El secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, se ha negado este sábado a proporcionar el más leve detalles de las circunstancias y las condiciones de su llegada el pasado abril a España para ser tratado de una afección grave de Covid-19. "Es un falso debate", ha zanjado en su esperada rueda de prensa, la primera que ofrece desde su recuperación, a propósito de una hospitalización que desató una de las mayores crisis diplomáticas entre Madrid y Rabat de los últimos años.

"Es un falso debate. Respeto lo que el Gobierno español ha respondido en los diferentes medios acerca de las condiciones en las que entré. No voy a ir más allá. Yo creo que lo fundamental es que he estado en una situación crítica, me he ingresado en un hospital, me curé y estoy aquí vivo. Agradezco el gesto y al mismo tiempo quiero transmitir la gran satisfacción del pueblo saharaui a estos resultados", ha indicado Ghali en sus primeras declaraciones a la prensa desde su regreso a Argelia y su recuperación médica. Poco después, ha dado por concluida la rueda de prensa sin aceptar más preguntas.

Ghali, con nacionalidad española, tuvo que ser atendido el pasado abril en un hospital público de La Rioja por una afección grave de Covid-19. Su llegada a España sin identificarse a través la Base Aérea de la capital aragonesa es objeto de una causa en un juzgado de Zaragoza. A principios de octubre la exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, aseguró en calidad de investigada que Ghali entró en el país «de acuerdo con la Ley».

Ghali ha hecho una mención también al proceso abierto contra él en la Audiencia Nacional y ya archivado por supuestas torturas y crímenes de lesa humanidad contra opositores saharauis. “Considerando esa posición humanitaria y partiendo de la realidad que nosotros, el pueblo saharaui, defendemos la justicia de su causa, hemos respondido al juzgado que trataba una querella presentada por ciertas asociaciones promarroquíes con acusaciones falsas que no se basan sobre ninguna realidad y creo que el juzgado dio su punto de vista y tomó su decisión”.

“Reitero nuestro agradecimiento a la solidaridad española de los diferentes pueblos e instituciones de España. Somos muy reconocedores de esa solidaridad que nos ha acompañado durante décadas y esperamos que nos acompañe hasta la victoria”, ha agregado el líder saharaui. Vestido en uniforme militar, Ghali ha comparecido este sábado ante la prensa internacional desde el centro gubernamental El Uali, ubicado en Rabuni, la capital administrativa de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

A propósito de la reciente sentencia del Tribunal General de la Unión Europea que anula el acuerdo pesquero y agrícola entre Marruecos y la UE, Ghali la ha tildado de “una gran victoria del pueblo saharaui”. “Tenemos el derecho internacional de nuestra parte frente a una gran potencia compuesta por Francia, España, la UE y Marruecos con todos sus recursos y lobbies. Me gustaría agradecer a los tribunales europeos que han estado del lado de nuestro pueblo y del derecho internacional a pesar de las prisiones para influir en la sentencia”, ha recalcado.

“Le pedimos a la UE que se abstenga del no cumplimiento de las decisiones de la corte para aplicar la agencia del régimen marroquí sin respetar el derecho internacional”, ha reclamado. “La política de la UE ha alentado a Marruecos y sus actuaciones por encima de la ley con el objetivo de hacer cualquier cosa sin miedo a represalias. España y Francia tienen una gran responsabilidad en esto”, ha indicado. “El Frente Polisario y el pueblo van a seguir luchando por su soberanía, sus recursos humanos y su territorio. Estamos abiertos a negociar siempre que se respeten derecho y soberanía y lo que dice el tribunal”.

Respecto precisamente a los 46 años de conflicto, Ghali ha defendido la ruptura del alto el fuego del pasado noviembre y ha insistido en que la ruta pasa por emplear la acción bélica para lograr avances políticos. “La guerra no es nuestra elección. Nunca fue uno de los objetivos del pueblo saharaui, que nunca ha agredido a ninguno a sus vecinos cualquiera que hayan sido las circunstancias. Históricamente, sin embargo, se nos ha impuesto la guerra”, ha declarado el presidente.

“Se nos impuso en 1975 cuando experimentamos la ocupación ilegal de nuestro territorio por Marruecos y esto se repitió el 13 de noviembre [fin del alto el fuego de 1991]”, ha insistido Ghali. “La aceptamos como derecho de defensa propia y nos acogemos al derecho internacional, como el movimiento de liberación de una nación que lucha por su derecho a existir y a la independencia. La seguiremos hasta que concluyan las razones que han llevado a esta guerra”, ha añadido. A su juicio, la responsabilidad no es solo del régimen alauí sino también del “trato del Consejo de Seguridad y la Secretaría General del ONU a la cuestión saharaui en los últimos años”.

Para el máximo dirigente del Polisario, “no existe contradicción con continuar las negociaciones y la lucha para conseguir resultados”. Ghali también se ha referido al reciente nombramiento de Staffan de Mistura como enviado especial de la ONU para el conflicto saharaui. “Es una personalidad conocida internacionalmente con buenas habilidades, pero enviados previos con peso internacional, empezando por James Baker y terminando por Horst Köler, abordaron el mismo plan y compartieron destino, la renuncia”. "No es lógico utilizar las acciones anteriores y esperar los mismos resultados".

“El problema no son los enviados especiales. Hay buscarlo en otra parte. Creemos que la responsabilidad la comparte tanto Marruecos por sus políticas de obstáculos como el Consejo de Seguridad de la ONU que nunca ha tomado sus decisiones ni ha implementado sus propias resoluciones ni ha tomado medidas para obligar a Marruecos a cumplir y respetar sus responsabilidades a nivel internacional”, ha agregado. Ghali ha vuelto a defender la celebración de un referéndum de autodeterminación que rechaza Marruecos. “Todos lo esperamos desde hace 30 años y debemos empujar para que se celebre”, ha manifestado el líder del Polisario. “Nuestro derecho inalienable a la autodeterminación no es una condición negociable”, ha concluido.