Zapatillas de andar por casa, subrayadores, la parte de atrás de un reloj, globos... La manera de introducir objetos ilegales en las prisiones de España son cada vez más variopintas, y los funcionarios de prisiones se enfrentan a situaciones violentas con los familiares de los internos a los que pillan intentándolo.

Los teléfonos móviles y droga es lo que más se incauta en los departamentos de comunicación, el sitio de las prisiones a las que llegan los paquetes y por donde pasan las visitas. "El hachís no pita cuando pasan por el arco, por lo que es bastante fácil de meter", se queja un funcionario. Además señala que los perros policías, adiestrados para localizar sustancias estupefacientes, no siempre están presentes porque no hay los suficientes.

Cuando los trabajadores detectan a un visitante intentando introducir objetos ilegales en una cárcel, tienen que llamar a los agentes competentes para incautarlas. Este proceso puede tardar unos pocos minutos, pero es el suficiente tiempo como para tener que vivir situaciones "violentas" con esas personas. "Muchas veces los familiares intentan agredirnos en ese proceso".

Suelas de zapatos

El Independiente ha tenido acceso a algunas imágenes donde se puede ver cómo se mete droga, móviles y dinero en las prisiones. Las suelas de los zapatos es uno de los lugares predilectos. Los familiares llevan ropa u objetos a los internos, y entre ellas camuflan lo que pretenden introducir en la prisión.

Pero tambiñen en la parte de atrás de relojes o dentro de un subrayador que, al destaparlo, permite acceder a chinas de hachís. "La labor de los funcionarios evita que dentro de la prisión puedan consumirla con el riesgo que conlleva para mantener en los módulos la seguridad", defienden desde CSIF.

Cuando se lovalizan, se remiten las sustancias a la autoridad sanitaria competente "para que determine la naturaleza de la sustancia y saber si hay posibilidad de sancionar disciplinariamente o penalmente".

Cuando la autoridad sanitaria haya emitido el informe correspondiente se remite a la autoridad judicial competente.

"Los funcionarios en el departamento de comunicaciones e ingresos hacen la misma labor policial y seguridad que un Guardia Civil, Policía y Vigilante de Seguridad en un Aeropuerto en la incautación de droga, con la salvedad que ellos tienen medios, recursos, formación y la condición Agente de la Autoridad nosotros no tenemos esta condición".

Preocupación por los drones

La manera en la que estos terminales son introducidos son muy variadas, pero en los últimos años se ha detectado la utilización de drones para introducir smartphones, tarjetas SIM y drogas.

"Esto supone una merma importante de la seguridad de los establecimientos penitenciarios, ya que la presencia de objetos prohibidos perjudica gravemente el normal funcionamiento de una prisión, donde debe primar una convivencia ordenada para poder cumplir con el objetivo de la reeducación y la reinserción", apuntaron desde Acaip-UGT hace unas semanas.

Desde el sindicato han insistido en la "necesidad" de dotar de medios materiales y humanos suficientes para, por un lado, evitar su entrada y, por otro, realizar el control en el interior.

Así, han exigido el correcto funcionamiento de los inhibidores de las prisiones y que se adapten a las nuevas tecnologías. "Si limitamos las posibilidades de uso, reducimos la utilidad y evitamos el comercio ilícito", han señalado.