Dolors Feliu no está dispuesta a ceder el mando al frente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). A pesar de la rebelión interna que este sábado llevó a dimitir a 13 miembros de su ejecutiva, entre ellos su vicepresidente, Jordi Pessarrodona. A pesar de la indiferencia de JxCat, el partido que ha seguido acudiendo fielmente a las convocatorias de la Diada o el 1-O. Y a pesar de los ataques de ERC, en el blanco de Feliu en los últimos tiempos, que aprovecha la crisis para exigir unidad a la entidad de referencia del procés.

"La cuestión de confianza no está prevista en los estatutos" de la ANC, argumentaba Feliu este lunes en TV3 para rechazar la exigencia de los críticos. Era la propuesta de los críticos el sábado. Ante la negativa de Feliu, optaron por dimitir. Ahora, explican fuentes de ese grupo a El Independiente, el objetivo es conseguir los 2.000 votos necesarios para forzar unas elecciones extraordinarias en la entidad que permitan descabalgar a la presidenta.

Convención en marzo

Feliu asegura sentirse fuerte y argumenta que "la mayoría sigue adelante con grandes consensos" apuntando que los 13 dimisionarios son minoría en un secretariado nacional integrado por 60 personas. El próximo 12 y 13 de marzo tendrá el primer baremo de su fortaleza con la celebración de una Convención de la ANC.

Mientras, los partidos independentistas que en otros tiempos jugaron el papel de correa de transmisión de las exigencias de la Asamblea dan la espalda ahora a su dirección. JxCat de forma más sutil, evitando intervenir en la crisis. ERC abiertamente, señalando la división generada por la lista cívica que quiere liderar Feliu.

La secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, abundaba en la crisis reclamando a la ANC que vuelva a ser un instrumento "movilizador, positivo y proactivo" para alcanzar la independencia. "Actualmente, la ANC se aleja mucho de aquello que era la ANC con la presidenta Carme Forcadell", quien tras su paso por la Asamblea encabezaría junto a Oriol Junqueras la lista de ERC a las autonómicas.

Volver a la unidad

Vilalta añadió que la entidad independentista debería trabajar para volver a ser un movimiento transversal, "en lugar de buscar las críticas, las divisiones y los reproches" en los que se ha instalado en los últimos tiempos, según ella. "Nos gustaría que fuera una organización y entidad movilizadora capaz de sumar grandes mayorías, con voluntad transversal, global, de inclusión, de explicar el proyecto de república catalana".

En Junts guardan silencio ante las críticas a una dirección que hasta ahora ha sido una herramienta muy útil para desgastar a ERC. Pero la propuesta de "lista cívica" que quiere impulsar Feliu para las próximas elecciones autonómicas tampoco satisface a JxCat. Por lo menos a la parte más institucional que ve en esa propuesta una nueva división del voto independentista.

Aunque hay sectores, los más próximos al Consell per la República de Carles Puigdemont, que ven con interés una lista que podría convertirse en rampa de aterrizaje del ex president en caso de un retorno a España. Preguntado sobre si la ANC está siendo instrumentalizada por algún partido, Pesarrodona aseguraba tras su dimisión "yo no lo he constatado, pero no puedo negarlo al 100%".