La trayectoria en el PSOE de Nicolás Redondo Terreros (Portugalete, Bizkaia, 1958), exlíder de los socialistas vascos e hijo del histórico líder de UGT, ha concluido. El dirigente, abiertamente crítico con Pedro Sánchez y con la dirección del partido en los últimos años, ha sido expulsado del partido por "reiterado menosprecio" a las siglas socialistas.

Según adelantó elDiario.es y confirmaron fuentes de Ferraz a este periódico, se le abrió expediente por sus manifestaciones de "menosprecio" al PSOE, Redondo no hizo alegaciones durante el proceso y la comisión ejecutiva federal del PSOE del pasado lunes aprobó la expulsión definitiva. "Este partido tiene unos estatutos, con derechos y obligaciones para todos los afiliados. Todos. No es cuestión de nombres —avisan desde la sede federal—. El PSOE obtuvo la confianza de ocho millones de españoles en las anteriores elecciones, un millón más que en 2019, y el respeto a la organización en la que se milita debería ser algo básico. No es discrepancia, que es otra cosa". Y añaden las mismas fuentes oficiales: "Ocho millones de votantes merecen respeto. Nadie puede pensar que sabe más que los que nos votan y confían en el PSOE".

Redondo apunta que conoció la expulsión por los medios y niega que tuviera un expediente abierto en el partido. Ferraz señala que él no presentó alegaciones

El histórico dirigente aseguró a EFE, sin embargo, que ha conocido su expulsión por los medios y negó que actualmente tuviera un expediente abierto en el partido. Ya se le abrió uno en 2021 porque la dirección estimaba que había pedido el voto para Isabel Díaz Ayuso en las elecciones autonómicas madrileñas de mayo de ese año, pero finalmente ese expediente fue archivado. Quien sí fue echado del PSOE en ese año fue el expresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina. En aquel momento, Redondo indicó que la decisión de Ferraz de sobreseer su caso apuntalaba "un amplio margen de discrepancia en el seno del PSOE". Lo cierto es que él mismo ya anunciaba la pasada semana que iba a romper el carné de militante.

En Ferraz señalan que no ha habido una gota que haya colmado el vaso, sino un cúmulo de declaraciones con las que ha "menospreciado" al PSOE, y que "están en toda la prensa nacional, en diferentes fechas y coyunturas". Su última andanada contra la cúpula la publicó en los diarios del grupo Vocento el 3 de septiembre, en una tribuna titulada Dignidad. "No será solo Sánchez y su camarilla; será el PSOE, todo y completo, el que en ese salto acrobático destruya lo que protagonizó", "ni me deben, ni les debo. Y con la libertad de tener la cuenta saldada puedo decir sin que me tiemble la voz que la formación de ningún Gobierno y menos las pretensiones de ninguna persona merecen el sacrificio de lo más apreciable que tenemos cada uno de nosotros: la dignidad". Apenas unos días después, sentenciaba que si el PSOE "acepta el chantaje de [Carles] Puigdemont con la amnistía, no sería" su partido.

El pasado 18 de agosto, la agencia Europa Press destacaba algunas aseveraciones del ex secretario general del PSE como fundador del club de opinión La España que Reúne, justo al día siguiente de que el PSOE lograra el control de la Mesa del Congreso tras el pacto con los nacionalistas y los independentistas de ERC y Junts. "Hemos aceptado que el árbitro de la política española sea un personaje que oscila entre el carlismo decimonónico y [Donald] Trump", sostuvo, y tachó de "inadmisible" que se tenga que depender de "un político fugado". "El PSOE debería saber que en política no se puede hacer todo lo que no es un delito", añadió, y tras cargar con la supresión de la sedición y la reforma de la malversación, subrayó que "es todavía más intolerable que el Gobierno de España se deje secuestrar por un prófugo". "El acuerdo de todos los partidos anticonstitucionales ha funcionado en la Mesa del Congreso y funcionará para la investidura de Pedro Sánchez", pronosticó.

El exlíder del PSE ha sido muy duro con el presidente: "No será solo Sánchez y su camarilla; será el PSOE, todo y completo, el que en ese salto acrobático destruya lo que protagonizó"

Redondo defendió que lo ocurrido la víspera en la Cámara baja "es lamentable, nos devuelve a la España retrasada, de pandereta, la que el resto de los europeos vieron durante tiempo como una anomalía".

"Los llamados progresistas nos han devuelto al siglo XIX", agregó, para volver a cargar contra la cúpula del partido: "El PSOE no representa la izquierda que necesita España" puesto que se han situado "con quienes frecuentemente en nuestra historia frustraron las ilusiones de progreso de los españoles, porque en el siglo XIX fue el carlismo y hoy es un integrismo nacionalista egoísta, xenófobo y antieuropeo".

El peligro de "perjuicio irreparable" para el PSOE

El artículo 90 de los estatutos del PSOE, aprobados por el 40º Congreso, de octubre de 2021, señala que la comisión ejecutiva federal "podrá suspender cautelarmente a los militantes o afiliados directos sometidos a expediente o que hayan sido denunciados por un órgano del partido en cualquier momento del procedimiento, bien de oficio o a instancia del órgano instructor o el denunciante".

Los estatutos federales del PSOE confieren a la ejecutiva la potestad de suspender cautelarmente a los militantes de oficio o a instancia del órgano instructor o del denunciante

Ferraz entendió que tenía que adoptar esa suspensión cautelar de militancia para "preservar la imagen pública del PSOE", según consta en el expediente adelantado por elDiario.es. La razón es que la "trayectoria política dentro del PSOE y en las instituciones" de Redondo Terreros "dan mayor trascendencia a sus opiniones, pese a que actualmente no desempeña ningún cargo dependiente del PSOE y no se pronuncia representando a la organización". Además, sus declaraciones llegan en un "momento político clave del inicio de la XV Legislatura", y eso podría suponer un "perjuicio irreparable para el PSOE" de no aplicar esa medida.

El artículo 8 de los estatutos indica que a los militantes que "incumplan" la normativa interna se les aplicarán las sanciones correspondientes cuando se observe "mala conducta cívica o ética, falte al programa o a los acuerdos o resoluciones de los órganos competentes del partido, exprese públicamente sus opiniones en términos irresponsables o con deslealtad al partido o a sus afiliados, cometa actos de indisciplina, injurie o calumnie a alguna persona que pertenezca al partido, o de cualquier otra forma viole las obligaciones que a todos los miembros del partido imponen" los estatutos federales. Las medidas, sigue ese artículo, pueden llegar "hasta la expulsión en aplicación del régimen disciplinario". Y eso es lo que ha ocurrido finalmente.