Ha sido un goteo que no ha cesado durante 30 años. Tres décadas en las que la defensa de las dos lenguas oficiales en Euskadi se ha convertido en una suerte de pulso lingüísticos a todos los niveles: en la Administración, en la política de subvenciones, en la cultura y en la educación. La necesidad de rescatar el euskera, diezmado durante la dictadura, ha servido de justificación en la mayoría de los casos. La realidad hoy es que, pese a haberse incrementado de modo muy notable su conocimiento, no lo ha hecho su uso, en particular en territorios como Alava y Bizkaia, no tanto en Gipuzkoa. El impulso en el ámbito educativo ha sido sin duda el principal motor de recuperación y el objetivo de los sucesivos Gobiernos nacionalistas. La promoción de la enseñanza en el ‘modelo D’, íntegramente en euskera, ha recibido en todos estos años el impulso institucional y la aceptación de la mayor parte de familias, hasta el punto de representar hoy el 70% de la escolarización, frente al 20% del ‘modelo B’, bilingüe, y el 9% del ‘modelo A’, en castellano.

Esta realidad, positiva para la recuperación del euskera, arroja sin embargo efectos negativos para la otra lengua oficial, el castellano, cuya presencia en el sistema educativo vasco ha ido cayendo de curso en curso. Hace sólo una década el modelo de enseñanza en castellano representaba el 22% de la escolarización, hoy se ha reducido en más de la mitad. La pérdida de aulas y centros que oferten esta opción ha hecho que en casos como Gipuzkoa llegue a ser imposible estudiar en castellano en la red pública.

Los datos del propio departamento de Educación revelan que en la red pública guipuzcoana este curso no existe ni una sola aula en el ‘modelo A’, en ninguno de los distintos niveles de la enseñanza obligatoria. Ni en infantil, ni en Primaria ni en la ESO. Las familias residentes en Gipuzkoa que quieran matricular a sus hijos e hijas en un modelo de enseñanza en castellano tendrán que recurrir a la red concertada, donde, pese a ser también la opción minoritaria, continúa ofertando aulas en esta opción lingüística.

En Gipuzkoa la situación sólo se altera al llegar al Bachillerato, cuando la opción por el ‘modelo A’ gana adeptos. En este nivel escolar existen actualmente 62 aulas, de las que 24 pertenecen a la red pública.

Concertada y modelo en castellano

En las tres décadas que lleva en vigor el sistema de tres modelos lingüísticos en la educación, y que ahora se quiere sustituir por un modelo único ‘plurilingüe’ con el euskera como eje central, se ha producido otro efecto negativo. En el conjunto del País Vasco han sido los colegios concertados los que han mantenido en gran medida la demanda del ‘modelo A’. Esta opción en el conjunto del sistema educativo representa este curso sólo el 9% del total de las matriculaciones. En la enseñanza obligatoria, desde infantil hasta la ESO en toda Euskadi apenas existen 466 aulas en las que se educa con el castellano como lengua vehicular y el euskera como asignatura y en el 70% de los casos son centros concertados.

El Parlamento Vasco comienza ahora la tramitación del Anteproyecto de Ley Educativa que el pasado martes aprobó el Gobierno de Urkullu. Una norma en la que se da carpetazo al sistema de tres modelos en vigor. Una cuestión que no sólo ha provocado el rechazo de parte de la oposición, como el PP, que ha anunciado que lo recurrirá hasta el Tribunal Constitucional si finalmente es aprobado, sino también entre el socio de coalición, el PSE. Los socialistas han denunciado que no respaldarán ese anteproyecto en la Cámara si no preserva la posibilidad de elección lingüística de las familias e impone un modelo único con el euskera como eje central.

La necesidad de reforzar la enseñanza en euskera es uno de los argumentos esgrimidos por el nacionalismo. Los resultados de su impulso hasta ahora no han sido suficientes, según arrojan las sucesivas encuestas. Pese a haberse disparado su grado de conocimiento, el empleo de la lengua continúa en niveles muy bajos, especialmente en territorios como Bizkaia y Álava. Los estudios muestran que la mayor parte de los alumnos matriculados en el ‘modelo D’ abandona el uso del euskera en otros ámbitos ajenos al escolar o incluso en los periodos de recreo. Las evaluaciones han detectado que la capacitación lingüística del alumnado no se está alcanzando. Ni siquiera entre los matriculados en el modelo en euskera la mayor parte de los alumnos llegan a controlar el idioma al final de la ESO. Una encuesta realizada por el Gobierno vasco hace año y medio reveló las graves deficiencias idiomáticas del alumnado, tanto en euskera como en castellano.

Objetivos lingüísticos al final de la ESO

El estudio, presentado en septiembre de 2021, concluyó que sólo 15% de los escolares de 2º de la ESO, 14 años, había alcanzado el “nivel avanzado” de euskera tras haber cursado toda su enseñanza obligatoria en el ‘modelo D’. Otro 30% sólo había logrado un nivel “medio” y un 40% no llegaba a dominar en grado suficiente el idioma. A ello sumaba que a la hora de valorar su capacitación en castellano también se detectaron carencias. Apenas un 20% podía acreditar un “nivel avanzado”, uno de cada cuatro estudiantes tenía un “nivel medio” y el 40% mantenía el mismo nivel inicial.

Estos datos, sumado a la escasa presencia del euskera en distintos ámbitos hizo a los responsables institucionales a modificar el modelo actual. Con la nueva propuesta legal se obligará a los estudiantes a tener que acreditar un determinado nivel de conocimiento al finalizar su periodo de educación obligatorio. El conocimiento, tanto para el euskera como el castellano, equivaldrá a un nivel B2 del Marco Común Europeo de referencia para las Lenguas. En el caso de la lengua extranjera se fijará un grado inferior, el B1.

El nivel B2 que se pedirá dominar a los escolares para las dos lenguas cooficiales del País Vasco corresponde a un hablante “independiente avanzado”. Una competencia que les debería permitir comprender textos complejos, incluso de temas abstractos, además de tener una capacidad fluida para hablar con nativos de esa lengua y capacidad para producir textos detallados.   

El consejero de Educación, Jokin Bildarratz asegura que con los cambios que plantea la propuesta legal los modelos lingüísticos “seguirán estando”. En realidad serán sólo una opción más a elección de los centros educativos que los puedan continuar concibiendo como válidos para alcanzar los objetivos lingüísticos o, en su caso, opten por modificarlos, vistos los resultados deficientes que arrojan.

Baja capacitación en euskera y castellano

El anteproyecto plantea la libertad de los centros educativos para diseñar sus propios proyectos lingüísticos. La baja capacitación lingüística que han revelado las últimas evaluaciones obligará a modificar y reforzar aún más la enseñanza en euskera, la que ha arrojado peores resultados. Es precisamente este giro el que podría reducir aún más la presencia del castellano en el sistema educativo vasco.

Este hecho ha llevado a formaciones como PSE y PP a elevar el tono. El secretario general del PSE, Eneko Andueza alertó de los intentos de convertir la Educación en una herramienta más de la “construcción nacional exclusivamente para nacionalistas” y exigió que el sistema de modelos lingüísticos actual quede “blindado”. Desde el PP ya se ha calificado de “aberración” la propuesta legal que destierra el castellano”.

Asegura que en el articulado aprobado por el Gobierno vasco se “destierra el castellano” e impide elegir a los padres el modelo educativo en el que matricular a sus hijos. Para Iturgaiz, la propuesta lingüística que se plantea es “una aberración, un escándalo y un atentado contra la lengua española”.

Para EH Bildu, en cambio, defensora de la necesidad de reforzar la euskaldunización de la educación la propuesta de les es una herramienta “estratégica” para la “construcción nacional” de “esta parte del país”. Un modelo que podría ser exportable al resto de “territorios vascos”:“falta el país: Euskal Herria”.