En plena resaca del debate sobre el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados y tras el malestar de algunos miembros del Grupo Popular por las palabras en euskera que pronunció Borja Sémper en la tribuna de oradores, en Génova se reafirman en la estrategia de trasladar la
imagen de un PP "amable" con las lenguas cooficiales "que también hablan nuestros militantes y votantes" en cada uno de sus territorios.
Uno de los objetivos que se marcó Alberto Núñez Feijóo cuando aterrizó en la presidencia nacional del PP fue exportar al País Vasco y a Cataluña su "bilingüismo cordial", que tan buenos resultados ha dado a los populares en Galicia. Lo cierto es que fue el fundador de su partido y ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga, el fundador de un modelo profundamente "galleguista" que convirtió al PPdG en hegemónico en la Comunidad y achicó el espacio a la izquierda y al independentismo.
"Mejor nos hubiera ido en Cataluña y en el País Vasco si no se nos ve como hostiles a sus símbolos y a su lengua para que se las apropien los independentistas", replica un miembro del equipo de Feijóo. De hecho, uno de los rasgos distintivos del líder del PP, que en su entorno no dejan de poner en valor", es su "sensibilidad periférica", lo que le ha llevado en algunas veces a hablar de "encaje" de Cataluña o de la existencias de distintas "nacionalidades" en España, un discurso que chirría con muchos estamentos de su partido, a lo que no ayudan las posteriores rectificaciones.
"Mejor nos hubiera ido en Cataluña y en el País Vasco si no se nos ve como hostiles a su lengua", dicen en Génova
Pero Génova insiste en la idea de llevar al partido en el País Vasco y en Cataluña una nueva filosofía "que no entra en colisión con nuestra defensa de España", de la que ponen como ejemplo, precisamente, a Borja Sémper, "a quien nadie puede cuestionar su implicación con el partido en un contexto dificilísimo", tan difícil que ETA puso precio a su cabeza. Precisamente, el PP tiene pendientes los congresos del partido en Euskadi y Cataluña, también en La Rioja y Asturias, aunque estos últimos no generan gran preocupación en el cuartel general de los populares. Todo ello con el telón de fondo de las elecciones vascas de julio del año que viene y de las catalanes de principios de 2025.
Precisamente, el único líder territorial que ha expresado públicamente sus críticas, aunque sin citar explícitamente a Sémper y escudándose en un símil tenístico, ha sido el todavía jefe de filas de los populares catalanes, Alejandro Fernández, pendiente de ser relevado ya desde la época de Pablo Casado. Ayer escribió en su cuenta de Twitter que "hay un concepto en el tenis muy útil para cualquier ámbito de la vida: evitar los 'errores no forzados'".
En el Grupo Popular y en el PP hay división de opiniones respecto a si Sémper acertó o erró en una intervención muy aplaudida en distintos momentos por la bancada popular, pero no tanto a su término. Entre las opiniones recabadas por El Independiente no faltan los que respaldan que usase el euskera para demostrar que el anterior reglamento del Congreso ya permitía el uso ponderado de las lenguas regionales, "aunque la forma pudo hacer que se perdiera contundencia en un debate muy serio, pero cada uno tiene su propio estilo", dice un parlamentario.
En el chat de los parlamentarios "hay silencio absoluto", no así en los grupos de Whatsapp de militantes, donde cundió la confusión
Una diputada a la que, personalmente, le gustó el discurso de Sémper, admite haber recibido mensajes de senadores y militantes preguntando por la estrategia, sobre todo "porque el lunes dijo una cosa y el martes otra", en alusión a esa desafortunada expresión de que no harían el "canelo" de hablar en otro idioma que no fuera el castellano para evitar la imagen de los pinganillos y luego expresarse en euskera en el Congreso. En todo caso, en el chat del Grupo Parlamentario "hay silencio absoluto", no así en los grupos de Whatsapp de los los militantes donde cundió cierta confusión, admite eta diputada.
Pero los hay mucho menos benévolos y no dudan en afirmar que "se equivocó". Y se equivocó porque "no era el momento ni el lugar". Si bien este parlamentario cree que el "resto de su discurso estuvo bien", lo que ha trascendido "no ha sido eso, si no que habló una parte en euskera, lo que desvió el tema" y contradijo a la propia portavoz del Grupo, Cuca Gamarra, cuando al inicio del pleno defendió que se interviniera en castellano a la espera de la reforma del Reglamento de la Cámara.
Por su parte, desde la dirección nacional del partido defienden a su portavoz. El coordinador general popular, Elías Bendodo, apeló a que "la riqueza de mi partido es que cada uno puede pensar y opinar lo que considere oportuno", y admitiendo que "a alguno le habrá gustado más o menos" el discurso, el PP "no es un partido monolítico. Al que discrepa no le echamos. En el PSOE quien habla lo echan, con independencia de su trayectoria política o se haya jugado la vida. Pregúntenle a Nicolás Redondo", recientemente expulsado del PSOE “por menosprecio reiterado" a las siglas socialistas.
Borja Sémper volverá a subir hoy a la tribuna de oradores para defender la posición de su partido, aunque Génova no ha revelado si volverá a intercalar párrafos en euskera. "Se verá", dicen crípticos.
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