El gas y el petróleo no son las únicas materias primas que se están viendo afectadas por la guerra en Ucrania por parte de Rusia. Ambos países lideran la producción de metales como el níquel, el cobre y el hierro. Además, participan en la exportación y fabricación de otras materias primas como el neón, el paladio y el platino e incluso el acero.

De hecho, ya se está notando el conflicto en el precio de estos metales, así como en el de las materias primas de los alimentos, que están llegando a niveles nunca antes vistos. La invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas ha sido la guinda del pastel a dos años de escasez de productos e incertidumbre que provocó la pandemia. 

El níquel ha sido una de las materias primas que más se ha visto afectada. Rusia produce alrededor del 17% de la oferta mundial, lo que le convierte en el tercer productor del mundo por detrás de Indonesia y Filipinas. Este metal es necesario para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos. Al inicio de la segunda semana de marzo, su cotización subió un 250% en solo 24 horas. El precio se ha disparado tanto que el martes 8 de marzo, la negociación de contratos sobre níquel fue interrumpida como consecuencia de la subida sin precedentes de los precios a raíz de la situación en Rusia y Ucrania. 

Además, el pasado miércoles, el mercado londinense de futuros de materias primas London Metal Exchange suspendió la negociación sobre el níquel a los pocos minutos del comienzo de la sesión, la primera desde la suspensión ordenada la semana pasada, como consecuencia de un fallo técnico, pero a las 14.00 horas de Londres se volvió a la reapertura. En los primeros instantes de negociación tras la reapertura, "debido a un error del sistema", LMEselect permitió que una pequeña cantidad de operaciones se ejecutasen por debajo del precio límite inferior establecido en 45.590 dólares por tonelada, explicó el gestor del mercado.

Bank of America señaló que además de la guerra (que fue la puntilla), los altos precios de este material se produjeron por la alta demanda de vehículos eléctricos. “Hay una preocupación porque no se pueda acceder al níquel de Norilsk, que supone el 9% de la producción mundial. Hasta el momento no se han visto afectados por las sanciones, pero hay preocupación al respecto”, señalan en un informe. 

Tommy Träsk, director de calificaciones corporativas de Scope Ratings, explica que aunque todavía no se han impuesto sanciones a las exportaciones rusas de metales, tanto las operaciones mineras en Rusia como el transporte de metales se verán dificultados por la posibilidad de que las navieras, las compañías de seguros y los puertos suspendan operaciones con sus homólogos rusos. Algunas de las mayores compañías navieras del mundo han suspendido el transporte de contenedores hacia y desde Rusia para artículos no esenciales. “Esto no sólo afectará a los precios del mercado, sino que los productores que hasta ahora han dependido de las materias primas de Rusia y Ucrania, podrían tener que buscar fuentes de suministro alternativas con un coste más elevado”, asegura Träsk.

De hecho, el precio al contado del aluminio se sitúa en su máximo histórico y el del níquel en sus niveles más altos de la última década, dos metales de los que Rusia es un importante productor mundial. Sin embargo, los precios de los futuros de los metales básicos se encuentran, en general, en retroceso, “lo que sugiere que se espera una respuesta por parte de la oferta que acabe dando lugar a un mercado más equilibrado”, puntualiza.