Es un goteo incesante en los últimos años. Los vascos apuestan cada vez más por la sanidad privada. Pese a que el Sistema Vasco de Salud históricamente se ha situado a la cabeza de los modelos sanitarios del país, en los últimos años el desgaste ha sido notable y cada vez un mayor número de empresas y ciudadanos buscan una alternativa en las mutuas privadas. Sólo en la última década el incremento es del 25% y de hasta del 58% si se compara con hace dos décadas.

En la actualidad uno de cada cinco vascos tiene sanidad privada. La mayor parte de los casi 475.000 ciudadanos con mutua en la red privada corresponden a Bizkaia, donde la implantación del Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ), uno de los grupos sanitarios privados de mayor peso de todo el Estado, tiene su sede. Cerca del 70% de las mutuas corresponden a este territorio frente al 16% de Álava y el apenas 12% a ciudadanos de Gipuzkoa.  La prima media ronda los 724 euros por persona.

El perfil de los beneficiarios de estas mutuas privadas es fundamentalmente procedentes de mutuas de carácter colectivo, el 50%, junto a otros 17% que corresponde a mutuas familiares o particulares y casi un 8% de mutuas de instituciones de la Administración correspondientes a sus funcionarios públicos.

La evolución social, el envejecimiento y la sobrecarga de actividad que en los últimos años ha registrado la sanidad pública es uno de los factores que mejor explica la evolución de la demanda de servicios médicos que se registra en el País Vasco. Esta realidad se traduce en muchos casos en incrementos en las listas de espera y que, pese a que en comparación con sistemas de salud de otras comunidades autónomas registra cifras más reducidas, se han convertido en una de las quejas más frecuentes para darse de alta en la red privada.

Actividad disparada

Diversos sondeos ya comienzan a apuntar que la Sanidad, que tradicionalmente llegó a ser la ‘joya de la Corona’ de la administración vasca, sufre un desgaste en su reconocimiento. Así, un reciente Sociómetro del Gobierno vasco, que el propios Servicio Vasco de Salud recoge en su Memoria de 2019, muestra cómo la sanidad pública es el octavo problema más importante para los ciudadanos. Más recientemente, durante la pandemia, la Universidad de Deusto publicó su ‘Deustobarómetro’ en el que se reflejaba que tras la Covid y la Economía, la sanidad pública era el cuarto problema más acuciante para los vascos.

El desplazamiento de demanda sanitaria de la red pública a la privada también se explica por el repunte que en los últimos años se ha producido en la red. Sólo en el periodo 2014-2019 el número de intervenciones quirúrgicas se ha incrementado en un 26% y un 22% las pruebas complementarias que se realizan. Todo ello se ha traducido durante un periodo de años en un aumento de listas de espera y en una mayor demora.

Algunos indicadores reflejan cómo la necesidad de recursos sanitarios va en aumento de forma sustancial en Euskadi. En seis años, según datos de Osakidetza, las consultas hospitalarias se han disparado de los 4,1 millones de 2014 a los 4,6 en 2019. Las consultas de enfermería han aumentado, al tener que asumir nuevas funciones para hacer frente a la demanda, y han pasado en ese mismo periodo de 3,1 millones a casi seis millones de consultas. Los médicos de familia acumulan años demandando más medios para reducir la abultada demanda en sus consultas, con cerca de 28 pacientes diarios de media en algunos centros.

Irregularidades

El incremento de la actividad y sus consecuencias ha dañado la imagen de la sanidad pública. También lo ha hecho los diversos escándalos en los que se ha visto envuelta en los últimos años, como el llamado 'Caso Margüello' por el que fueron condenados altos cargos de la sanidad pública por la concesión y beneficio de contratos de modo irregular o el caso de las OPE que ahora juzga la justicia por presuntas irregularidades y amaños en los proceso de acceso a las convocatorias de plazas públicas. A ello se suman algunos escándalos registrados durante la gestión de la pandemia o los relevos que se han sucedido en la consejería de Salud en apenas unos años, con hasta tres consejeros en apenas dos años.

Pese a ese mayor peso que va adquiriendo en la sociedad vasca la sanidad privada y el desgaste que sufre en su imagen Osakidetza, la red pública continúa contando con un alto nivel de reconocimiento en el conjunto de la sociedad vasca. El 'Sociómetro' vasco -elaborado por el Gobierno vasco- preguntó en torno a la preferencia en caso de tener que ser operado y el 80% de los consultados afirmó que optaría por la red pública frente a la privada. En cuanto a las consultas con un especialista, también la mayoría, el 73%, prioriza la sanidad pública.  

Actualmente la sanidad pública vasca y sus conciertos con la red concertada absorben la mayor partida de los presupuestos del Gobierno vasco. El incremento de la misma ha sido constante en los últimos años. El departamento de Salud, del que depende Osakidetza, contará en las cuentas del próximo año con prácticamente un tercio del presupuestos global: 4.352 millones de euros. El coste diario de la sanidad pública supera ya con creces los 8 millones de euros. El gasto sanitario por habitante es el más elevado de toda España, con algo más de 1.800 euros per cápita