Cárcel, Waterlo y 1-O. Frente común del independentismo y la amenaza de Vox al catalán. El independentismo pulsa en esta recta final de campaña todas las palancas, las más efectivas, para movilizar un electorado que ya abandonó masivamente a ERC y Junts en las pasadas elecciones municipales. Las encuestas para 23J no son halagüeñas, y los sondeos internos son aún más preocupantes.

La abstención y el voto útil al PSOE convierten en una quimera para Esquerra revalidar la victoria conseguida por los republicanos en las elecciones generales de 2019, con Gabriel Rufián como candidato. Desde Junts acarician la posibilidad del sorpasso a los republicanos. Pero no son los únicos. El PP maneja encuestas en Cataluña que podrían situarlo en los 5 escaños por Barcelona, lo que podría convertirlo en segunda fuerza esta comunidad.

Adiós al 50%

El último CEO, de la primera semana de julio, augura una amplia victoria socialista con una horquilla entre 16 y 19 de los 48 diputados que se eligen en Cataluña. Ese sondeo mantiene a ERC como segunda fuerza, JxCat en tercer lugar y el PP en cuarto. Pero la distancia entre los socialistas, Junts y Esquerra ya augura problemas para los independentistas.

El PSC tiene un 23,5% de intención directa de voto y una proyección de entre 29% y el 33%. Porcentajes que no consiguen igualar la suma de ERC y JxCat. De hecho el barómetro de la Generalitat deja a la suma de las tres fuerzas independentistas entre el 30% y el 39% de los votos, muy lejos del 50% de las últimas autonómicas. Y es una previsión optimista.

Esto explica la batalla abierta entre Esquerra y Junts, que no han dejado de atacarse durante toda la campaña pese a las apelaciones a la unidad independentista para frenar a Vox. Y la recuperación del argumentario del 1-O, que ambos dejaron de lado en las elecciones municipales de hace apenas mes y medio.

Vuelta al referéndum

La reivindicación de un referéndum de independencia que había desaparecido en los últimos meses ha vuelto ahora a la pista central de la politica catalana de resultas de esos miedos. Fue la propuesta estrella de la candidata de Junts, Miriam Nogueras, en el debate de TV3, la soga con la que atacar en contra a su rival, Gabriel Rufián: Condicionar el apoyo independentista a la investidura al traspaso de las competencias para un referéndum de independencia.

Una propuesta de la que Rufián intentó zafarse, aunque sin desmentirla. Al día siguiente, Junts lanzaba el penúltimo vídeo de campaña volviendo a otro lema conocido: "lo volveremos a hacer" en referencia al referéndum de independencia.

Más victimismo

"Estamos aquí como víctimas del Estado" proclamaban Jordi Turull y Xavier Trias en el acto convocado por Junts el 18 de julio en el Born, en el que la candidata, Nogueras, aseguró que "el Estado español tiene que dejar el franquismo en casa y dejar de ser autarquía judicial". Una convocatoria en la que de nuevo, como en cada acto de Junts de la última semana, se emitió un vídeo de Carles Puigdemont.

"Todos somos víctimas de una voracidad represora q no tiene parangón en Europa más allá de Hungría y Polonia" aseguraba Puigdemont. Y advertía, en referencia a Esquerra, que "quien crea que estas trincheras se tienen que abandonar se equivoca" reivindicando su "trabajo en esta línea de defensa que es Europa".

En el mismo escenario, Oriol Junqueras protagonizaba el mitin central de campaña de Esquerra junto a Arnaldo Otegi. La unidad del independentismo fetén para desmentir las críticas de Junts y reivindicar, también ellos, un nuevo referéndum. Esta vez por duplicado, a celebrar de forma paralela en Cataluña y Euskadi.

También Esquerra vuelve al victimismo como argumento, con un simbólico regreso de Dolors Bassa a la prisión. Mientras, JxCat convoca a Artur Mas junto a Nogueras en un acto con pimes. El ex president sigue teniendo carné del PDeCat, pero reniega de su partido, al que ha afeado públicamente por presentarse a las generales, y apela al voto útil en favor de Junts.

Por Cataluña, el mismo argumento utilizado por Rufián en su último spot. "El 23 de julio ningún voto en casa" defienden Rufián y Teresa Jordà. Abstención y voto útil, los dos enemigos a los que realmente que teme el independentismo.