En tres días uno de los acontecimientos deportivos más importantes del mundo tomará Euskadi. Lo hará para recorrer sus ciudades, pueblos y montañas en el que será el arranque de la 110º edición del Tour de Francia. A lo largo de tres etapas y más de 550 kilómetros los 22 equipos que compiten, y toda la organización que conforman la inmensa caravana publicitaria y de logística que arrastra, se desplazarán entre Bilbao, Vitoria, Amorebieta y San Sebastián. Lo harán entre los días 1, 2 y 3 de julio, cuando la prueba tomará ya territorio galo para continuar su recorrido. El acontecimiento de la ‘Grand Dèpart’ que desde hace años preparan las instituciones vascas se ha topado con un ‘polvorín laboral’ de distintos sectores implicados en el desarrollo de la prueba y que amenazan con amargar el inicio de la prueba.

Ertzainas, bomberos, hosteleros o incluso ciertos colectivos de voluntariado ‘reclutado’ para la prueba han aprovechado la cercanía de la carrera para poner sobre la mesa sus reivindicaciones laborales bajo la amenaza de poner en riesgo la normal celebración de la carrera. Si bien la primera de las etapas, con inicio y final en Bilbao, se celebrará el próximo sábado –con salida en la explanada del Museo Guggenheim-, antes, mañana jueves, tendrá lugar en ese mismo punto de la pinacoteca bilbaína el acto de presentación de los equipos. Un evento multitudinario en el que ya están anunciadas movilizaciones de protesta laboral por parte de los sindicatos de la Ertzaintza.

El colectivo de la Policía Autonómica Vasca es sin duda el que más preocupa a las autoridades. Su papel es esencial para el control y vigilancia de los distintos tramos fijados en cada una de las etapas. Hace semanas que todos los sindicatos de la Ertzaintza llevan a cabo protestas en demanda de mejora de sus condiciones de trabajo. Movilizaciones que se vienen repitiendo ante el Parlamento vasco en las últimas semanas, y que reclaman un nuevo convenio. Una exigencia que se ha trasladado con el slogan de que “sin convenio digno no hay Tour”. Los dos intentos de negociación se han saldado por el momento con la representación sindical levantándose de la mesa.

El Gobierno vasco llegó a presentar una oferta con mejoras de carácter salarial y labor con hasta 37 medidas por un importe global de 18 millones de euros que los sindicatos policiales han rechazado. Desde el Ejecutivo se reiteró ayer su disposición a seguir dialogando. Además, se aseguró que no temían que la amenaza de boicot del Tour por parte de los agentes fuera a cumplirse. Tampoco que se puedan encontrar con “bajas masivas” que compliquen el operativo diseñado. Los sindicatos vienen denunciando que el ‘plan b’ que maneja el Gobierno Urkullu pasa por recurrir a los alumnos de la academia de policía de Arkaute para suplir esa posible carencia de agentes.

"Nos debemos a la sociedad"

El portavoz del Ejecutivo vasco afirma que no “conciben” que profesionales de la función pública no cumplan con la tareas que les han sido asignadas, “en este caso la seguridad de las personas y la seguridad pública”. Horas después los sindicatos replicaron que iban "con todo" en su protesta, que actuarán con "responsabilidad" y "en consecuencia" a la actitud mantenida por el Ejecutivo, y que lo que pueda suceder en el Tour será responsabilidad "única exclusivamente de un Gobierno vasco incapaz de escuchar a sus trabajadores".

Por la tarde, una circular interna firmada por los mandos de la Ertzaintza y remitida a los agentes intentó frenar la amenaza. En ella una decena de altos mandos que conforman la dirección instaban a sus compañeros a mantener el “espíritu” de servicio que siempre ha guiado al Cuerpo, “hasta en las situaciones más críticas hemos estado a la altura de las circunstancias dando respuesta a los retos pasados”.

La dirección de la Ertzaintza reconoce que se viven tiempos “convulsos” pero es precisamente en ellos cuando se debe mostrar el compromiso de servicio público, la profesionalidad y el respeto “que debemos a la sociedad vasca” y que “nada ni nadie debe hacernos olvidar ni desatender”: “Es nuestra propia esencia, el propósito o razón de ser de nuestra organización”.

La tensión en la víspera del inicio del Tour también se ha vivido con la búsqueda de voluntarios. La organización de las tres etapas incluía la necesidad de disponer con al menos 1.600 voluntarios para colaborar en las labores de control de los distintos tramos de las etapas. La dificultad de encontrar voluntarios y las condiciones en las que finalmente se han logrado captar ha sido motivo de polémica. La ausencia de contraprestación laboral ha sido criticado por los principales sindicatos. Ayer CCOO califica de ‘Tour de la precariedad’ al recurrir a la fórmula del voluntariado para cubrir funciones en una carrera y ofrecer como única contraprestación “vales de comida”, 'merchandising' y un diploma acreditativo.  

Bomberos y hosteleros, llamados a la huelga

La Ertzaintza no es el único cuerpo esencial que amenaza con paros en los días del Tour. Los bomberos de Bilbao han anunciado jornadas de huelga para este sábado, además de para los días 6,7 y 8, coincidiendo con la celebración del BBK Love, -un festival de música que atrae a miles de visitantes a la capital vizcaína-. Los paros los convoca el servicio de prevención y extinción de incendios dependiente del Gobierno de Bilbao y que denuncia la mala gestión del Consistorio y la falta de reglamento interno.

Otro de los colectivos que está aprovechando la llegada de la ‘Grand Dèpart’ para reivindicar mejoras laborales es la hostelería. Los sindicatos del sector en Bizkaia han convocado huelga para mañana y pasado, jornadas en las que comienzan los actos previos al inicio de la carrera. Reclaman las mismas mejoras en su convenio que las aprobadas en la vecina Gipuzkoa. Un sector en el que muchos propietarios no secundarán el llamamiento sindical para aprovechar el tirón que pueda generar el Tour.

La Asociación de Hostelería ha reclamado al Ayuntamiento de Bilbao poder cerrar dos horas más tarde esos días. Además, los hoteles de Bilbao, San Sebastián y Vitoria están registrando ocupaciones de entre el 80% y 90% y con unos precios que se han incrementado alrededor de un 30%.