La plataforma de apoyo a presos de ETA, Sare, liderada por quien fuera consejero de Justicia del Gobierno vasco, Joseba Azkarraga, ha organizado un torneo de futbito en la localidad guipuzcoana de Oiartzun en apoyo al preso de ETA, Joanes Larretxea. Bajo el lema 'Joanes etxera!' (Joanes a casa), el acto se concibe como un acto más de los muchos que Sare está impulsando y promoverá este verano en apoyo al acercamiento y excarcelación mediante progresiones de grado de los presos de la banda. El acto central se anuncia ya para el 8 de octubre en San Sebastián.

Larretxea está condenado a 44 años de prisión por el asesinato del empresario guipuzcoano, Inaxio Uria, el 3 de diciembre de 2008 en Azpeitia. Uria era el consejero delegado de la constructora Altuna y Uria, que trabajaba en la construcción del Tren de Alta Velocidad vasco contra el que ETA se posicionó en contra.

El torneo se celebra en la ikastola de la localidad guipuzcoana desde el pasado día 16 y está previsto que concluya el 6 de agosto. A través de las redes se han difundido imágenes de algunos de los participantes portando pancartas con el lema 'Ibilian, ibilian, etxerako biden' (Pasito a pasito, camino a casa) junto a la imagen de un balón en referencia al torneo.

Joanes Larretxea fue detenido en Francia, en la localidad de Montpellier, en octubre de 2009. La Justicia gala le condenó a seis años de prisión acusado de ser miembro de la estructura militar de ETA. El 14 de mayo de 2015 fue entregado a España para responder de las causas pendientes que tenía, entre ellas la de haber participado en el comando que perpetró el asesinato del empresario Inaxio Uria.

44 años de cárcel

Dos años después, en mayo de 2017, la Audiencia Nacional le condenó, junto a Beñat Aginagalde, a 44 años de prisión por este atentado contra el consejero delegado de Altuna y Uria. Su compañero de comando, Aginalgalde, también fue condenado por haber participado en el asesinato del concejal del PSE en Mondragón, Isaías Carrasco, el 7 de marzo de 2008.

Larretxea cumplía condena en la prisión de Asturias después de que fuera trasladado desde la cárcel de Herrera de La Mancha (Ciudad Real) en noviembre de 2020 dentro de la política de acercamiento al País Vasco de los presos de la banda iniciada por el Gobierno. En septiembre del año pasado Larretxea fue trasladado de nuevo, esta vez a la prisión de Martutene, en San Sebastián, su lugar de nacimiento.

Iniciativas como esta forman parte de las muchas que Sare lleva a cabo en su campaña para promover entre la ciudadanía el apoyo social en favor del acercamiento de los presos de ETA a Euskadi y Navarra, así como reclamar la aplicación de progresiones de grado para acelerar su puesta en libertad. El pasado sábado, durante una marcha celebrada en Pamplona, Sare, criticó la «lentitud incomprensible» en el acercamiento de los presos. Recordó que han transcurrido casi dos meses desde que se aprobó el traslado de un preso de ETA a cárceles vascas o navarra. Afirmó que «no hay ningún argumento o excusa para seguir manteniendo esta política penitenciaria de excepción».

Si bien reconoce que en este tiempo «la situación ha cambiado» y «se han dado los primeros pasos para poner fin a la política de alejamiento, así como en la progresión de grado», Sare destaca que «todavía el 36% de las presas y de los presos vascos sigue sufriendo esa política de alejamiento»: «Y aunque ha desaparecido el primer grado penitenciario, sólo se ha aprobado el paso del segundo grado al tercero o la posibilidad de disfrutar permisos en el caso de 21 presas y presos». A ello une lo que define como una «actitud negacionista de la Audiencia Nacional ante los permisos y las progresiones».