"Habrá presupuestos o presupuestos" sentenció el consejero de Economía de la Generalitat, Jaume Giró, al presentar este martes el proyecto de presupuestos catalanes para 2022 ante el Parlament. No hay para menos. Hacía años que unos presupuestos de la Generalitat no tenían tantos votos dispuestos a secundarlos, ante la oferta reiterada desde hace meses por el PSC, y en menor medida los comunes, para sacarlos adelante. Pero ERC y JxCat se resisten a echarse en manos de los socialistas y siguen cortejando a la CUP.

El próximo 23 de noviembre se votan las enmiendas a la totalidad, esa será la fecha límite de Pere Aragonés para salvar su pacto con la CUP. Pero antes debe salvar el primer escollo: el debate en las asambleas locales de la formación antisistema. La negociación CUP-Govern sigue abierta hasta el viernes, aseguran las dos partes.

Las exigencias de la CUP

El problema de Aragonés -fue él quien cerró el pacto con la CUP, al que después se sumó JxCat- es que ya ha quemado muchos de los cartuchos en la negociación sin haber convencido a los antisistema. La CUP ya preside la comisión sobre el nuevo modelo policial en Cataluña, hay partida presupuestaria para la gratuidad de la educación para niños de dos años, y el propio Aragonés anunció este domingo la creación de la energética pública.

Los antisistema mantienen el discurso duro contra las cuentas de Giró, pero tampoco dan por cerrada la negociación. "Seguiremos trabajando" para que los "acuerdos de mínimos" que en opinión de la CUP sirvieron para cerrar el acuerdo de investidura "se recojan en la propuesta del Govern", aseguró este martes el diputado antisistema Xavier Pellicer. Se trata de cuestiones concretas como los 1.000 millones de euros para vivienda -los presupuestos recogen una partida de 750 millones que Giró considera no ampliables- pero también de compromisos inequívocos con el proceso independentista.

Pero el tiempo se agota, advierten desde la CUP al tiempo que recriminan al ejecutivo de Pere Aragonés haber aprobado las cuentas sin llegar primero a un acuerdo con ellos. La primera fecha límite en la negociación con la CUP es este viernes, justo antes de que convoquen a sus bases a debatir en sus asambleas locales si el partido debe presentar enmienda a la totalidad o permitir la tramitación de las cuentas, y con qué objetivos.

La CUP vota el lunes

Durante el fin de semana las Asambleas Abiertas Parlamentarias debatirán la propuesta del Govern. A partir de la medianoche del domingo empieza la votación cuyo resultado se conocerá el martes, a una "pregunta árbol" como la utilizada para dar su apoyo para investir a Quim Torra. En primer lugar, las bases antisistema deben escoger entre dos opciones: enmienda a la totalidad o permitir la tramitación de los presupuestos.

En la segunda votación, si gana la opción de la enmienda a la totalidad, deben votar si aún así siguen negociando o no -confiando en que las cuentas sigan su tramitación gracias a la abstención del PSC-. Si se impone la abstención en las enmiendas a la totalidad, las bases deben decidir su el acuerdo que se alcance con el Govern es suficiente para su aprobación definitiva o no, lo que obligaría a nuevas cesiones del Govern para obtener el apoyo de la CUP en la votación final del 23 de diciembre.

"Los resultados a los que lleguemos el viernes será lo que traslademos a las asambleas para que decidan cómo votar en tramitación de presupuestos" se limitó a apuntar Pellicer. Desde la CUP se niegan a incluir en el debate la posibilidad de que el Govern acabe aprobando las cuentas con el PSC si ellos les dan portazo, pero reconocen que ese cambio de alianzas en los presupuestos condicionaría el resto de la legislatura. El leitmotiv del independentismo, "la mayoría del 52%" se habría ido al garete en la primera votación importante.

Apoyo del PSC

Ese es el principal motivación del PSC para mostrarse ahora tan predispuesto a garantizar que Cataluña tenga presupuestos, reconocen los socialistas. Aunque no la única. Sobre la mesa pesa también el papel crucial de ERC en la aprobación de los Presupuestos Generales, a los que quieren sumar también a JxCat.

"Si Junts quiere unos presupuestos expansivos en Cataluña tiene que enmendarse y retirar enmienda a la totalidad en el Congreso", advertía la socialista Alicia Romero, destacando la incoherencia de intentar tumbar las cuentas de las que dependen los presupuestos presentados por Giró, como ha reconocido el propio consejero. Pero ni siquiera eso es una condición para que los socialistas no presenten enmienda a la totalidad, pese a reconocer que el Govern "no les ha llamado" para empezar a negociar las cuentas.

Los socialistas critican el presupuesto por "incierto, que llegan tarde y pivota en la CUP, un partido radical que no aporta estabilidad" pero estudia ya las enmiendas parciales por departamentos, no la enmienda a la totalidad que sí se plantean los antisistema, además de Cs, PP y Vox.

Calendario ajustado

El próximo 22 de noviembre finaliza el plazo para registrar esas enmiendas a la totalidad, que empezarán a debatirse ese mismo lunes. Y apenas una semana después, el 30 de noviembre, concluye el plazo de registro para las enmiendas al articulado, a debatir en las respectivas comisiones parlamentarias.

Los presupuestos completarán su tramitación para la aprobación definitiva en el pleno el próximo 23 de diciembre, siempre que ningún partido solicite dictamen sobre el texto al Consejo de Garantías Estatutarias (CGE). Una fórmula a la que ya recurrió Cs en la anterior legislatura, y que el partido naranja no descarta, visto el aumento de organismos públicos dependientes de la Generalitat, advierte el diputado Nacho Martín Blanco.

Esta vez, sin embargo, Cs necesitará un aliado para completar los dos grupos o una décima parte de los diputados. Un apoyo que puede encontrar en Vox o PP. En caso de utilizarse este recurso, que Giró ya ha tachado de "filibusterismo", las cuentas no se aprobarían antes de finales de enero de 2022.