Desde que entró en vigor la gratuidad de los billetes de cercanías el pasado 1 de septiembre solo ha habido un día laborable sin incidencias en el servicio de Rodalies de Cataluña. Y los problemas no han hecho más que empezar. Renfe afronta tres meses de afectaciones por el corte de las vías en el túnel de La Sagrera, unas obras imprescindibles para seguir avanzando en la gran estación intermodal de Barcelona.

Las obras, que tienen su epicentro en la estación de Sant Andreu Comptal, se prolongarán si todo va bien hasta el 10 de diciembre, y afectan a 73.000 usuarios. De ellos, 41.500 corresponden a la línea del Maresme (R1), que durante este fin de semana y lunes acaba su recorrido en Badalona. Este martes deber recuperar la normalidad y volverá a cortarse en dos fines de semana de octubre y noviembre.

Otros 31.500 usuarios corresponden al corredor de Granollers-Girona (R2 norte y R11), que tendrán que lidiar con la interrupción del servicio hasta el 10 de diciembre. Renfe había habilitado transporte alternativo en autobús, pero el primer día ha sido algo más que complicado.

La batalla política

La ministra Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha pedido "disculpas" a los usuarios de Rodalies por las incidencias de este septiembre, que ha admitido que "no ha sido un buen mes" para este servicio. Sánchez argumenta, sin embargo, que "son incidencias necesarias" para que la R2 pase por La Sagrera y asegura que "estamos actuando y en unos años podremos revertir esa situación".

Las disculpas de Raquel Sánchez se acumulan a las pedidas ya el viernes pasado, cuando una avería en la catenaria del tramo entre Sant Vicenç de Calders (Tarragona) y Vilanova i la Geltrú (Barcelona) afectó al tráfico de las líneas R2, R4, R13, R14, R15, R16 y R17. La ministra "se encontró" con esta nueva incidencia durante la presentación de la reforma de la Estación de Sants junto a la alcaldesa Ada Colau.

Raquel Sánchez se disculpó, aunque lo hizo argumentando que "se producen incidencias en todos lados", en referencia a otras redes ferroviarias. Una excusa que los independentistas no aceptan.

Tanto Junts como ERC y la CUP han encontrado en el mal funcionamiento de Rodalies un argumento de lo más eficaz para soslayar sus batallas internas y recordar a los votantes independentistas que los motivos originales del procés siguen intactos. No en vano el mal funcionamiento de Rodalies fue una de las quejas que alimentó la mecha independentista a partir de 2021.

Lo saben el Gobierno y el PSC, que se la juega en las próximas elecciones municipales para recuperar el poder en Barcelona y mantenerlo en su entorno metropolitano.

El gran apagón

Los precedentes no son buenos, tras el gran apagón vivido el pasado 9 de septiembre, cuando una avería en el sistema de comunicaciones de Adif dejó paralizado el servicio ferroviario en Cataluña. El resultado: alrededor de 80.000 viajeros afectados, usuarios de 200 trenes de Rodalies y cuatro de Media Distancia.

La incidencia duró cuatro horas, incluida la hora punta, y llevó al presidente de la Generalitat a reclamar de nuevo el traspaso integral del servicio ferroviario. Y los fondos correspondientes para su mantenimiento y mejora.

Pere Aragonès tachó lo sucedido de "absolutamente inaceptable" y concluyó que "es imprescindible que las infraestructura sean gestionadas desde el territorio". El colapso del servicio de Renfe -solo funcionaba la alta velocidad- fue el argumento perfecto para señalar "una incompetencia absolutamente inaceptable que se suma a incidentes que se han producido en los últimos años".

Críticas a la gratuidad de Renfe

El fiasco sirvió además a los partidos independentistas para cuestionar la política de abonos gratis emprendida por el Gobierno. "La gente quiere que Rodalies-Renfe funcione, no que sea gratis" clamaba en redes el vicepresidente del Govern y dirigente de Junts Jordi Puigneró.

Este lunes, el portavoz de Junts, Josep Rius, insistía. "Lo que necesita Rodalies no son gestos populistas como la gratuidad del servicio, sino que el servicio funcione". Y concluía que el funcionamiento correcto del servicio solo llegará "cuando el Estado traspase integralmente la totalidad del servicio y la financiación a la Generalitat".