, pero su aportación seguramente fue lo que salvó definitivamente el “intento de hacer blues” del otro, siempre siguiendo sus propias palabras.

Aún le faltaban algunos años a aquella pieza hasta publicarse para la Historia de la Música, tal día como hoy en 1962. Aquel par de genios escuchaba mucho la radio. Tanto, que cuando descubrieron a Bruce Channel introduciendo una armónica en su Hey! Baby, decidieron hacer lo mismo. Querían ser “los primeros ingleses en grabar un éxito con armónica”.

Lennon tocó ese instrumento en esta y en otras tantas canciones como Please Please Me o From Me To You, para dar ese toque “blues” que buscaban. De hecho, fue lo que más llamó la atención ya en la primera de las tres sesiones de grabación que tuvo este tema.

Alguien mandó traer del bar a George Martin, que fue siempre algo más que su productor, para que echara un cable

Fue en los estudios de la EMI, el 6 de junio de 1962, de 6 a 8 de la tarde. Y fue bastante mal. Como le puede ocurrir a cualquier “grupete” actual que empieza, sus equipos no eran de lo mejor. Hubo que atar el amplificador de Lennon porque tenía alguna pieza suelta, y el de Paul ni siquiera funcionaba. Alguien mandó traer del bar a George Martin, que fue siempre algo más que su productor, para que echara un cable. Este no dudó en ordenar algunas modificaciones importantes. El momento que daba título al tema, cuando se canta Love me do, era de John, pero como después del “do” vuelven los instrumentos, hubo un inevitable cambio. En teoría no se podía estar tocando la armónica y cantando a la vez. Paul cantaría esa parte. El batería todavía era Pete Best, quien les acompañaba en sus conciertos del Cavern Club.

El 4 de septiembre vuelven a grabar, esta vez ya con Ringo Starr, quién lucía un bonito ojo morado por culpa, según cuentan, del arrebato de una fan del despedido Best. De 2:30 a 5:30 de la tarde hicieron un ensayo para decidir qué canciones se grabarían para su primer single de 45 r.p.m. Tras las pruebas, quedó claro que serían How Do You Do It como cara A, y Love Me Do, para la B. Eso no quedó así.

Se decidió que el primer vinilo con un surco que contendría las vibraciones de The Beatles que vería la luz el 5 de octubre contuviera lo que ocurrió aquella tarde

A las 7 de la tarde grabaron sin demasiada pasión la que estaba destinada a ser la canción de sus vidas, y en tan solo 30 minutos. Sin embargo, la que condenaron a ser “la otra cara” de la moneda, les llevó hasta pasadas las once y media de la noche. Algo había en ese otro tema compuesto en el salón de casa de Paul, en un día de absentismo escolar, que les hizo perfeccionarlo una y otra vez. Incluso pasados unos días se volvió a grabar, con otro batería, pero no fue lo mismo. Se decidió que el primer vinilo con un surco que contendría las vibraciones de The Beatles que vería la luz el 5 de octubre contuviera lo que ocurrió aquella tarde y noche del 4 de septiembre.

Y su cara A, un tema que simplemente quería dedicar un chico de 16 años llamado Paul a su novia, un día que no fue a clase.