El 85% de los catalanes ponderan los efectos positivos del turismo, frente a un escaso 6% que lo considera negativo. Es uno de los resultados del sondeo Òmnibus realizado por el Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat. Pese a la animadversión manifiesta de algunos partidos y colectivos -con los Comunes de Ada Colau a la cabeza- la turismofobia no ha calado en Cataluña tras el primer verano de relativa normalidad postpandémica en el sector.

A la pregunta "considera que el impacto del turismo en el conjunto de la sociedad catalana es muy positivo, positivo, negativo o muy negativo, el 64% lo definió como positivo y otro 21% como muy positivo, frente al 6% que lo considera negativo y un uno por ciento que lo tacha de muy negativo.

No la rebaja de impuestos

El sondeo del CEO muestra otros resultados que chocan con el discurso político oficial, como el rechazo a bajar impuestos en una de las comunidades con mayor presión fiscal. Solo una tercera parte de los consultados defiende una rebaja de impuestos "aunque implique reducir prestaciones y servicios"; una formulación de la pregunta con la que el CEO podría haber inducido a la mayoría a responder en contra.

Además el 91% está a favor de intensificar la lucha contra el fraude fiscal y el 88% apoya los impuestos medioambientales. Por partidos, la rebaja fiscal obtiene un apoyo mayoritario entre los votantes de Vox (68%) seguido por los de Cs (58%) y la mitad de los del PP.

Entre los socialistas la rebaja fiscal obtiene el apoyo de un tercio de los consultados y se sitúa por debajo de esa media entre los de Junts. Solo uno de cada cuatro votantes de ERC y los comunes lo apoya, y apenas un 10% entre los de la CUP.

En el ámbito económico destaca además el suspenso generalizado a las entidades bancarias. El CEO pidió la valoración de la red de oficinas, la claridad de los productos bancarios, los horarios de atención personal, la transparencia y la atención a los mayores, y en ninguno de esos ámbitos llegaron a una puntuación de 4 sobre 10.

La política frena el AVE a Valencia

En el ámbito de las infraestructuras, el CEO pregunta a los encuestados por qué creen que no existe un proyecto de tren de alta velocidad entre Barcelona y Valencia. El 60% lo atribuye a "cuestiones políticas" mientras uno de cada cuatro lo atribuye a "cuestiones económicas" y solo el 4% ve en ello un tema técnico.

Respecto al Corredor Mediterráneo, una de las infraestructuras más largamente reivindicadas tanto por la Generalitat catalana como por la valenciana, sólo el 59% de los consultados la conoce. Un porcentaje que sube al 94% entre los votantes de Junts, mientras cae al 43% entre los de Vox.

En cuanto a la despoblación de las zonas rurales, disponer de vivienda asequible es el principal factor para no trasladarse a municipios más grandes, seguida de un centro médico en la localidad. Este factor escala a la primera posición para los mayores de 65 años.